TANTOYUCA: Denuncia malos tratos en el Hospital General.

Mientras hablaba la madre, la hija adolescente nos veía de cerca, a un lado, escondida, como con miedo. Es que su madre está enferma, tiene cáncer, la han de operar de inmediato, sin contratiempos, pero ya surgió el primero, en el Hospital General de Tantoyuca y en el de Tampico, no la quisieron atender.


Aunque tuvo que andar como pelota, rebotando en las instituciones, finalmente Amada del Ángel del Ángel, será intervenida en Pánuco, gastó mucho dinero en pasajes, pero la ayudaron la gente de Cáritas y la del DIF, pero el sabor amargo de la enfermedad y el miedo de perder a su madre, es lo que quizá hacía a la muchacha evadirse, mientras Amada narraba esta historia, su hija adolescente, indígena tének o huasteca, como su madre, le hablaba en lengua, escondiendo de nuestra capacidad su diálogo. Finalmente le tomó la mano, y sentimos o supimos que estábamos de más.


Fue en el parque Constitución de Tantoyuca, Amada estaba tan enojada que hablaba sin parar y casi sin respirar, pero sin dolor, sino con mucha fuerza que, quizá, le provocaba el enojo y la indignación. Ha tenido que hacer el viaje Tantoyuca-Pánuco-Tampico-Tantoyuca-Pánuco en tan solo unos días, llegar a la oficina de enfermeras y personal que, indolentes, hasta le han gritado y le aventaron sus papeles. Personal enojado, no precisamente con ella que es del pueblo tének de Ciruelar Tametate, sino enojadas quizá con la vida y que se quisieron desquitar con ella. En Tampico le dijeron que ahí no era, que se regresara a Tantoyuca, en el Hospital General “Dr. Humberto Silva Castillo” le dijo la enfermera enojada y aventándole los papeles que allí tampoco, que se fuera a Pánuco y por segunda vez comenzó su peregrinación, sólo que esta vez le dijeron que vaya, que allí la van a operar y por eso este miércoles seis de abril se fue, a las 19 horas tendrá que internarse, para que la operen el jueves.


En la entrevista dijo que es ama de casa, que tiene cuatro hijos, está sentida porque uno de ellos no quiso ayudarla, como la enfermera, que estuvo checando los papeles y se los volvió a aventar, quien le dijo que “aquí no te podemos atender porque no hay médicos y no hay camas, está muy saturado todo.” Amada estaba allí sentada en la barda de la jardinera del parque, bajo la sombra del almendro, con su vestido rosa, con su hija, contando de sus cuatro hijos y tres hijas y del que “se echó pa’trás”.


Ella tiene 45 años, su esposo 52, su hijo le dijo que le iba a dar dos mil pesos, vive en Huejutla, pero a la hora de la hora no lo hizo, la va a apoyar su otro hijo, más chico, está enojada “Porque yo he ido varias veces a Pánuco y ayer fuimos a Tampico” y así la trataron en su pueblo, Tantoyuca.


También dijo que ha gastado en análisis, que se los hizo particulares para agilizar las cosas, que la ayudaron en el DIF dándole un papel para pagar la mitad del pasaje y le dieron 200 pesos, pero eso a las enfermeras no les importa, terminan su turno y se van a su casa, pero a los medios si nos importa lo que dijeron de que no había camas ni médicos en el hospital, en víspera de la celebración del Día mundial de la salud, en el que -como quienes asisten allí saben,- otra vez no trabajó el laboratorio de análisis clínicos, el lunes no abrieron porque no llegó el personal.


Como el centro de salud urbano dio a conocer hace algunos días, el cáncer en
las mujeres en Tantoyuca está en aumento, mujeres como Amada están luchando con la enfermedad, en Tantoyuca no hay ginecólogos ni especialistas en cáncer, tienen que ir a otros hospitales a buscar atención, quienes no tienen nada y son esposas de jornaleros, como este caso, dependen de la asistencia pública, como tampoco se tiene el respaldo de traslado de pacientes, tiene que pagarlo todo, y los gastos de su acompañante, quien seguramente mientras ella está hospitalizada estará en el suelo, esperando o acostándose mientras termina su atención y después, volverán en autobús a Tantoyuca en donde va a convalecer, seguramente muy bien con el cariño de su hija, que no se le separa ni un instante.