TANTOYUCA: Celador de panteón pide láminas

Un humilde jornalero de Potrero Primero se presentó en el ayuntamiento este miércoles a pedir láminas para techar su casa.

Zona Norte

- 2011-03-30

Dijo que tiene muchos años viviendo en la casita que tiene el cementerio, casa que ya se pudrió, la palma ya no sirve, por lo que es necesario cambiarla, necesita unas 35 o 40 piezas para poder poner este techo, pero pidió 50.
Con la esperanza de que le den estas láminas para su “casa chiquita”, el indígena tének, José Miguel del Ángel Morales, regresó a su hogar.
De vida ya ha pasado de las cinco décadas, trabaja allí, en el cementerio, ayudando.
Contó que se ayuda con el ixtle o zapupe. Este lo trabaja desde hace muchos años. “Limpiando ixtle” se ha mantenido. “Lo compran caro la carga”, explica, se forma con tres tercios. Pero primero espera a que el ixtle crezca, lo que tarda tres o cuatro años en suceder.
Pero los tercios no alcanzan, apenas para una docena de tapaderas. El hilo para tejer sale de lo mismo. Con una carga, que vale 300 pesos, salen diez o una docena de morrales pero eso con suerte, porque a veces no se completan.
Yo soy un huasteco, dice de su origen. Sus padres también eran huastecos o tének; y antes de la revolución llegaron a Potrero, pero ya no conoció su papá a su abuelo porque en la revolución “por no acabarla” lo mataron.
Al abuelo de José Miguel por andarse yendo de la revolución, antes de terminarla, lo anduvieron cazando y así fue cómo se devolvió a su casa, en donde se guardaba, pero un día salió y lo dejaron tirado en el camino.
Ahora quiere José Miguel, quien quiere láminas, ya no sale a trabajar lejos a hacer jornales. Se ayuda limpiando ixtle y cuando se puede va a sembrar maíz.

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