“El daño que nos hicieron, se lo dejó a Dios”: migrante

Con lágrimas en los ojos y una enorme nostalgia que lastima a los presentes, uno de los hondureños que fue lesionado cuando viajaba en el tren por el grupo armado el pasado miércoles expresó “el daño que nos hicieron, lo dejo a dios, yo por necesidad de mantener a una familia continuaré mi viaje”.

De lo que estoy seguro, por el acento de voz, es que “algunos centroamericanos están involucrados con esas personas malas que nos lastimaron al exigirnos dinero y no poder pagarles”.

Recordando a sus hijos que dejó en su país para ir en busca del sueño americano que les permita vivir mejor, comentó en las afueras del Hospital Civil de ésta ciudad, “sé que es de los nuestros, porque le conozco el acento, hablan como nosotros, no como mexicanos”

Y aseguró que sus connacionales se han aliado con grupos criminales mexicanos para extorsionarlos, “porque conocen bien la ruta y saben cómo nos movemos”.

Consolado en momentos por otros compañeros de viaje que también fueron lesionados, comentó que no nos lastimen, ellos saben que nosotros andamos sufriendo igual y que dejamos la familia para irnos a trabajar”.

Comentò que uno de sus agresores en la comunidad de Barrancas del municipio de Cosoleacaque, es de su patria, “estoy casi seguro que es mi paisano”.

Recordó que iniciaron su recorrido en Coatzacoalcos, pero más delante, sorpresivamente salió un grupo de “muchachos que sacaron machetes, y gritaron que nos cayéramos con la cuota, que si no nos mataban”.

Con la herida en la mano, agradeció a dios estar con vida y que los delincuentes no los hayan matado.
Sumamente afectado física y emocionalmente por el peligro recién vivido, expresó que “tengo dos hijos que dejé allá y por ellos, voy a continuar el viaje, aunque sea un riesgo de perder la vida”.