El efecto de El Bronco en Veracruz

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2015-06-08

Quién sabe por qué el senador Héctor Yunes Landa se apresuró a expresar ayer que su partido en el estado, el PRI, no se jugó su futuro con los resultados de las elecciones en los 21 distritos electorales federales y que los electores el 51 por ciento vota por las personas y el 21 por ciento por los partidos políticos.
En el boletín que envió su oficina de prensa no se dice si ello lo expresó a pregunta expresa de algún reportero o si él quiso decir lo que dijo sólo para los efectos a que haya lugar –para usar el lenguaje de los abogados–. Llama la atención, además, que haya precisado que ninguno de los candidatos priistas que ayer compitió aparecerá en las boletas en 2016, cuando se elijan diputados locales y al gobernador, “así que serán otros los actores que participen en las elecciones locales”.
¿Esperaba que el resultado fuera adverso a su partido y por ello eso de que no se jugó su futuro, el que le podría esperar a él en lo personal si llegara a ser el candidato tricolor a la gubernatura? ¿Por eso también eso de que en 2016 serán otros los candidatos a diputados locales, acaso los que decidan él o Pepe Yunes, y ya no los muy cuestionados que participaron ayer bajo el sello fidelista-duartista?
¿Acaso Yunes Landa dijo eso de que su partido no se jugó su futuro pensando en que podría surgir un “Bronco” veracruzano que los pusiera en aprietos a él, a Pepe, como también a Miguel Ángel Yunes Linares?
Es innegable que ellos tres, dos del PRI y uno del PAN, van adelante en la carrera por la gubernatura, pero el panorama les podría cambiar con el triunfo histórico que obtuvo ayer en Nuevo León el candidato independiente Jaime Rodríguez, “El Bronco”, pues ese triunfo abrirá los ojos a los mexicanos y a los veracruzanos de que pueden optar por una tercera vía, la ciudadana independiente, para sacudirse el hartazgo del priismo y del panismo.
En el caso concreto de Veracruz, ¿qué efectos inmediatos puede tener el triunfo de El Bronco? Que quien quiera ganarse la voluntad de los veracruzanos tendrá que deslindarse del gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Eso fue lo que hizo Ivonne Álvarez por instrucciones de la cúpula priista (en realidad del presidente Peña Nieto, del secretario de Gobernación Osorio Chong y del dirigente nacional del PRI Camacho Quiroz) en un intento por revertir la derrota que ya veían venir y que se consumó ayer.
El pasado 15 de mayo, a 23 días de los comicios, en un intento desesperado por repuntar y tratar de ganar, Ivonne se deslindó por completo del gobernador Rodrigo Medina, declaró que su gobierno no permitiría ninguna irregularidad y que si alguien había cometido un ilícito en el pasado sería castigado, ya fuera el propio Medina o alguno de sus familiares.
Dijo que si ganaba su gobierno investigaría administraciones pasadas y que habría castigos en caso de detectar anomalías, que su gobierno no toleraría padres ni hermanos incómodos por lo que abriría una investigación para detectar posibles actos de corrupción de los gobernadores anteriores. Ya no le alcanzó para ganar porque los nuevoleoneses no le creyeron.
Ayer quedó comprobado que los gobernadores, varios gobernadores pesan y van a pesar mucho negativamente en el futuro de quienes aspiran a sucederlos y no se deslinden de ellos y además no ofrezcan seriamente al electorado que van a actuar en su contra si han hecho mal uso del poder.
Discurso similar al que adoptó Ivonne Álvarez en el último minuto para evitar su derrota es el que han venido sosteniendo el senador José Francisco Yunes Zorrilla del PRI y Miguel Ángel Yunes Linares del PAN, que también usó en un principio el senador Héctor Yunes Landa hasta que se reunió con el gobernador Duarte en la Casa Veracruz y salió con la pólvora mojada.
Independientemente de que se confirmen triunfos y derrotas de las elecciones de ayer, este lunes queda abierta, sin que nadie la pueda detener, la carrera sucesoria, que ya inició hace un buen tiempo, y el arranque bien lo puede marcar el desayuno de este lunes al que invitó Yunes Landa a personal de los medios de comunicación en céntrico hotel de Xalapa con motivo del Día de la Libertad de Prensa, ayer.
Con “Pepe” no son familiares sanguíneos aunque se tratan como si lo fueran. Con Miguel Ángel son primos carnales. No obstante ello, Héctor les va a competir en serio, a Pepe para tratar de ganarle la candidatura del PRI a la gubernatura, a Miguel Ángel para tratar de ganarle la gubernatura si él llegara a ser el candidato tricolor.
Sin duda, del PRI Héctor es el que ha expresado más su intención de ir con todo, además porque tiene el tiempo en contra, pues a sus 56 años y a medida que pase el tiempo, si no lo logra ahora las posibilidades de llegar al Palacio de Gobierno se le irán alejando más. Es ahora o nunca para él y bien lo sabe y por eso su insistencia en buscar que su partido lo elija.
A Pepe, en cambio, diez años menor, no le corre el tiempo, según él mismo lo ha dicho, esto es, puede esperar que pase la del 2016, la del 2018 e incluso llegar hasta la de 2024 cuando tendría 54 años de edad, dos menos de los que ahora tiene su tío putativo. Sin embargo, si su partido se lo pide, como se lo está pidiendo –según se sabe– va a disputarle el lugar privilegiado a Héctor. Menos expresivo en su intención que éste, sin embargo se espera que intensifique su trabajo proselitista interno, que podría iniciar con la comida por el Día de la Libertad de Prensa que se anunció el pasado viernes 29 de mayo durante la comida de aniversario del portal Crónica del Poder.com
Héctor al igual que Pepe, incluso antes que éste con fines proselitistas con miras al 2016, ha estado recorriendo el estado y tiene una estructura humana trabajando cobijado en su agrupación Alianza Generacional, con colaboradores priistas con mucha experiencia que se van a morir en la raya con él, y ahora con toda anticipación antes del desayuno de este lunes no sólo ha tenido ya convivios con grupos de periodistas sino que habilitó formalmente como su jefe de Prensa a un estimado compañero del puerto de Veracruz que ya ha trabajado con él: Esaú Valencia Heredia, director del portal cambiodigital.com.mx, a quien dotó de camioneta y fondos económicos para que opere desde ya, amén de que tiene otros colaboradores en esa área clave entre ellos el compañero Inocencio Valdés Vázquez en Xalapa.
Pero algo que ha trascendido es que tiene atrás toda la estructura del Gobierno del Estado trabajando a su favor, además de que la excoordinadora general de Comunicación Social, Gina Domínguez Colío, estaría asesorándolo y diseñándole una estrategia de medios.
El senador por Perote también ha estado recorriendo el estado pero sus actos los vincula con su quehacer como legislador de la Cámara alta, esto es, ha estado reuniéndose más con la estructura política legal del estado a la que está ayudando con la gestión de recursos que se traducen en beneficio para la colectividad, aunque será interesante a partir de ahora ver de qué forma va a encarar su condición abierta de aspirante a la candidatura de su partido. De alguna forma, Yunes Zorrilla se considera un aspirante con apoyo de la cúpula política y gobernante del centro del país y trasciende ya que en los días por venir recibirá en el estado el respaldo de personalidades que bajarán del altiplano.
Ellos son los punteros del PRI en las preferencias electorales para la sucesión en 2016, aunque también han expresado en forma abierta sus aspiraciones Alberto Silva Ramos y Alejandro Montano Guzmán.
Aun cuando hasta ahora todos los Yunes aspirantes declaran que habrá respeto entre ellos durante la contienda, se duda que alguno se contenga y se espera que ya sea en forma abierta o bajo el agua propicie descalificaciones para tratar de minar al otro, pues la búsqueda del poder es razón suficiente entre políticos para eliminar al rival así se trate de un miembro de la propia familia.
Lo que queda claro es que los Yunes priistas y panistas saltarán al primer plano mediático y a partir de ya comenzarán a acaparar reflectores y serán el centro de comentarios interesados por parte de sus partidarios y simpatizantes, pero también de sus malquerientes, que todos los tienen.