“Varyag” será sometido a numerosos ensayos y servirá para ejercicios de entrenamiento de su escuadrilla aérea.
Internacionales
- 2011-08-10
El primer portaaviones chino zarpó hoy de un puerto de Dalian para iniciar sus pruebas, según anunció el ministro de Defensa, una acción que puede provocar recelo debido a la rápida expansión militar del país.
El portaaviones, de 300 metros de largo, estaba destinado en un principio a la Armada soviética. Llamado el "Varyag", fue comprado en 1998 a Ucrania y enteramente renovado y equipado en China.
Esta primera salida al mar, anunciada a través de un breve despacho de la agencia China Nueva, se ha hecho en toda discreción.
Pekín se preocupa por la imagen belicosa que dan los portaaviones.
Las pruebas en el mar no durarán mucho tiempo, según la agencia, que cita fuentes militares chinas, añadiendo que el portaaviones regresará a su puerto para ser sometido a obras de renovación.
"El 'Varyag' será primero sometido a numerosas pruebas y servirá para ejercicios de entrenamiento de su escuadrilla aérea, pero el navío está prácticamente listo para misiones de combate", explicó Rick Fisher, del International Assessment and Strategy Center.
Para el Ejército Popular de la Liberación, el mayor del mundo, este portaaviones es ante todo una cuestión de prestigio dado que países vecinos como India y Tailandia ya tienen el suyo.
"Los chinos pueden orgullosamente lucir su 'Varyag', así como otros componentes de sus nuevos equipos, y convencerse de que forman parte ahora de los ejércitos modernos", subraya Dennis Blasko, un experto militar.
También es evidente la dimensión estratégica ya que China, cuyos intereses se extienden por el mundo, necesita intervenir más lejos, sobre todo en vías marítimas de suministro de hidrocarburos.
Expertos independientes están convencidos de que el ministerio chino de Defensa ya inició, sin decirlo, un programa de contrucción de uno o dos portaaviones.
China también espera que el "Varyag" tenga un efecto psicológico regional. Varios diferendos territoriales la oponen a sus vecinos, entre otros a Japón y Vietnam, con picos de tensiones crónicas.
"China sobre todo quiere intimidar a sus rivales en el Mar de China meriodional. Será probablemente su primera gran zona de patrulla para sus nuevos submarinos nucleares y la protección de estos submarinos será una de las primeras misiones de los protaaviones chinos", predice Fisher.
De forma más general, al dotarse de un grupo aeronaval que en algún momento estará operativo, China trata de resolver su problema crucial de acceso al océano Pacífico, cerrado por un arco de potencias rivales: Corea del Sur, Japón, Taiwán, y las bases estadounidenses.
Al mismo tiempo, este primer portaaviones parece contradecir la imagen que China quiere dar de ella misma, la de un país que se arma únicamente para defenderse, sin pretender a la hegemonía.
Después de haber escondido durante años la existencia del astillero del "Varyag", el ejército chino mantiene la discreción. Es también una cuestión de táctica. "China necesita tiempo para operar un grupo aeronaval y adopta adrede un actitud de discreción", analiza Arthur Ding, del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Chengchi (Taipei).
A principios de mes, Tokio expresó sus preocupaciones en torno a las crecientes ambiciones chinas. Pekín reaccionó al expresar su "vivo descontento".
China sin embargo está llevando a cabo una verdadera modernización de sus fuerzas de tierra, aire y mar, con otros programas emblemáticos, como el del su caza bombardero furtivo J-20. Desarrolla también un misil balístico que puede tocar a miles de kilómetros a navíos de guerra.