+Archivo del periodista César Augusto Vázquez Chagoya
Trabajos Especiales
César Augusto Vázquez Chagoya - 2018-10-01
Martes, 27 de Agosto de 2013 Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
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vazquezchagoya@prodigy.net.mx
27 de AGOSTO de 2013 Sara fue la esposa de Abraham que no podía tener hijos e hizo que su sirvienta tuviera un hijo de su esposo. Líderes de los hebreos, Sara, a los 95 años, tuvo un hijo al que llamó Isaac. Era una mujer hermosa y se decía que era la única mujer que se comunicaba directamente con Dios. Sara, en hebreo, significa “mujer de alto rango o princesa”. Lo anterior viene en la Biblia.
Pero una mujer luchadora en todas las trincheras y, sobre todo, preparada, en Veracruz, xalapeña de sepa, de vestir con las costumbres indígenas, llega a ser la primera mujer en llegar a dirigir a la Universidad Veracruzana fundada en 1944.
Sara Deifilia Ladrón de Guevara González proviene de una familia que le ha aportado sapiencia al estado de Veracruz, desde la música, letras, etc. Más de 100 libros publicados con gran trabajo en el campo como antropóloga, es descubridora de centros arqueológicos que todavía no se exhiben al público por temor al saqueo de los pobladores donde se asienta.
Encargada desde hace años del Museo de Antropología de Xalapa desde hace años (obra maestra del gobernador Agustín Acosta Lagunes) en donde se exhiben --entre otros tesoros-- las cabezas olmecas de San Lorenzo Tenochtitlán, provenientes de Texistepec, al sur de Veracruz. Tan grande era su responsabilidad, que en las bodegas del museo hay cerca de 20 mil piezas sin exhibir y ya las instalaciones son insuficientes.
Para Sara, el universo de la Universidad Veracruzana no le es ajeno ya que fue secretaria académica en el primer periodo de Víctor Arredondo.
Le tocó vivir de cerca el nacimiento de la “autonomía”, concedida por el gobernador Patricio Chirinos Calero en 1997, y el nacimiento del nuevo modelo académico flexible, que ahora como rectora de la máxima casa debe hacer una severa evaluación.
Sara Ladrón de Guevara es una mujer de retos. No sólo se tiene que ver la falta de mobiliario en las facultades, sino el relajamiento de la disciplina. Evaluar qué beneficio nos da pagarle 150 millones de pesos anuales a un equipo de basquetbol integrado en su mayoría por extranjeros.
Como mujer, preguntarse cómo se permitió que el Hospital-Escuela para la Mujer, en Xalapa, se cerrara dizque por mantenimiento hace un año, pero tenía 5 años cayéndose entre intrigas y favoritismos.
Debe evaluar a los investigadores, que nunca publican un libro y no se presentan a la universidad. Hay que parar el drenaje de los “aviadores”. Hay un sinfín de problemas por resolver.
Es un honor para los veracruzanos que haya llegado esta mujer como la primera rectora de la Universidad Veracruzana. Por sus trabajos, es una garantía de eficiencia. Sabemos que no tiene la varita mágica para resolver todos los problemas, pero por los próximos 4 años se espera ir para arriba, no sólo a nivel académico, sino en presupuesto. Hay que poner manos a la obra, todos.