#Crónica: DESPIDEN A FIDEL CASTRO EN SANTA IFIGENIA

+La nueva ideología es la de asumir una nueva identidad: "Yo soy Fidel, porque Fidel es Cuba y Fidel es el

Internacionales

Pablo Jair Ortega - 2016-12-05

Un luto familiar, muy privado, con todo el aparato del estado. Cuba lloró a Fidel en estos últimos días. La nueva ideología es la de asumir una nueva identidad: "Yo soy Fidel, porque Fidel es Cuba y Fidel es el pueblo".

La vigilia terminó muy temprano por la mañana, cuando los más cercanos al Comandante en Jefe decidieron que ya era hora de llevar los restos de Fidel a Santa Ifigenia, para finalmente descansar eternamente.

Es curioso que se haya declarado un novenario cuando históricamente la Revolución Cubana abrazó al ateísmo; no obstante de las visitas del Papa Juan Pablo II, en 1998, recibido por el propio Fidel; de Benedicto VI, en 2012; recibido por Raúl; y finalmente las dotes diplomáticas del Papa Francisco, de quien se dice tuvo mucho que ver con la ya legendaria llegada a esta isla del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, cumpliéndose la profecía atribuida al Caballo Ausente de un Papa Latinoamericano y un Presidente Negro en EE.UU.

Tuvieron que pasar 57 años para que la Caravana de la Libertad nuevamente rodara por los caminos de la isla, ahora a la inversa, partiendo de La Habana que lo recibió victorioso en 1959, y culminando en la heroica Santiago que comenzó todo en 1953, con el fallido asalto al Cuartel Moncada.

Miles caminaron de la Plaza "Antonio Maceo" hasta el cementerio, a una prudente distancia solicitada por la familia. En el punto, varios agentes de seguridad vestidos de civl y del Ministerio del Interior ya esperaban con cordones para evitar el paso a los no autorizados, incluida a la prensa, excepto la oficial.

Un grupo de cubanos comenta sobre el operativo: "Nosotros podemos venir después. Nosotros somos cubanos y podemos regresar cuando queramos", en una resignación obvia a que muchos no podrán ver la tumba de Fidel (incluidos dos veracruzanos) porque tienen que regresar a sus lugares de origen.

Y sí, dichosos aquellos que podrán regresar, aunque sea por pura curiosidad, a ver dónde quedó el último gran personaje histórico del siglo XX.

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