Nemi se fue… ¡pero de vacaciones!

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2014-08-08

“No me voy y no me voy”, publicó ayer el diario Notiver que declaró el secretario de Salud, Juan Antonio Nemi, abordado en el aeropuerto Heriberto Jara Corona de la ciudad de Veracruz.
La declaración fue a propósito de su pretendida renuncia al cargo. Dijo que habían sido puros rumores, que sigue trabajando en la Secretaría y que nadie le ha pedido su renuncia.
Pero resulta que el Secretario cordobés sí se fue, ¡pero de descanso-vacaciones! desde el miércoles y retorna a sus labores, según se sabe, el próximo lunes.
Por supuesto, el apapacho del gober que no le aceptó la renuncia, lo confirmó en el cargo y de pilón le autorizó sus vacaciones debieron haber caído como patada al hígado a quienes no lo quieren y a quienes lo quieren ver fuera del gobierno.
Está en lo cierto Nemi cuando dice que nadie le ha pedido su renuncia porque él fue quien tomó la iniciativa y decidió que se iba.
Antes, durante el domingo-lunes cuando el trascendido de su renuncia se hizo público y después, Toño ha estado sometido a un fuego mediático intenso de sus enemigos y lo menos de que lo acusan es que hizo un berrinche y que se salió con la suya.
Lo que se sabe es que su reacción fue por una cuestión de principios: sus enemigos políticos de dentro y de fuera de Palacio de Gobierno le querían quitar el control administrativo de la Secretaría a su cargo, que es como quitarle el volante al responsable de un autobús repleto de pasajeros en plena pendiente y por lo tanto con una grave responsabilidad.
Y es que resulta que desde otra Secretaría decidieron renunciarle y quitarle al jefe administrativo, Pedro Manuel Solís García, en lo que Nemi no estuvo de acuerdo y decidió que si le quitaban el manejo de los recursos y de personal y de todo lo que tiene que ver con la dependencia, mejor también se iba.
¿Pero que está en el fondo de todo este intento de desfondarlo? Lo que se sabe es que tiene que ver con el manejo, reparto y control de las nuevas plazas de base, 7,500, que anunció el gobernador Javier Duarte de Ochoa.
El botín político que ello representa ha despertado muchas ambiciones porque también significa una buena ganancia económica, pues ya se sabe cómo se manipula luego el reparto y la entrega de las tan codiciadas plazas basificadas.
Pero al pecado de Nemi de pretender entregar las plazas sin cochupos de por medio, con espíritu de justicia, por encima de los intereses de las mafias sindicales cuyos líderes quieren acaparar el mayor número y los mejores lugares para sus incondionales aunque no trabajen, se suman otros intereses que Juan Antonio ha afectado.
El caso más sonado es el de Finamed, una pretendida empresa especializada pero con una serie de irregularidades a la que extrañamente en el sexenio pasado se le otorgaron contratos y concesiones por un monto multimillonario y que dejaban grandes ganancias, a la que Toño terminó echando, pleito legal de por medio, con lo que acabó con un jugoso negocio.
Pero además, también ha combatido, hasta donde ha podido, la corrupción que se enseñorea prácticamente en todos los hospitales donde están coludidos los propios directores de los nosocomios con los líderes sindicales.
Por ejemplo, ha acabado con muchos negocios que significan las lavanderías de los hospitales y el surtido de alimentos, más el tráfico y robo de medicinas, batalla que inició su antecesor Pablo Anaya, quien en el Hospital Regional de Veracruz detectó, tan pronto asumió el cargo, que a una proveedora ligada al gobierno anterior le pagaban 5 millones de pesos mensuales por surtir los alimentos, cuando que lo que entregaba en realidad costaba sólo millón y medio, con lo que se robaban tres melones y medio al mes, por lo que canceló la concesión, caso del que en su momento informó al propio gobernador Duarte y por el que le crearon también conflictos y lo sometieron a fuego mediático.
Y a los directores de los hospitales nadita les ha gustado que el cordobés vaya y les diga de frente, en las reuniones internas con el personal médico directivo y el administrativo que ya dejen de robar y que se dediquen a servir de veras a los veracruzanos.
Como resultado de todo esto los líderes sindicales no lo quieren y lo combaten y le crean conflictos internos en los hospitales, amafiados con algunos directores, por lo que han buscado protección en otra instancia de Gobierno donde los han acogido con gusto con tal de participar también de la jugosa cuota que ello representa.
A Nemi se le cuestionó su nombramiento porque no es médico y porque no pertenece al sector salud, lo que, a su vez, significa una ventaja: no ha ido a cuidar sus intereses personales ni a quedar con nadie sino a tratar de meter orden pues no tiene compromisos con ninguno adentro ni participa de los negocios, trata de hacer las cosas bien, de que al personal se le haga justicia, de optimizar recursos, de hacer los manejos con transparencia y de cuidar la imagen de su jefe el gobernador Duarte.
El lunes por la noche cuando Javier Duarte no le aceptó la renuncia y lo reconfirmó en el cargo tomó una decisión acertada, aunque a otros no les haya gustado y vean afectados sus intereses personales, pues Nemi le ha sido leal y se está rajando el cuero por cuidarle la imagen así como la de la administración, al menos en el área que le corresponde.
Por lo demás, habría que recordar que Nemi es totalmente duartista, pues en el sexenio pasado fue echado de la administración incluso en forma grosera y humillante por parte del entonces secretario de Gobierno Reynaldo Escobar Pérez, pese a lo cual Duarte lo llevó a su campaña incluso como coordinador no obstante que otros se oponían a que lo considerara (en Córdoba todavía hay quienes recuerdan que el entonces adolescente Javier Duarte comenzó haciendo talacha política-partidista con el entonces candidato a diputado federal Juan Antonio Nemi Dib).
Pero según quienes están enterados adentro, la permanencia podría ser momentánea, tal vez podría tomarse como una tregua, pues en las últimas semanas la presencia de Nemi en el cargo había venido siendo prácticamente insostenible por las presiones internas y externas en su contra, luego vino lo que fue un verdadero choque de trenes con otro Secretario y seguramente sus enemigos lo van a traer a raya y no van a bajar la intensidad de la campaña mediática en contra que le han desatado.
También el caso deja entrever, en el fondo, que a punto del arranque final hay un grupo de funcionarios que ha decidido mantenerse leal a su jefe, mostrarse agradecidos con él y trabajar para dejarlo bien y que entregue buenas cuentas, entre los que estarían el propio Nemi, Arturo Bermúdez, Gerardo Buganza, Erik Porres, Mauricio Audirac y Vicente Benítez,, por citar algunos nombres.