JORNADA HUASTECA: Migran los jóvenes de la marginación y la pobreza

+ Huasteco de Tempoal niega su raza + Se pierden oportunidades de apoyo de pueblos indígenas

Zona Norte

- 2011-11-14

En comunidades pobres y marginadas en la huasteca veracruzana, las escuelas se convierten en la posibilidad de recibir alimentos para muchos niños y niñas, sin embargo, a veces están contados y no alcanza el abasto de desayunos fríos para darles, además de a los alumnos regulares, a la gente común.

Cuando ya ni el desayuno llega a la casa, muchos lloran.

Padres de familias de las comunidades más pobres y que viven cerca del río Calabozo, salieron a buscar trabajo por no tener siembra ni jornales, fueron a Corozal y no encontraron nada. Al volver, le fueron a llorar a las maestras a la escuela, para tener por lo menos el amanecer para sus criaturas, pero no hay.

Y como les dijeron que no alcanza, apenas para los niños y las niñas de la escuela, llegaron hasta esta redacción para contar lo que pasa, que no hay trabajo, no tienen Oportunidades ni nada, y todo cada día está más caro, pues no saben qué hacer.

Conversando de esto con el profesor José Mauro Ortega Aquino, regidor primero del municipio, comentó que posiblemente van a Corozal porque este lugar, mentado como “El Texas de Tempoal”, es un polo de crecimiento que como Horcón Potrero y Aguacate Terrero, han hecho crecer los migrantes.

Explicó que los jóvenes de Tempoal, apenas acaban el Telebachillerato o en COBAEV, se van a la frontera con Estados Unidos.

Allá se ponen a trabajar, principalmente en la manufactura de ropa en las maquiladoras.

Así que ahora Tempoal provee de mano de obra a esas empresas, y una vez que se asientan y van ganando dinero empiezan a enviar a sus familias posiblemente porque ahora el lugar luce como una ciudad estadounidense, con grandes casas texanas, construidas al estilo americano, determinando el aspecto de la comunidad, en la que ha prosperado una sociedad dedicada a la ganadería y en la que quienes allí viven, a eso se dedican.

Pero esto mismo margina a los que llegan de otros lugares, pues como contó el profesor, en base a su experiencia de vida y trabajo en el municipio, advierte que el huasteco de Tempoal, produce para sí mismo.

Por ende, el trabajo para otros va a estar difícil que se genere al interior de este pueblo vecino.

Al momento de la charla, una familia en pobreza extrema acababa de pedir apoyo al ayuntamiento para comprar un ataúd. Esta situación es la más frecuente, así como la solicitud de despensas, comentó el maestro.

El municipio, que se caracteriza por la producción de queso y otros productos derivados del ganado bovino, al parecer decrece.

“Es triste llegar a las comunidades donde no hay gente, incluso en colonias de Tempoal ya no hay gente, como La Quinta, en donde ya no quedan alumnos, en el kínder debe haber 4 o 5 y en la primaria están casi igual.”

Si todos se van a trabajar a la frontera, es porque les antecedieron otros y se van enganchando al tío, primo o hermano, que al instalarse en Reynosa o Matamoros, les ofrece el apoyo necesario para ir a buscar algo e instalarse después.

En tanto, otros grupo de la población, menos capacitado se integra al servicio doméstico en Monterrey, lo que es muy común en los pueblos indígenas de Tempoal.

Sin embargo, es difícil saber cuántos indígenas hay en Tempoal, pues aunque el grupo de personas que allí radican, es un grueso importante de hablantes de lenguas, ya casi abandonaron el vestido tradicional y sus costumbres por completo y si tienen el dialecto, lo niegan, amplió el profesor.

Al parecer, al municipio lo divide también otra característica de la raza, quizá por la invasión francesa, en Corozal y otros lugares “del otro lado del río”, son blancos, de ojos verdes y azules. También hay áreas que al parecer provienen de italianos y de “este lado del río”, apegado a Tantoyuca, la gente es de origen huasteca o Tének.

Lo malo es que negándose a sí mismos y a su origen, los huastecos se van quedando privados de apoyos del gobierno destinados a los pueblos indígenas. Como tal pasó recientemente, cuando la alcaldesa solicitó a la Comisión Nacional de Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), proyectos productivos, lográndose cuatro para Cruz de Palma, Morillo y negándosele a Cantarito.

Este último no aparece con población hablante de lengua en el último CENSO.

Cuando la gente de allí fue entrevistada por los encuestadores del INEGI, negaron se indígenas y hablantes de lengua, así que se quedaron excluidos, y como tal, no aparecen en estos documentos por los que las instituciones no pueden destinarles el recurso para los proyectos, pues “no están en el catálogo.”

Así que el entrevistado piensa que haría falta algún otro tipo de estadística o sistema para ayudar a esta gente, quienes acostumbran solamente sembrar para su autoconsumo, y si hay alguna contingencia, se incrementa la miseria.

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