Entrada principal del panteón de Santa Clara. 125 aniversario de don Arcadio Hidalgo, sonero mayor del Sotavento y, para ello se organiza tremendo fandango en su memoria donde su nieto, Patricio Hidalgo, acompañado del grupo de Son Los Negritos, reciben alrededor de las cinco de la tarde al alcalde Nicolás Reyes Álvarez acompañado de varios de los regidores y regidoras de la actual administración municipal.
Patricio da las palabras de bienvenida y aquello es dar comienzo a una hermosa fiesta donde la nutrida asistencia disfrutó de café, tamales, arroz con leche, pero sobre todo la hermosa música de nuestro solar en el sureste, tradición viva que por fortuna, a pesar de los cambios que el tiempo trae, hay seguidores que aman la respetable trayectoria y dinámica del Son a como Isis Lázaro Montalvo lo atestiguó delante de la concurrencia que, hasta muy tarde, se retiró del camposanto que alberga a cerca de veinte mil deudos, entre ellos grandes personalidades que dieron a la noble Minatitlán sus conocimientos, luchas y vida entera.
Atento a los compases del Son, Nicolás Reyes Álvarez saludó de manera muy afectiva y personal a la respetable y distinguida dama, doña Adelita Casarín, ícono de estas nuestras fiestas y, por supuesto, doña Adelita bailó como se debe varias de las piezas que Los Negritos saben ejecutar con maestría.
El nombre de don Arcadio Hidalgo se ha convertido en convocatoria, su legado pertenece a los invaluables tesoros que Minatitlán respeta y quiere. Nativo de Nopalapan (municipio de Rodríguez Clara), hombre de campo y de tez oscura, tuvimos la fortuna de verlo y tomarle varias fotos allá en su parcela del ejido Tacoteno donde tuvo a bien obsequiarnos uno de sus libros: La Versada de Arcadio Hidalgo y, de aquellos discos de acetato, conservamos con mucho celo y afecto uno de portada blanca donde don Arcadio canta y toca con el Grupo Mono Blanco. En ese disco la voz del maestro es de madura tesitura, todo un león dominante y sabio del Son que amó como nadie.
De ahí este homenaje en su memoria pues, con don Arcadio Hidalgo, gracias a sus enseñanzas, el Son es vivencia y tradición festiva.
