+ En su discurso, Peña Nieto dijo a los pobladores que es su deseo gobernar para todos, para que su proyecto de Gobierno avance rápido
Nacionales
REFORMA.COM - 2012-12-27
"Salúdelo, pero no lo abrace", ordenó el robusto elemento del Estado Mayor Presidencial (EMP) a una señora ansiosa por saludar al Presidente Enrique Peña Nieto.
La mujer quería entregarle a Peña una carta en la que expone un problema de posesión de tierras.
"Déme la carta, yo se la doy", le dijo otro militar que asiste al Presidente, para calmar los gritos de la ciudadana.
Portando chamarra roja, Peña Nieto arribó a este Municipio tlaxcalteca de más de 60 mil habitantes enclavado en las faldas del volcán Malintzin.
Animado, repartiendo saludos a diestra y siniestra, el Presidente se subió sobre las vallas metálicas para dejarse ver y mandar abrazos la multitud colocada atrás del cerco.
Mientras los pobladores lanzaban el grito de "¡Peña, Peña, Peña!", los elementos del Estado Mayor no perdían de vista los movimientos de la gente y evitaban que los brazos tocaran el cuello del Presidente.
Peña Nieto avanzaba, saludaba y, ante la insistencia de quienes querían saludarlo, regresaba, provocando empujones y pisotones entre los ciudadanos y los agentes del EMP.
En un espacio con tierra suelta, acondicionado con lonas blancas, María de la Luz Pérez, mujer originaria de San Pablo del Monte, le dio la bienvenida y destacó que Peña Nieto es el primer Presidente de la República que visita su pueblo.
Señoras con un bebé en la espalda y envuelto con rebozo, ancianos que querían expresar unas palabras ante Peña, niños que corrían detrás de las camionetas del convoy presidencial y jóvenes que se animaban a tomarse una foto con el visitante abarrotaron el acto presidencial.
"Hola, felicidades. Hey, allá, ¿cómo están? Un abrazo para todos. Gracias por venir", decía Peña Nieto a su paso junto a la valla.
En su discurso, el Presidente dijo a los pobladores que es su deseo gobernar para todos, para que su proyecto de Gobierno avance rápido.
"Sí se puede", añadió entre aplausos y porras.
Con y sin marca
Peña Nieto reconoció que la entrega de cobijas, en plena época invernal, no resuelve la situación de los mexicanos en condición adversa.
"Pero ésta es una acción, a final de cuentas, que en algo resuelve, que en algo ayuda a enfrentar esta temporada invernal", justificó.
"Comprar una buena cobija es a veces un lujo que no se pueden dar muchas de estas familias, cuyos escasos recursos se invierten en lo más esencial: la comida, el medicamento para aliviar la enfermedad o en los útiles de sus hijos", explicó por su parte Rosario Robles, titular de Sedesol.
Luego de tres discursos --Peña Nieto y Mariano González, 15 minutos cada uno, y Rosario Robles, 6 minutos--, la gente corrió hacia donde empezaba el reparto de cobijas.
Junto al estrado fueron colocadas pacas de cobijas cuya envoltura de plástico tenía la marca Providencia.
Peña Nieto entregó algunas de marca, pero a la mayoría de los asistentes les dieron cobijas comunes y corrientes.
Pero eso no quitó el ánimo a los beneficiados.
Sonrientes, mujeres, ancianos y niños cargaron con el regalo.
Al concluir el evento, Peña Nieto volvió a recorrer unos metros de la valla metálica para despedirse de la gente, que le pedía más foto y apretones de manos.
"¡No se vaya!", le gritaban algunos.
El Presidente se retiró en helicóptero de esta comunidad, que reportó cero grados centígrados durante la madrugada de ayer.
Esperan cuatro horas
Habitantes de este Municipio esperaron ayer hasta cuatro horas para recibir una cobija que no cuesta más de 50 pesos.
Durante su primera gira de trabajo en Tlaxcala, el Presidente Enrique Peña Nieto puso en marcha la Jornada Invernal de Prevención, un programa que dará apoyo a la población vulnerable ante las bajas temperaturas de la temporada.
Durante el arranque del programa, el Presidente se lució para la foto con la entrega de cobijas de marca reconocida.
Pero después del evento oficial, cientos de habitantes de San Pablo del Monte se formaron para recibir cobijas sin marca y más baratas.
Además, los responsables del reparto condicionaron la entrega a la exhibición de un boleto que previamente distribuyó la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
"Con boleto en mano. El que no tenga boleto, muchas gracias, ya se puede retirar porque no hay cobija para ustedes", advertían los encargados de la distribución.
"¡Ah, no, estas no son las cobijas que dio el Presidente!", reclamó una mujer, molesta porque la citaron a las 10:00 horas y Peña Nieto llegó hasta las 11:30.
Al terminar el evento, una hora después, los beneficiarios esperaron casi tres horas más para recibir una frazada que los proteja del frío.
La fila de habitantes parecía interminable y la distribución de cobertores terminó casi a las 15:00 horas.
"Nada más nos usaron para venir a apoyar. Estamos sin desayunar y todo por una cobija de las más baratas. Esto es un engaño", reclamó Arturo Méndez Acametitla, un hombre de más de 60 años que persistió en la formación hasta tener en sus manos una tilma.
La Procuradora Alicia Fragoso Sánchez y la titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), Adriana Moreno Durán, fueron las responsables de entregar las cobijas a los habitantes de San Pablo.
Moreno Durán dijo que las cobijas fueron diferentes porque así las envió el Gobierno federal, a través de la Sedesol.
"Fueron seis mil cobijas las que mandaron y se distribuyeron todas", comentó.
Explicó que los cobertores con los que el Presidente se tomó la foto los mandó elaborar el Gobierno estatal que encabeza Mariano González Zarur.
"Pero sí los repartimos todos porque este es un programa de coordinación entre los dos Gobiernos. Ahora ya somos uno y por eso entregamos todas las cobijas sin distinción", expuso la funcionaria estatal.
A la cabecera municipal de San Pablo del Monte llegó un tráiler cargado con miles de cobertores de marca reconocida y cuyo precio unitario supera los 300 pesos.
Cada uno tenía estampados los colores del Gobierno estatal priista y lucía la leyenda de "Desarrollo para todos".