Crónica de una Cuba Sin Fidel

+ Pero algo pasa en La Habana: quizás es el día que no esperaban que llegaría. Que no se imaginaban una Cuba sin Fidel, ni que tendrían que rendirle tributo a su partida.

Internacionales

Pablo Jair Ortega - 2016-11-29

Algo está pasando en Cuba y lo dicen lo mismos cubanos. Se refieren a que hay algo en el ambiente, que se siente una pesadumbre por las calles taciturnas de La Habana.

Algo pasa en Cuba que hay un luto y no hay alegría. El pueblo anda con tristeza y un pesar notable. Piden respeto para el ausente, el que se acaba de ir, pero también tienen una incertidumbre palpable: ¿qué será lo que pasará con Cuba?

Incluso comentan que se imaginaron a gente celebrando, pero pesa más la generación que creció con Fidel, que lo idolatra y venera; le agradece.

Otro detalle es que en La Habana hoy faltan camiones para transportar a la clase trabajadora que se ve desesperada afuera de las aceras, viendo a qué hora pasa la gua-gua. Y es que la movilización de la Plaza de la Revolución hizo que se usara todo el transporte público posible para el pueblo cubano.

Enmarcado en los rostros delineados de Camilo Cienfuegos y Ernesto “Ché” Guevara, miles acompañan a los jefes de estado y representantes de gobierno del mundo que esta noche expresan su pésame.

Por México, Peña Nieto recordó a Veracruz con el episodio de Tuxpan, cuando el 25 de noviembre de 1956 el grupo de rebeldes salió de Santiago de la Peña a bordo del buque Granma para iniciar la aventura de derribar la dictadura de Batista.

Evo y Maduro fueron de los más vitoreados. El de Bolivia incluso dijo que no sabía qué hará ahora que Fidel se ha ido; que no sabe en quién se apoyará o quién lo aconsejará.

En Miramar, la zona residencial de La Habana, pasan los vehículos diplomáticos hechos madre porque hoy tienen que estar al tiro con la presencia de sus jefes.

La plaza luce abarrotada y el mensaje es el mismo: todos recuerdan a Fidel Castro como el líder que derrocó a la opresión y combatió al imperialismo; que mandó brigadas de maestros y médicos a países del tercer mundo. Lo mínimo es que lo recuerdan como un gran amigo, como el caso de México.

Pero algo pasa en La Habana: quizás es el día que no esperaban que llegaría. Que no se imaginaban una Cuba sin Fidel, ni que tendrían que rendirle tributo a su partida.

Por la noche los cubanos regresan caminando a las plazas y parques para conectarse al mundo vía sus celulares. Algo relativamente nuevo para ellos y hasta desesperante por lo lento de la red.

Pero algo tiene el cubano que se las ingenia para todo, hasta para darle internet a este cronista como si estuviese en casa.

De todas maneras se siente la tristeza; no ríen como siempre; un taxista comenta la anécdota de que multaron a una vecina porque sabiendo de los días de luto nacional y se atrevió a hacer una fiesta con música fuerte. Hay Ley Seca también.

Algo está pasando en Cuba; debe ser que no está Fidel.

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