MARTÍNEZ DE LA TORRE: Urgen penas severas para jóvenes delincuentes
Los legisladores deben reformar el Código Penal para que se les castigue según la gravedad de la infracción.
Zona Norte
- 2011-05-24
Nuevas propuestas están en la mesa de los legisladores y es que la delincuencia cada vez recluta a más y más jóvenes que se vuelven los ases del robo de autos, casas habitación, cadenas, y demás actos delictivos que se disparan en el País, Estado y Municipio, al respecto abogados de la zona Centro-Norte de la Entidad veracruzana, plantean que los menores de edad que rebasen los 15 años y que comentan infracciones graves deberían cumplir penas severas en los reclusorios, asimismo, solicitan que se evalúe la mayoría de edad, pues consideran que un adolescente, a los 16 años, ya está consciente de los actos criminales que pudiera desencadenar.
En entrevista con el licenciado en derecho, Oswaldo Alfredo Serrano Herrera, citó que se debe realizar un estudio por parte de los legisladores a nivel federal para que se corrija este problema social que, a últimas fechas, se disparó en un gran porcentaje.
Indicó que, regularmente, los adolescentes que son utilizados para cometer los delitos tienen entre los 16 y 17 años, pues al ser capturados por las autoridades policiacas sólo deben cumplir, por mucho, una estancia de dos años en un Centro de Readaptación para menores, y es que el Código Penal de los estados establece que al llegar a la mayoría de edad deben ser liberados no importando la gravedad de la infracción que hayan cometido: "no son sujetos a los cuales se les puede imponer una pena de prisión, sin embargo, considero que sí se debe de modificar a pesar de lo que lleguen a manejar los tratados internacionales, ya que un menor cuando tiene 15, 16 y 17 años ya sabe distinguir los bueno y lo malo".
Por último Serrano Herrera, a escala local, manifestó que la delincuencia infantil y juvenil en la ciudad es alarmante, sin embargo, aseguró que lo más preocupante es que las autoridades locales ni siquiera se han dado cuenta de la frecuencia de conductas delictivas que, día con día, dominan a los menores de edad por ser una presa fácil.