#AsuntosPúblicos: A LA HORA DEL CORTEJO A LOS CIUDADANOS

+ Por Eduardo Coronel Chiu / Diario AZ Xalapa

Zona Centro

Eduardo Coronel Chiu - 2017-12-14

Los ofertones de temporada electoral a la Presidencia de la República vienen con todo. Ofrecer desde el Estado a la población prestaciones sin sustento en las capacidades económicas reales, el populismo financiero se apropia en esta ahora de los titulares de las campañas electorales.

Si la coalición PAN-PRD-MC que postulará a Ricardo Anaya quiere enganchar con la renta universal básica, consistente en la entrega mensual a todos los mexicanos, a todos por igual, al más rico y al más pobre, de un ingreso suficiente para adquirir la canasta alimentaria y no alimentaria, estimado en 2 mil 400 pesos al mes, el Frente de partidos en torno a Morena que registrará a Andrés Manuel López Obrador ya ofreció su mercancía; pagar del presupuesto público 3 mil 600 pesos al mes a todos los ninis –la población joven que ni trabaja ni estudia–, colocándolos en empresas como aprendices, becas de 2 mil 400 pesos al mes a estudiantes pobres y duplicar la pensión a los adultos mayores a un monto de 1 mil 200 pesos mensuales. ¿Quién da más?

¿De dónde saldría el financiamiento?

La pobreza y desigualdad padecida por más de la mitad de la población del país en grados de carencias y deficiencias que van desde algunos servicios, como educación y salud, vivienda, hasta el hambre y la insuficiencia para adquirir alimentos, obliga a plantear la revisión y rediseño de la política social para reducirlas. Como problema colectivo es uno de los temas obligados de la agenda nacional y la campaña electoral. Pero abordar el tema y los objetivos deseables es equivocado si no se evalúa con realismo el financiamiento de los programas; la propuesta debe acompañarse de los elementos de información y cálculo, tener una respuesta factible al problema de cómo financiar con los recursos económicos limitados del estado el tamaño de las necesidades. Prometer, ya se sabe, no empobrece, menos en campañas electorales que buscan el voto de los ciudadanos. Hasta ahora la mercadotecnia de la coalición de Anaya se queda en el empaque, sin poder justificar el financiamiento de la renta universal básica; aunque dicen que se usaría el mismo monto que ahora se destina a los múltiples programas sociales, no les salen las cuentas. Sostener la renta universal como prestación obligatoria sería una billonada (darle 2 mil 400 pesos al mes a 121 millones de personas, ¿cuánto es?), y el presupuesto de la Sedesol es de apenas 105 mil millones de pesos. ¿De dónde saldría la diferencia, ¿aportaría algo Anaya de su riqueza familiar fincada en su natal Querétaro?

La fórmula mágica de AMLO, por su parte, es conocida. Todos los programas sociales se pueden financiar con los ahorros que se tendrían al erradicar la corrupción, la reducción de sueldos a los funcionarios y la austeridad guadalupana, de la Morena.

¿Y Meade?

Llama la atención que hasta ahora no tengamos en el mercado electoral la oferta popularechera del candidato del PRI-PVEM-Panal, José Antonio Meade. Como titular que ha sido tanto de la Secretaría de Hacienda como de Desarrollo Social tendría que ofrecer políticas y programas viables de financiar y de aplicar, para contrastarlo con las ofertas ya lanzadas de los competidores que precisamente adolecen de realismo financiero. Aunque corre el riesgo de endulzar menos el oído y la vista de las masas. Hoy que inicia su (pre) campaña en Chiapas, en San Juan Chamula, una región étnica sumida en la pobreza, se esperaría que Meade empareje la subasta. A ver si no recurre a las tarjetas rosas para pagar a las amas de casa, como lo hizo Del Mazo en la reciente campaña por el gobierno del Estado de México. Por cierto no se sabe si ya les depositó los prometidos 1 mil 200 pesos al mes; al fin que las elecciones ya pasaron.

Hipólito con dos cuñas

Ni duda cabe que el alcalde electo de Xalapa, Hipólito Rodríguez, está dispuesto a pagar el uso de la franquicia de Morena que lo sentará como presidente municipal los próximos 4 años.
Es claro que de parte de Morena le van a controlar la tesorería. No otra explicación se encuentra en la selección que hizo de Roberto Tejero Castañeda, de quien dijo en su presentación se hará cargo de la tesorería municipal.

Las referencias que dio de su futuro tesorero lo ubican en la línea PRD-Morena: funcionario de la ciudad de México en el gobierno de Marcelo Ebrard (2009-2012), subdirector de presupuesto de la policía judicial y luego en el ayuntamiento de Juitepec, Morelos, en el periodo 2012-2015, como subsecretario de Predial y Catastro, municipio gobernado entonces por un grupo afín a López Obrador y Morena. Mal signo envía Hipólito a los xalapeños que lo eligieron al dejar de lado a los profesionistas locales del ramo de las finanzas municipales por obedecer con docilidad y consentir que desde la jefatura de Morena le manejen la caja. ¿Tendrá su Eva Cadena?
La otra pieza incrustada a Hipólito por Morena es Juan César Sánchez Amaya, a quien nombrará jefe de la Policía Municipal, un área hoy inexistente de la que se haría cargo el ayuntamiento a partir del año entrante. Dejando para otro momento el análisis del riesgo de que el ayuntamiento asuma el servicio de seguridad pública bajo condiciones de elevada violencia criminal, y construirlo desde cero, sin estructura, personal, recursos suficiente, y para más con un elemento que desconoce el estado, queda por ahora la evidente cuota para el partido Morena. Los antecedentes de su jefe policiaco lo comprueban. Participo en la Secretaría de Seguridad del Distrito Federal –hoy Ciudad de México–, en los gobiernos de López Obrador y Marcelo Ebrard, director de la policía sectorial en 2008 y coordinador de asesores hasta 2012.

Según lo que Hipólito refirió de ellos, ninguno de los dos recomendados de Morena acredita ocupación laboral de 2015 a la fecha. ¿A qué se dedicaron en ese lapso, aparte del culto a López Obrador.

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