"Queremos justicia" Ismael Alafita

El crimen del ing. Ismael Alafita Copeland causó indignación en la sociedad de Minatitlán. Un asesinato más de la delincuencia.

Zona Sur

Guillermo Gutiérrez Arias - 2013-02-16

Tras la indignación de la sociedad minatitleca por el crimen del ingeniero Ismael Alafita Copeland, ex dirigente de la Canaco y cercano colaborador del diputado local, su hijo, el joven Ismael Alafita Pavón, sereno, pero con el reflejo de la impotencia por el asesinato de su padre, dijo a éste medio “queremos justicia. Nuestro reclamo es de justicia”.

Amigos y familiares acompañaron a los dolientes que se quedaron solos, luego de que manos criminales que se han apoderado de Minatitlán le quitaran la vida al ingeniero Ismael Alafita, en presunto asalto en su negocio de mantenimiento de computadoras en la avenida Justo Sierra el pasado miércoles por la tarde noche.

El ataúd con el cuerpo del ex dirigente ganadero fue cargado por familiares y amigos para llevarlo a la misa en la Iglesia San Pedro, en un breve momento, el hijo único comentó que “estamos a expensas de los delincuentes, no se vale el sufrimiento que están causando a las familias de Minatitlán, es un dolor indescriptible. Queremos y exigimos justicia”.

Con una tranquilidad envidiable, con respeto a la memoria de su señor padre, al que dijo que “fue un hombre que siempre se preocupó por los problemas de la ciudad, pidió a las autoridades que hagan su trabajo, pero que lo hagan bien y se castigue a los responsables”.

A punto de salir las lágrimas de sus ojos, comenta “nos deja solos”. Las autoridades deben de poner atención a la violencia que se está viviendo en Minatitlán y dar solución a todos los delitos que se han cometido, no solo al crimen de mi padre, sino a todos. Todos son importantes.

El ataúd con el cuerpo del ingeniero Alafita fue recibido por el padre de la iglesia, hizo una plegaria y lo roció con agua bendita y lentamente fue conducido hacia el altar seguido de sus amigos y familiares. La misa en su memoria se ofició y posteriormente, se le dio el último adiós.



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