¡QUÉ BONITO, PEÑA! QUE GOBERNADORES SE RASQUEN SOLOS

Pasillos del Poder César Augusto Vázquez Chagoya www.enlaceveracruz212.com.mx vazquezchagoya@prodigy.net.mx 22 de SEPTIEMBRE de 2013

César Augusto Vázquez Chagoya

Pasillos del Poder

2013-09-22

En el estado de Veracruz hemos vivido de todo en cuanto a desastres naturales. Nunca hemos recibido el título de “Zona de Desastre Extraordinaria” por parte del gobierno federal, pese a que regiones de Veracruz han estado bajo el agua hasta más de tres meses.

En Veracruz han habido muertos sin cuantificar como sucedió en el desastre del Totonacapan en 1999; y desde el 2009, los fenómenos naturales nos traen de encargo. Del huracán Karl del 2010, todavía se encuentran restos humanos y no se acaba de dar o reponer a los damnificados poco de los daños que sufrieron.

Vemos la angustia de los organismos para recolectar víveres por los damnificados, que es poca en el estado y lo atribuyen a la situación económica. No es eso: nuestros habitantes no pueden ayudar porque no saben lo que viene. Zonas como la región de Misantla y las regiones de Orizaba y Córdoba, llenas de deslaves con sus muertos.

La temporada de desastre, como va, terminará hasta el mes de octubre más allá del “Cordonazo de San Francisco” el 5 de octubre. También los veracruzanos no cooperamos porque sabemos que las ayudas nunca llegan: hemos tenido en el 2010 al titular de SEDESOL coordinando la ayuda federal que fue puro cuento.

Nuestras carreteras están heridas por aludes y hoyos, y la gran mayoría son carreteras o caminos estatales.

Inédito que se hayan juntado dos fenómenos naturales --o huracanes-- en el Golfo de México y el Pacífico, al mismo tiempo: “Ingrid”, mujer con mucha lluvia y con muerte en el Atlántico; “Manuel”, en el Pacifico. Inaceptable que se diga que las autoridades no avisaron.

En Veracruz andamos cazando donde nos pegará el huracán y hay que reconocer que antes llegaban los huracanes en la zona que comprende desde Nautla hasta arriba llegando a Tamaulipas, pero ahora ya la zona de impacto va desde el puerto de Alvarado a Nautla, que incluye Veracruz, Xalapa, Misantla, Huatusco, Orizaba, etc. Las ciudades más pobladas.

En estos momentos, las montañas de Veracruz están impactadas por las lluvias y los aludes mortales seguirán pese a que nos duela. La reconstrucción de Veracruz, que ya estamos a la mitad de la temporada de lluvias, es incuantificable, y a ver cuánto nos cuesta hasta octubre.

Poblados no desaparecidos, pero sí construcciones reblandecidas por la humedad y casas caídas, aparte de los fatídicos aludes sobre la población y no hemos tenido tiempo de hacerles un minuto de silencio.

En estas desgracias hay empresarios muy vivos que ganan en los ríos revueltos y hay políticos que se pasan de listos: en la Ciudad de México se puso en la plancha del Zócalo de la ciudad el centro de acopio, y cuando estaban cerradas las cajas de enseres donadas por la población, se le ponía el sello de la Ciudad de México, dando la idea que era donadas por Miguel Ángel Mancera, jefe del Gobierno del Distrito Federal. ¿Quién del Ejército, Marina y Policía Federal se dejó comprar para poner el sello?

Hay una burla que vemos en TELEVISA, en el noticiario conducido por Joaquín López Dóriga, donde la Cruz Roja pide víveres y pone una cuenta para depositar dinero y los dueños de las cadenas de tiendas han estado hablando como si hubiera una barata de publicidad en el programa de mayor rating nacional. Ahí uno manifestó que donó 100 toneladas de víveres (¿se quedaron pobres?). Pero lo mejor es cuando le dicen que en sus cajas aplicaran el redondeo y por cada peso donado, la empresa pondrá otros.

Es suficiente estos dos casos. Ahorita, contrario a lo que pasaba antes, toda la ayuda se le entrega a la Marina y al Ejército para repartirlo en los 22 estados afectados ¿para qué se pide dinero si el transporte lo paga el gobierno?

Pero más que todo, que nos digan qué organismo supervisa a estas instituciones del dinero donado, ¿con quién hacen cuentas? Nos roban públicamente. De chiste es escuchar al secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, anunciando que de 6 mil millones de pesos para desastres se subía a 12 mil millones de pesos.

En el 2010, por el huracán Karl en Veracruz, sólo en obras de infraestructuras (es decir, comunicaciones) se pudo documentar 17 mil millones de pesos y hay empresarios que pusieron su dinero para ayudar a los damnificados, pero no se preocuparon por los papeles y éstos perdieron dando.

Así que el señor de la SHCP debe volver a pensar la cifra que se dará de los daños ocasionados por las tormentas “Ingrid” y “Manuel”. En este asunto tienen la palabra los gobernadores y los enviados federales.

Para que vea que perro no come perro: cómo se recuerda cuando entró el huracán Karl. Se anunció que pegaría a Xalapa, la capital del estado y su región. Todos nos preparamos, pero este Karl, caprichoso, entró por Cardel, San Pancho, Chachalacas, etc. y vira hacia el sur pasando por Huatusco para chocar con el Pico de Orizaba, ocasionando que los ríos de la zona centro se desbordaran.

Somos testigos que de Xalapa hacia Veracruz iban camionetas con enseres para los damnificados, con personas para ayudar. Se sabía las poblaciones afectadas y unos llegaron a San Pancho. Bajaron la ropa, comida enlatada y después se pusieron a limpiar el lugar que ya olía a animales y humanos muertos. Uno de los voluntarios, sudando como nunca, observaba que unos de los afectados estaban durmiendo en una de las hamacas y se despertaba y los veía trabajar.

Ya enojado, el voluntario le grita al de la hamaca: “Oye, vengo de lejos con víveres pagados por mí y vengo ayudarlos y tú durmiendo”. El de la hamaca se voltea y le dice: “Estás de pendejo limpiando, pero yo estoy esperando al gobierno, para llorar un poquito y me dé una lana”.

El voluntario tiró la escoba y le dijo a sus acompañantes que se fueran, no sin antes recordarle la madre al de la hamaca. Por eso es sano que la ayuda se entregue a la Marina y al Ejército para su reparto, porque hasta los damnificados son chantajistas.

Por cierto que el presidente Enrique Peña Nieto acaba de anunciar este domingo 22 de septiembre en Sinaloa, que los recursos no van alcanzar para la reconstrucción y que los gobernadores se organicen para no dejar caer la infraestructura. En pocas palabras: que se rasquen solos.

Es el primer presidente de la república que muestra su clara falta de oficio político ante la tragedia. Ningún presidente de México le saca al parche en toda nuestra historia.

Entonces, ¿dónde está el dinero que aprobó el Congreso al Poder Ejecutivo y que Peña Nieto no ha ejercido en ninguno de los estados?

La economía está mal. Hay subejercicio, que también es un delito. Los maestros están rebeldes. Hay marchas en contra la Reforma Energética y sin ella ya se vendió el 48% del complejo “Pajaritos” en el sur de Veracruz. Que se hace que este presidente no acaba su periodo.

Por último, ¿para qué entonces declara la SEGOB zona de desastre si no va a haber dinero de la Federación? ¡Rateros!