Problemas en Coatzacoalcos, el paraíso marcelista, el que se supone era el grupo político más sólido e importante de la zona sur de Veracruz.
Pero todo es bloff y así siempre se han conducido: blofeando. La real fortaleza del grupo Coatzacoalcos ha sido siempre el sindicato petrolero que lidera Ramón Hernández Toledo en la región; es él quien ha sostenido al Partido Revolucionario Institucional o lo ha rescatado en sus crisis (en algún momento no tenían ni para pagar la luz del edificio del Comité Municipal). Es también quien paga las campañas.
Por eso no sorprende que el otrora “poderoso” grupo liderado por Marcelo Montiel Montiel esté padeciendo otra crisis, ahora de desunión.
Quienes los conocen de cerca, dicen que el problema radica precisamente en el fundador del grupo, quien se ha aferrado a mantenerse como el jefe político pese a su precaria salud; que no ha sabido ver los tiempos de retiro, pese a que ya es multimillonario y puede retirarse tranquilamente a vivir en sus ranchos de Brasil junto a sus amigos como Jociney.
Marcelo Montiel Montiel pudo haberse retirado, con mucho dinero y sin problemas, como un político que dejó un legado y una escuela entre sus más allegados, pero éstos se treparon ya a las barbas del patriarca por una sencilla razón: nunca aprendieron el valor de la lealtad y siempre les fue adoctrinado, como una religión, el vicio por el dinero.
Que el problema de su salud -admitida por el mismo Montiel Montiel- ya le nubla su juicio y en reuniones grita más fuerte que antes, algo que ya no están dispuestos a soportar los alumnos que tanto crió con cariño.
Y es que sin lealtad al maestro, ahora Marcelo padece las traiciones de quienes ya quieren hacer sus propios grupos políticos.
Marcelo quizás aspiró a ser como Don Carlos Brito, quien hasta el día de hoy maneja, mueve hilos.
Pero la diferencia es que Don Carlos es otra escuela, la de la vieja guardia que sabe de lealtades y de códigos no escritos, algo que el grupo Marcelista nunca aprendió ni está dispuesto a aprender.
Para ellos lo que vale es el poder, pero más que el poder, es el dinero. Por eso la voracidad y los pleitos entre comadres, como este día que salió un desplegado en Diario del Istmo, en Coatzacoalcos, donde el ex alcalde porteño Marcos Theurel Cotero arremete contra el alcalde Joaquín Caballero Rosiñol.
“MI PROCEDER HA SIDO HONESTO, ÍNTEGRO Y APEGADO A LA LEY”, dice en mayúsculas Theurel, cuando es sabido que por sus irregularidades (no denunciadas formalmente por las autoridades municipales), Coatzacoalcos está padeciendo una de sus peores crisis económicas, al grado de que el alcalde Joaquín Caballero juega con los límites del presupuesto, endeudándose para pagar gasto corriente.
Reducidos a eso, el grupo Coatzacoalcos se diluye y va perdiendo fortaleza por los trapitos al sol que se están sacando entre ellos mismos.
El grupo Coatzacoalcos se está enfermando como Marcelo.
