JORNADA HUASTECA: Llega a su fin la reforma agraria
+El reparto agrario por concluir, la reforma agraria terminó
+Los latifundios crecen a favor de la migración campesina
Zona Norte
- 2011-09-26
Aunque se asegura que terminó el reparto agrario en México, campesinos de Tantoyuca dicen que no ha terminado. Esto lo confirman algunos funcionarios, abogados y dirigentes de organizaciones sociales en la huasteca veracruzana.
El doctor José Velasco del Toro ha dicho que el final de la Reforma Agraria, tras la modificación del artículo 27 constitucional, en la última década del siglo 20, aceleró la dependencia alimentaria, se incrementó la migración de campesinos hacia las ciudades y a Estados Unidos de Norteamérica, y ha reconfigurado el perfil de la propiedad al darse nuevas concentraciones de tierra y cambios en el uso del suelo con fines de urbanización, y que se aceleró la desforestación por la expansión de la actividad ganadera por los campos antes usados para siembras u ociosos en el país.
Así que, estas consecuencias, que no se prevén al modificar la ley, están aterrizando en la segunda década del siglo 21, y sobre esto, el doctor Velasco del Toro, director general de investigaciones y estudios de posgrado del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de la Universidad Veracruzana, fue cuestionado por Andrzej Dembiezm cuando acudió al Simposio Internacional “El lugar y el Espacio en la Tradición Cultural Latinoamericana, en el año 1992, organizado por el Centro de Estudios de la Universidad de Varsovia, CEISAL.
Como se ha informado continuamente en estas entregas, la importancia del reparto agrario en la huasteca veracruzana, adquiere vital relevancia para los huastecos que no han dejado de luchar por la restitución de sus parcelas, por un lugar, que desde la llegada de los españoles al territorio mexicano sigue en disputa.
En el texto de Velasco del Toro, suscribe que Andrzej lo cuestionó acerca de si existe una reflexión
histórica sobre esto y vinculada a la transformación de la estructura agraria mexicana, relativa al momento de su formación como nación. Esto es que si en México se han escrito no nada más artículos como este, sino estudios formales -y a él respondió que es una idea estupenda y que él le ha dicho, qué bien, que lo publicaría el CEISAL,- y a su vuelta a Xalapa comenzó a trabajar a marchas forzadas y de ahí surgió el libro “Política y legislación agraria en México. De la desamortización civil a la reforma campesina.” Publicado por la colección Estudios y Memorias del CEISAL.
Esta historia la comienza con la promulgación de la Ley Agraria en 1915 por el ex presidente Venustiano Carranza, en el Puerto de Veracruz, misma que para el doctor Velasco del Toro se convierte en la cuna de la Reforma Agraria “que habría de impulsarse como uno de los resultados derivados de la Revolución Mexicana de 1910.”
Dos años más tarde, en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se asentó, en el artículo 27 que “la nación tiene el derecho de imponer a la propiedad privada, las modalidades que dicte el interés público y dictar las medidas necesarias para el fraccionamiento de los latifundios; el desarrollo de la pequeña propiedad y la creación de nuevos centros de población agrícola con tierras y aguas indispensables. “
Así fue hasta 1992 cuando se canceló la Reforma Agraria. El día 6 de enero, de regalo de Reyes, el Congreso nos dio la Reforma al Artículo 27, con la que no solo se dio por concluido el reparto agrario, sino que además se dio carpetazo a miles de expedientes que siguen abiertos.
Qué aporta, tal como las ciencias están al servicio de la humanidad, a la reflexión, y que podemos encontrar en este documento los pormenores de este proceso.
Así como fue, está descrito por el científico y plasmado en el documento que tras la introducción comienza a abordar los pormenores comenzando con la primera fase, lo que a partir de este regalo de Reyes, ha pasado en Veracruz, en donde, si bien, las repercusiones no distan de las vividas en todo el territorio nacional, al iniciarse el siglo 20, tras la emisión de la ley, el proceso de reconstrucción nacional post revolucionario, el campo estaba dominado por latifundios agrícolas y ganaderos, pertenecientes a pocas familias, frente a la multitud de trabajadores agrícolas y campesinos que vivían en la pobreza extrema.
Además nos cuenta que en 1917 la explotación de los campesinos era constante y que muchos pueblos fueron despojados de sus tierras y aguas durante la Ley de Desamortización Civil, emitida en la segunda mitad del siglo 19 y que los afectó hasta la primera década del siglo 20.
Según el censo que hizo Porfirio Díaz en 1910, las tierras de Veracruz estaban en manos de 355 propietarios, en ocho de los 18 cantones, siendo 45 los dueños de los cantones de Tantoyuca y Chicontepec.
Casi un siglo después la situación del propietario, por el final de la Reforma Agraria, no contrasta con esta descripción. El investigador nos dice que al poder vender las tierras, al ejidatario le facilitó la transacción su mudanza, y la migración desde Veracruz a otros estados y a Norteamérica, se multiplicó. La fragmentación del ejido a propiedad privada en 1992, tras la emisión de la ley, transforma el territorio veracruzano, la unidad agraria tiene áreas, antes usadas en común para un cultivo que ahora se destinan a otras cosas, que pueden ser edificación de viviendas o centros comerciales, y no es el uso de la tierra para la producción agrícola, desalentando la producción de alimentos.
Este fenómeno, nos dice, está ocurriendo con inusitada rapidez en el territorio estatal, las tierras, otrora usadas para el cultivo, ahora son fraccionamientos, y esto es en muchos lugares de Veracruz.
Así también la reducción del territorio del ejido a parcela individual o lote individual no ha impedido su venta y reventa, con consecuencias para la regularización de la tenencia de la tierra, mientras prevalece la migración, aumentan los compradores, multiplicándose los acaparadores, que adquieren grandes extensiones de tierra; pero es preocupante el tercer dato que aporta en relación a que, la producción de alimentos básicos disminuyó en proporción a esto, pues las consecuencias minaron la base del trabajo familia, que era la seguridad de la parcela ejidal.