#DesdeElSur: VERACRUZ, REHÉN DE LA DELINCUENCIA ORGANIZADA

+ El Gobierno incapaz de frenar los delitos

Zona Sur

Guillermo Gutiérrez Arias - 2017-03-22

La sociedad veracruzana fue convertida en rehén de la delincuencia organizada, mientras que las fuerzas policiales son rebasadas en todos los aspectos y los delitos en Veracruz van a la alza.

El llamado angustiante de una población temerosa y de los diferentes grupos y organizaciones de desaparecidos aunque se pronuncian cada vez más desconcertados ante los macabros hallazgos que hacen a lo ancho y lo largo de la entidad veracruzana, el gobierno no encuentra la forma de poner un alto al gravísimo problema.

“Veracruz la fosa más grande de México” es el calificativo que se ha ganado la entidad ante el descubrimiento de cementerios clandestinos, donde las diversas células delictivas han operado con toda tranquilidad para tratar de cubrir los miles de desaparecidos que hay.

Lo que ocurre no es nuevo. Tiene antecedentes de por lo menos 12 años atrás, cuando la célula delincuencial de los Z llegó a Veracruz para iniciar actividades.

Hoy aunque las autoridades estatales y federales traten de ocultarlo, es una realidad, en Veracruz por lo menos 6 grupos delincuenciales operan. Incluso para mantener el control hacen extrañas alianzas, que luego terminan en enfrentamientos en la disputa por el poder, llevándose a miembros de la sociedad de por medio en diversos delitos.

Los gobiernos de Fidel Herrera Beltrán y el del prófugo de la justicia, Javier Duarte de Ochoa, permitieron todo a las organizaciones criminales, creándose una verdadera industria de la extorsión, el secuestro, el crimen doloso, el robo de vehículos, la venta de protección, el cobro de piso, a tal grado que en el puerto de Veracruz llegaron a tener el control de diferentes dependencias oficiales.

Hoy, aunque lo prometió el gobierno del cambio, el de la transición, el de la más extraña alianza en la política de México (la izquierda con la derecha) y a pesar de que Miguel Ángel Yunes Linares, un ex priísta que ha tenido la oportunidad de estar en encargos de seguridad federal, no encuentra la forma de cumplir su promesa hecha a los veracruzanos.

A más de tres meses y medio de haber asumido el cargo como Gobernador de Veracruz, no logra bajar el índice delictivo y como si fuera un reto de las organizaciones criminales, todos los días hay muertos y el “extraño” descubrimiento de más fosas clandestinas donde cientos de restos humanos son encontrados ante la presión de miles de familias de los desaparecidos.

Se necesita tener un familiar desaparecido, asesinado, descuartizado, secuestrado y haber pagado sin recuperar a su ser querido, para entender el dolor de miles de familias.

Hay padres de familia que lloran por el secuestro de un hijo o una hija y que los criminales a pesar de cobrar el rescate, los asesinaron.

Hay hijos que lloran la desaparición de sus padres. El de una madre, una mujer luchadora y profesionista, pilar de un hogar. Por tal motivo, los familiares de los desaparecidos vieron la necesidad de organizarse para exigir a las autoridades estatales y federales resultados. Sin que estos lleguen.

Más indignación hay en la sociedad al no ser escuchada a tiempo. Para nadie es extraño o nuevo el hecho del cementerio clandestino en Colinas de Santa Fe en el puerto de Veracruz. Muchos vecinos de éste lugar fueron amenazados para acallar lo que era un secreto a voces. Todas las noches entraban camionetas para enterrar cadáveres.

Los únicos que no se daban cuenta, no tenían información y no veían nada, eran las autoridades de Seguridad Pública, el Mando Único, la Fuerza Civil, la Policía Naval, el ejército mexicano, la policía federal y otros grupos de seguridad.

Lo mismo ocurrió en Arbolillo, municipio de Alvarado. Y de igual forma en la zona de la Cuenca, en Cosamaloapan, en Carlos A. Carrillo, en Isla, Rodríguez Clara, Azueta, Tierra Blanca, Tres Valles.

O en el Sur, en tierras de Coatzacoalcos, Minatitlán, Cosoleacaque, Jáltipan, Acayucan, en la zona serrana. Incluso se llegaron a formar los grupos de autodefensas en la zona rural de Minatitlán.

La realidad es que la industria delictiva ha logrado contaminar a diferentes dependencias y cuerpos de seguridad, impartidores de justicia, de la política y las mismas autoridades. Las investigaciones de inteligencia de las dependencias oficiales tienen acceso a información.

Las preguntas serían:
¿Por qué el gobierno no aplica toda la fuerza policial para combatir a las células criminales?
¿Acaso están mejor equipados los delincuentes que el gobierno que invierte millones de pesos para el renglón de seguridad?

¿Acaso ha podido más la infiltración de delincuentes en diferentes esferas de gobierno y siempre van adelante en las acciones de la lucha?

¿Hay intereses de los gobiernos estatal y federal con las células delictivas, como se llegó a publicar en reportajes de importantes revistas nacionales?

¿Es mejor el dinero de la industria de la delincuencia, independientemente de la del narcotráfico, que el dinero que puedan ganar los elementos de los cuerpos policiales o cargos políticos?

Como éstas, hay muchas interrogantes. Lo cierto es que “no son casos aislados” como hace años se pretendió justificar la ola delictiva.

Mientras tanto organizaciones como Solecito, Colectivo Familias Desaparecidas de Orizaba-Córdoba, La Organización Desaparecidos Justicia A.C., Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas y otras muchas más, seguirán exigiendo a las autoridades resultados.

No más mentiras. No más información poco fidedigna. No más complicidad para acallar lo que ocurre en Veracruz.

Por otra parte, de acuerdo a los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública habla de que en enero del 2017 se tienen registrados en Veracruz 102 asesinatos, 15 secuestros, 55 extorsiones, 237 denuncias por robo de vehículo y hay 489 carpetas de investigación por robo de vehículo con violencia.

Se ha superado el homicidio doloso, el secuestro, la extorsión y el robo de vehículo de acuerdo a los datos que se tienen en el período del 2010 al 2016 de Javier Duarte de Ochoa.

Aunque los datos no son apegados a la realidad, en el 2004 en el período de Fidel Herrera Beltrán se habla de 465 asesinatos, de 13 secuestros, 127 extorsiones y el robo de vehículos.

Lo cierto, es que miles de ciudadanos que radicaban en la entidad veracruzana huyeron hacia otros estados ante el clima de inseguridad.

La sociedad de Veracruz reclama y exige a las entidades gubernamentales SEGURIDAD, pero ésta no llega ante la desesperación de una ciudadanía que está lastimada de muerte y aunque llegó al hartazgo, no encuentra el camino para ser escuchada. Hasta la próxima, primero Dios.

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