Una vez más se comprueba de que todas las directrices municipales emanadas del sindicato petrolero, en Minatitlán Veracruz, no son autónomas y dependen –un gobierno paralelo- dependen de lo que el dirigente en turno, petrolero, disponga.
Este ejercicio que por fortuna está por terminar en unos cuantos días, ha sido el más mediocre y pelele del que se tenga memoria. El encargado de obedecer las órdenes del sindicato petrolero sólo demostró que es bueno para brincar las vallas del carnaval y depositarle en el sostén del pecho, a bailarinas exóticas, billetes. De ahí en fuera no dio jamás pie con bola y su último desinforme fue de lo más ridículo ya que “entre cuates” y no de frente a la ciudadanía, expuso un inflado mensaje “de obras” cuando, se constata, nuestra ciudad es un remedo lunar por el deplorable estado de sus calles donde hasta personas han tenido accidentes lamentables, dolorosos, al caer en algunos de los tantos baches que ha hecho que a esta noble ciudad se le conozca así, como Mina baches pues el presidente, ya se dijo, ha sido franca muestra de ineptitud total.
Sin discurso político ni mucho menos saber cómo hilar bien dos frases juntas, la torpeza del munícipe viene a lastimar una vez más el seno de muy humildes hogares que. esperanzados al pago del aguinaldo correspondiente, esta es la hora en que (y como ya van de salida) muy probablemente pinten un violín ya que, el año pasado, sólo se les entregó a los trabajadores la mitad. La pregunta es, ¿si ya saben que no serán autónomos y no tienen manera de enfrentarse a tantos problemas, para qué asumen el cargo?, mismo que, se ve, les queda sumamente guango.
La ley establece que el trabajador debe recibir, para los diversos gastos de estas fechas tan significativas, su aguinaldo antes del día 20 de diciembre; pues no, como se dijo líneas arriba, “la flamante” autoridad (¿?) no tiene contemplado ese aguinaldo, aunque es de asegurar que
los ineptos principales sí lo hayan cobrado ya.
Un Ayuntamiento mediocre, el todavía actual, que pasa a la historia como el más obtuso en la historia de nuestra noble ciudad.
Lástima de ropita.
