En una fiesta, como él lo pidió, los restos del cantautor fueron velados ayer en el teatro ND Ateneo, en Argentina, país que decretó tres días de duelo nacional; hoy será cremado
Internacionales
- 2011-07-13
Fue en esa sala. Allí donde lenta y esporádicamente, bajito y sin aspavientos como le gustaba relacionarse, van llegando sus amigos y seguidores, sus adoradores y fieles a darle el último adiós, donde actuó por última vez en Argentina. En el hall de esa sala, el ND Ateneo, donde se presentó en febrero ante su público argentino, con sus amigos en el escenario, esos que ahora desfilan ante el féretro cubierto con una bandera argentina para darle, con una sonrisa, un adiós que no es adiós, sino para siempre.
En esa sala, a escasos 300 metros de donde dormía cuando estaba en Buenos Aires, fueron velados ayer, a su llegada a Buenos Aires en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana —país al que más de una vez señaló como “mi segunda patria”, donde se exilió en 1975—, el autor de “No soy de aquí no soy de allá”. Rodeado de flores, coronas y motivos florales enviados por anónimos amigos de la vida o por Julio Iglesias, mientras el cantante Piero, el del recordado “Mi viejo”, se llevaba puesta en el rostro una sonrisa, el regalo para toda la vida que le había dado Facundo. “Pensar que hace unos meses estuvimos acá juntos, divirtiéndonos en el escenario. Él salía de una operación, vivía operándose, pero se curaba en el escenario”, dijo Piero.
En la calle, una nube de periodistas y un grupo de fieles seguidores que iba rotando, en turnos anárquicos, no establecidos, para recordar anécdotas, recordar canciones y hasta los chistes o las referencias a su abuela “la menos decente de la familia y mi preferida”.
El féretro con los restos de Facundo había arribado al sector militar del aeroparque metropolitano poco después de las 8:30, allí fueron recibidos por su esposa, la psicóloga venezolana Silvia Pousa; su sobrino, Sergio Cabral, el canciller Héctor Timermann, y por el secretario de Cultura, Jorge Coscia.
Finalmente el gobierno argentino decretó tres días de duelo por el deceso de Cabral, y Timerman aclaró que “La presidenta (Kirchner) habló varias veces con el presidente (Álvaro) Colom”:
Los restos fueron acompañados por el ministro de Cultura de Guatemala, Héctor Escobedo, y desde allí trasladados al teatro de su amigo y ex funcionario José Albistur.
Marcelo Garrido, 39 años, corte de pelo similar al de Bob Marley, entraba y salía de la capilla ardiente. Adentro se paraba frente al féretro y se quedaba algunos minutos. Una vez afuera, se acercaba a algún grupo y comenzaba a cantar canciones de Cabral o repetir algunas de sus ocurrencias. “De Facundo me hice amigo una vez que en este teatro en el 2005 hizo un show y estaba cantando su tema “El hombre es lo que vale”. De golpe se olvidó la letra, y yo me paré en la cuarta fila y me puse a cantar la parte que él había olvidado….
Los restos de Facundo estarán allí hasta hoy a las 10:30 cuando serán trasladados al cementerio de la Chacarita donde serán cremados. Ayer, más que de dolor fue de emoción. Incluso hasta el agradecimiento de la familia, a través de un comunicado, buscó celebrar la existencia de su querido Facundo. “Quisiéramos cerrar este comunicado, invitando a celebrar su vida y nada mejor para hacerlo que una recomendación que él hiciera en su última función en esta sala: Si esta es la última vez que subo a un escenario, pinten el cajón de rojo y celebren porque mi vida fue una fiesta... Anoche, en el Ateneo, mientras planeaban pintar el féretro de rojo, nadie sabía qué hacer ni cómo hacer para que la fiesta de Facundo Cabral retroceda unos días y se quede sin final.