#DesdeElSur: POLÍTICOS CORRUPTOS Y GRUPOS CRIMINALES ACABAN CON VERACRUZ

+Veo un Veracruz con sed de justicia social, diría L. D. Colosio

Zona Sur

Guillermo Gutiérrez Arias - 2017-11-11

Desde Querétaro y Estados Unidos dos familias muy estimadas me contactan vía WhatsApp y me dicen, memo, tan grave está la situación en Veracruz que todos los días por diferentes medios informativos nacionales y las redes sociales, sólo se habla de la corrupción, inseguridad, asesinatos, descuartizados, secuestros, asaltos violentos y hechos de sangre.

¿Qué es lo que pasa en Veracruz?, si es una tierra hermosa, su gente es trabajadora, amable, inquieta, productiva, pero está perdiendo el carácter para exigir, protestar y pelear por lo que tanto tiempo han trabajado. Un patrimonio, la tranquilidad, la seguridad y la paz social, agregan al comentario.

Con la preocupación en el rostro, como periodista y director de mi portal Agencia de Noticias Nuevo Siglo, lo único que les dije que los “políticos corruptos y grupos criminales han acabado a Veracruz y a los veracruzanos”.

Aunque los políticos de los diferentes niveles afirmen, declaren, anuncien y prometan seguridad, inversión, obras y desarrollo. En lo personal, recordando a Luis Donaldo Colosio, digo que “veo un Veracruz con hambre, hundido cada vez más en la pobreza, en la miseria, víctima de los ladrones de cuello blanco y de las células criminales que operan impunemente con la complicidad de las malas autoridades”. En pocas palabras, impera la corrupción e impunidad.

Veo un Veracruz con hambre de justicia social, porque después de los 70 años gobernado por muchos políticos corruptos y ladrones del Partido Revolucionario Institucional, el gobierno del cambio, el de la extraña alianza PAN-PRD, no han podido cumplir lo prometido, mientras los veracruzanos viven en la peor crisis de credibilidad, incertidumbre económica y social. En la desesperanza de volver a tener seguridad y tranquilidad.

Mientras el dinero de los veracruzanos se encuentra en manos de unas cuantas familias de corruptos políticos y de los jefes de las células criminales, ambas sumamente peligrosas, el trabajador, el maestro, el profesionista, el ama de casa, el estudiante y ciudadanía en general, van sobreviviendo con incertidumbre.

Miles de profesionistas, empresarios, comerciantes y familias completas huyeron y siguen huyendo del Veracruz rojo, tal como lo pinto Fidel Herrera Beltrán, del Veracruz del arcoíris con Javier Duarte de Ochoa y del Azul-Amarillo de Miguel Ángel Yunes Linares.

Como periodista ya no quisiera dar a conocer hechos de sangre, de violencia, de secuestros, de extorsiones y personas despedazadas. De políticos corruptos y ladrones que sabiendo que la “justicia se compra con dinero” roban millones de pesos y “no pasa nada”.

Desafortunadamente no puedo dejar de informar y comentar sobre el “Veracruz que muere lentamente, acribillado desde diferentes ángulos y formas, por políticos corruptos y criminales despiadados” Es el pan de todos los días, pese a la promesa hecha para llegar al cambio de que “en seis meses se acabaría con la inseguridad que tanto lastima a la sociedad veracruzana”.
Lamentablemente, el Sur de Veracruz ha sido el escenario donde asentaron sus fueros varias células criminales, haciendo desde hace años, la industria del secuestro, de la extorsión, de la venta de protección y el cobro de piso, los asaltos violentos, el robo de combustible (hoy huachicoleros), etc.

Al contar con la complacencia los grupos delincuenciales de la autoridad y la complicidad de quienes son responsables de la seguridad de los veracruzanos, ha sido motivo para que surja la disputa de la plaza.

Pero también es un secreto a voces que las células delictivas llegan por cuestiones políticas, por la inversión que hicieron en campañas políticas y que al ganar el candidato que apoyaron, cobran la factura.

Esas famosas “limpias” que ejecutan los delincuentes, han sembrado el terror en Veracruz y en los veracruzanos. La indiferencia de las autoridades para combatirlos, también ha provocado en parte, una gran indiferencia en los ciudadanos. Ya nos estamos acostumbrando a ver como algo normal a los “despedazados” envueltos en bolsas negras, una cartulina con un narcomensaje y la cabeza de la víctima encima.

Esto es muy grave. Y aunque los medios no queramos informar, lo tenemos que hacer. Es la realidad que se vive en Veracruz. Es la realidad que vimos todos los ciudadanos. Es la realidad del Veracruz bañado de sangre de gente inocente víctima del secuestro, la extorsión, de la violencia.
Aunque han surgido grupos radicales y sociales con más carácter para enfrentar a la delincuencia y combatir la inseguridad, las mismas autoridades mediante la amenaza, la intimidación y la fuerza pública, los han mermado en diferentes regiones de Veracruz, dejándole nuevamente el paso libre a las células criminales.

Las autoridades gubernamentales saben quiénes son los delincuentes. Cuáles son las zonas de influencia. Quienes son los jefes, que políticos y funcionarios se encuentran involucrados, pero no actúan de acuerdo a la ley, porque son más grandes los intereses políticos y económicos, que la responsabilidad de servir a la sociedad.

Otro cáncer que acaba con México y los mexicanos, la corrupción y la impunidad. Funcionarios de los tres niveles de gobierno vividores de la política, para nada servidores públicos y menos respetuosos de las leyes, trabajan para ellos, hacen reformas en beneficio de ellos y para protegerse. Se despechan con la “cuchara grande” de la corrupción.

Mientras a millones de trabajadores les autorizan míseros mini aumentos en los salarios, ellos se autorizan aumentos desproporcionados a la realidad y crisis económica del país. Se autorizan bonos, viáticos, gastos de representación, compra de vehículos para el uso personal y de sus familias, contratan guaruras para su seguridad y tantos beneficios como pueden a costa del erario público.

Nos preguntamos, a poco a un trabajador le pagan el combustible para ir a sus labores, le pagan la comida, el uso de celular, les dan vehículos para uso personal, gastos de representación, del servicio médico y tantos beneficios de los que goza la clase política.

Entonces porque a la clase política privilegiada corrupta y deshonesta que han hundido a México en la miseria, les tenemos que seguir pagando esos beneficios para que vivan como señores feudales. Hasta cuando los mexicanos reaccionaremos para acabar con esa lacra y rescatar al país para hacerlo más próspero y con justicia social.

Para lograr esos cambios, se necesita empezar a formar una nueva generación con verdaderos valores de honestidad, justicia social, respeto, trabajo, vocación de servicio social y de responsabilidad.

Lamentablemente las generaciones que hay, ya las contaminamos y siguen los malos pasos de quienes han gobernado al país y se han servido de la población. Gris el panorama para México en donde el hambre y la injusticia social, la corrupción y la inseguridad, lo pueden llevar a un estallido social. El pueblo ha aguantado y sigue aguantando, pero también ya está cansado y con sed de hacerse justicia.

Es la cruda realidad que veo en Veracruz, donde la impunidad, la corrupción y la inseguridad, matan lentamente a la sociedad que ya se cansó de vivir en las peores condiciones sociales y que en cualquier momento, el monstruo puede despertar violentamente para quitarse a los enemigos. Hasta la próxima Primero Dios.


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