JORNADA HUASTECA: El saqueo español terminó pronto, volvieron obreros a los indios
+ El uso de la tierra feliz, antecedente del condueñazgo huasteco
Zona Norte
- 2011-08-21
De la conquista de América, en las lecturas publicadas por el departamento de historia de la Habana, se desprende que el interés comercial, iniciado por la bondad de productos que pudieron saquear y comerciar , en principio, los invasores, terminó cuando escasearon los de su principal interés, el oro y el algodón.
En la tierra firme de América, nisiquiera los hombres les parecía buena mercadería “ya que no eran buenos sirvientes”, como en principio supuso Cristóbal Colón.
En pocos años el nuevo continente perdió sus atractivos, hacia 1519 ya se buscaba otra ruta de viajes hacia Asia, mientras, la Reina Isabel ordenó que en América se establecieran factorías y cultivos.
Los objetivos de estas empresas eran la alimentación y que hubiera, en abundancia, cierta mercadería, con valor en Europa y que haga que valga la pena el viaje. De tal manera que comenzó el intercambio comercial también en el norte, en donde se hacía trueque de pieles por baratijas, lo que dio paso al comercio de los colonizadores, de pieles de zorros, castores y osos, entre otras especies.
En este contexto se dio el tercer objetivo, que fue el poblamiento, con la idea del Nuevo Mundo, enseguida comenzó el capítulo que no ha terminado, sobre la propiedad de la tierra.
La posesión de la tierra de indios e indias que las tenían sembradas, con cultivos y sistemas técnicos, para ellos, que permitieron que sus antecesores y herederos formaran grandes mayorazgos, les permitía vivir con bonanza y tener edificios y pueblos y ciudades muy sólidos, con problemas de agua, salubridad y el destino de residuos resuelto.
Los propietarios viven esto como algo inherente a vivir, a perpetuidad, les alcanzará para “dos vidas” dijeran los españoles.
Así que no tuvieron fácil, en principio, los nuevos habitantes del continente, despojar ni apropiarse de la tierra en América.
En el siglo XVI el comercio seguía basado en las ventas de esclavos, ganado mayor, bienes muebles y aún no era de tal importancia la mercadería de la tierra, que apareció poco después, abriéndose un verdadero mercado agrario por el crecimiento de ciudades, el trabajo de aquellas factorías en la elaboración de productos para el trabajo agrícola comenzaron la producción de productos derivados de la ganadería y para uso agrícola con herreros, curtidores, tablajeros, entre otros.
Las leyes según da cuenta este compendio histórico, se aplicaban o no, de acuerdo a los alcaldes, algunas las alegaban diciendo que eran inaplicables, y por eso, comenzó a reblandecerse el sistema de derecho implementado, al par, con la fe de los notarios, que desde el siglo XVI dan cuenta de las transacciones humanas en el territorio conquistado.
Empiezan a escribirse títulos de dominio, además de adquisición de tierras ociosas, por periodos de tiempo determinados de 20 o 40 años, pero también, en la ley, dejan ir una modalidad de “largo tiempo”, disimulando y acaudalando, a futuro, con una política prudente (a sus intereses) que además autorizó la enajenación de tierras para el estado denominados “bienes propios”.
Así pasaron dos siglos, siguieron saliendo leyes, reordenanzas, y cimentándose la civilización en torno a la vida de los nuevos pobladores que comenzaron con la creación de sus instituciones como escuelas, iglesias, administraciones de poderes públicos y otras.
Unos 30 años antes de la proclamación de la independencia, en 1781, ya había una masa campesina que se fue dando a partir de las injusticias en la tenencia de la tierra, los despojos, los arrebatos, y habían llegado al punto de la rebeldía civil, sancionándose esto con la desposesión de la tierra, mediante los argumentos legales de la infidencia y la confiscación.
Lo que como sanción le parecía prudente a la autoridad en turno, fue utilizado también como arma política contra los detractores de un régimen, que hacía repartos de ejidos y parcelas a los campesinos, a su conveniencia, ganando adeptos para sostenerse, pero enfrentando a la oposición popular, provocando un enfrentamiento civil.
A nivel mundial se vivía la pelea con las 13 colonias en Norteamérica, España apoyaba esa lucha para recuperar territorios, mientras, Napoleón, en 1811 ya estaba invadiendo y conquistando al viejo mundo.
En este contexto, en la nueva nación se emite un decreto que “permite al habitante de América hacer uso de la tierra feliz”, libertad para sembrar y promover manufacturas.
Así reforman la ley, y se emite, el día 7 de enero de 1813, un decreto que dispone, entre otras cosas, reducir a propiedad particular las tierras ociosas, excepto los ejidos de los pueblos.
Pero la asignación de estos baldíos a comuneros y vecinos, a perpetuidad, sin posibilidad de traspasar o revender, es quizá el antecedente del condueñazgo huasteco.
Al par, esta ley favorece a los elementos de las fuerzas armadas con tierras, y a los que no tienen nada, también les da una cuarta parte de lo que hay, pero no había pasado ni un año cuando llegó otro rey que derogó todas las leyes que lo antecedían.