* VERACRUZ: ¿FRENTE O FARSA?

Raymundo Jiménez

AL PIE DE LA LETRA

2017-11-07


Casi todos los alcaldes recién electos de la alianza PAN-PRD y el “independiente” Octavio Pérez Garay, de San Andrés Tuxtla, a través de la simulación de foros regionales han arreciado la promoción de Miguel Ángel Yunes Márquez como virtual candidato del Frente Ciudadano por México a la gubernatura de Veracruz en 2018.

Bueno, hasta la dirigencia estatal priista da por hecho también la perfilada candidatura del munícipe de Boca del Río, pues este lunes, en conferencia de prensa, el presidente del CDE del PRI, Renato Alarcón Guevara, afirmó que en el partido tricolor “tenemos certeza que nos enfrentamos a un proceso en el que la sucesión de familia que se vive en el PAN nos va a llevar también a enfrentar un Gobernador que utilizará todos los medios posibles para hacer ganar a su partido y a su propio hijo”, por lo que el ex delegado del ISSSTE anunció que “nuestra estrategia es dar batalla en varios frentes, siempre del lado de las causas sociales y denunciar todas las anomalías que cometa la autoridad estatal”, anticipando que “a partir de esas denuncias públicas, los medios de comunicación tendrán acceso a información que permitirá documentar el perverso juego sucesorio Miguel-Yunista”.

Sin embargo, en opinión de algunos actores políticos cercanos a las dirigencias nacionales del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano que continúan construyendo este Frente opositor, todavía ven con ciertas reservas la anunciada nominación del hijo mayor de Yunes Linares ante el presunto rechazo de algunos académicos y representantes de la sociedad civil que se han sumado a este proyecto tripartidista cuya principal bandera es el de la ciudadanización.

Uno de ellos, la politóloga Denise Dresser, acaba de publicar por segunda semana consecutiva en el diario Reforma un artículo sobre el mismo tema. Titulado “¿Frente o farsa?”, en él señala que dicha alianza en ciernes se ha convertido en “la piñata política” del PRI y de los lopezobradoristas porque “podría conformar un genuino frente opositor, catalizar el cambio sistémico y ser opción para millones de electores indecisos que no saben por quién votar.”

Para la autora del libro “El País de Uno. Reflexiones para entender y cambiar a México”, el “enemigo fidedigno” no es el Frente Ciudadano sino el régimen político priista que la transición electoral no destruyó. “El PRI como forma de vida y reparto del botín que los partidos emulan cuando llegan al poder”, puntualiza, pues remarca que “la transición se truncó”, que “la democracia se descarriló” y que “todos los miembros de la clase política en los últimos veinte años son responsables de ello, incluyendo el PAN-PRD-MC, que no supieron cómo ser oposición.”

“No pudieron o no quisieron combatir la corrupción o reconstruir instituciones o empujar la autonomía judicial o ciudadanizar la política o rendir cuentas. Llegaron al poder no para confrontar al PRI sino para mimetizarlo. Arribaron a Los Pinos y a las gubernaturas no para desmantelar redes clientelares sino para montarse sobre ellas. El PAN desató la cruenta y contraproducente guerra contra las drogas: el PRD hizo negocios y enriqueció a sus dirigentes; Movimiento Ciudadano llevó a cabo alianzas inconfesables y pactos podridos. Nadie tiene las manos limpias ni las conciencias tranquilas aquí. Pero eso no significa que por equivalencia inmoral el PRI merezca perpetuarse o López Obrador sea la única opción por default, la fruta menos podrida en el mercado”, argumenta la columnista, Premio Nacional de Periodismo 2010.

Dresser expone que ante el fracaso partidocrático, en México urge reformar al régimen, cambiar la forma de hacer política, de vincular a los partidos con la sociedad y cambiar la relación entre Estado y mercado; erradicar aquello que todos los partidos han vivido como la normalidad, el fin de los pactos de impunidad, de rapacidad y del saqueo sexenal, el fin de la rotación de élite impunes, de la militarización como estrategia de seguridad nacional, el fin del gobierno como sitio para la distribución del botín partidista, de la “República mafiosa”, y “el principio de eso que todos los partidos, incluyendo Morena, han resistido: la rendición de cuentas, la transparencia total, la recuperación de lo público desde la ciudadanía y para la ciudadanía.”

La articulista resume que “esta es la agenda que el Frente debería asumir; estas son las causas que trascienden ideologías y dogmas; estas son las banderas que debería recoger si desea ser una fuerza y no una impostura”, pero advierte que “solo lo logrará si es un frente verdaderamente opositor y verdaderamente ciudadano.”

Y concluye que “si en vez de pelear por candidaturas y prebendas y pedazos de poder, lucha por lo pendiente que la transición no tocó: instituciones podridas, reglas disfuncionales, ciudadanos exprimidos o ignorados”; que “si la alianza PAN-PRD-MC hace esto, podría convertirse en un hito”, ya que “de lo contrario demostrará que es una farsa más; un muro al cual golpeamos con la esperanza inútil de que se convierta en una puerta.”

¿El gobernador Yunes Linares y su hijo Yunes Márquez abonarán a la construcción del Frente Ciudadano o, en su voracidad por el poder, también se sumarán a la paliza que, según Denise Dresser, priistas y lopezobradoristas le están dando como “piñata política” porque podría constituirse en la mejor opción electoral para “catalizar el cambio sistémico y ser opción para millones de electores indecisos que no saben por quién votar?”

Ya veremos qué tan “democráticos” y leales le son a su líder Ricardo Anaya, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN y principal impulsor del Frente Ciudadano por México, lo que le ha valido al panista queretano una feroz campaña mediática cuestionando el patrimonio de su familia política.


ANILÚ CON EL PRESIDENTE

Este lunes, el presidente Enrique Peña Nieto encabezó en Veracruz la ceremonia de abanderamiento de la patrulla costera ARM “Chichén Itzá” PC-340 y el vertimiento controlado del casco del ex buque ARM “Comodoro Manuel Azueta”.

Este evento tan especial tuvo una convocatoria muy estricta. Por ejemplo, de los delegados federales asistentes, sólo se pudieron ver el de la SEGOB, Ángel Isaac Ochoa; el del CISEN, Alejandro de Jesús Gómez Merino; el de la SCT, Miguel Ángel Vega Vargas; el de la Semarnat, José Antonio González Azuara, y la de Sedesol, Anilú Ingram Vallines, que fue la única funcionaria de la Federación presente, a pesar de que no se trataba de un acto oficial relacionado con los grupos sociales vulnerables y de combate a la pobreza, por lo que su significativa asistencia tendría que ver con su posible futuro vinculado al próximo año electoral.

Y es que llamó la atención entre los contados y distinguidos asistentes a la ceremonia, el hecho de que justo cuando el presidente Peña Nieto se disponía a abordar el helicóptero que lo llevaría al punto donde se realizaría el hundimiento del buque “Manuel Azueta”, el jefe del Ejecutivo federal tuvo la deferencia de regresarse a saludar muy efusivamente a la guapa delegada de la Sedesol, a la que identifica bien por la referencia de sus buenos resultados, producto de su trato cercano a la gente y por su trabajo honesto y transparente.

Obviamente no faltaron los futuristas políticos que se atrevieron a augurar que esa deferencia presidencial fue prácticamente el “destape” de la porteña como la virtual candidata del PRI al Senado de la República, ya que además de su trabajo eficaz en la Sedesol se le reconoce su oficio político, lo que le ha permitido coordinarse muy bien con alcaldes, funcionarios estatales y grupos sociales de todos los colores y siglas partidistas.

Sin duda que el saludo del Presidente de la República a Anilú debió causar envidia a uno que otro priista con las mismas aspiraciones políticas, los cuales no tuvieron el trato cálido del mandatario mexicano y ni siquiera les corrieron la cortesía de ser invitados.