El legendario líder de la revolución cubana, para bien o para mal, sigue vigente tras bambalinas. Mediante el uso de las redes sociales opina sobre el mundo y administra su legado
Internacionales
- 2011-08-13
Él mismo lo prometió cuando renunció al poder en Cuba, que seguiría combatiendo, pero ahora como un “soldado de las ideas”. Y tal cual lo ha cumplido. La última leyenda viva del socialismo y el líder en el poder más antiguo de Occidente, sólo superado por la reina Isabel II de Inglaterra, cumple hoy 85 años. Contra todos los pronósticos, Fidel Castro sigue siendo un político calculador que con su sola presencia mueve los hilos de la isla.
Su nueva etapa comenzó tras una enfermedad en 2006 que logró lo que nadie, ni la CIA ni 10 presidentes de Estados Unidos: retirarlo del poder. Lo venció una diverticulitis, un mal que provoca severas inflamaciones del intestino grueso, que lo orilló a ceder el poder por primera vez en 47 años. Su hermano Raúl asumió entonces los deberes de Fidel, aunque no oficialmente.
Para entonces, todos lo daban por muerto. EU por fin veía casi hecha realidad la noticia con la que soñó durante décadas. “Todo lo que vemos es que no se llevará mucho más (la muerte de Castro); meses, no años”, declaraba el entonces director de Inteligencia Nacional estadounidense, John D. Negroponte. Pero no fue así, Castro burló a la muerte una vez más como lo hizo en los 638 intentos de asesinato que se planearon en su contra a lo largo de su vida.
Con la salud mermada y los años encima, Fidel era consciente de que ya no podía seguir siendo el líder vigoroso de siempre, pero su hambre de información y de poder lo llevaron a descubrir las redes sociales. Fue así como en vez de jubilarse optó por reinventarse.
Empezó escribiendo un blog diario, aún convaleciente y en el hospital. Meses después se estableció en la página web CubaDebate, en la que desde marzo de 2007 a la fecha lleva colgados casi 500 textos con el ya conocido nombre de Las Reflexiones de Fidel.
Mientras para algunos esto es visto como una medida desesperada del líder cubano para mantenerse vigente, para otros se trata de una estrategia para administrar su legado.
“Busca mantenerse como una figura influyente en este momento, opinar y denunciar unas cosas y aplaudir otras, eso le permite mantenerse en la jugada política no sólo nacional sino internacional, aunque ya no estoy tan seguro del caso que se le haga”, opina Enrique Berruga Filloy, diplomático y escritor mexicano, actualmente presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales.
El valor de sus reflexiones
Para Ricardo Pascoe Pierce, ex embajador de México en Cuba, las Reflexiones de Fidel son una muestra de la preocupación de Castro por reflexionar sobre lo que ha sido su vida: “Sigue siendo el político viejo y lo seguirá siendo hasta el último día de su vida. Fidel está en la etapa en la que está más preocupado por su legado, haciendo un esfuerzo por sistematizarlo”. Sin embargo, ese esfuerzo quizá se haya visto un poco forzado a veces. Muy criticadas fueron sus reflexiones, por ejemplo, sobre la “terrible guerra” que vaticinó equivocadamente estallaría antes de los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica en 2010.
Al respecto, Pascoe Pierce opina que “una de las maneras que tiene Fidel de llamar la atención es siendo grande y elocuente, pero ese comentario sí sonó a un alucine de él. Creo que hay un elemento un poquito delirante en las cosas que dice”. “Si uno sigue las declaraciones de Fidel, se da cuenta de que vienen cíclicamente, yo creo que durante algún tiempo está bien y luego no lo está, seguramente ha tenido periodos de senilidad , añadió el diplomático a quien le tocó enfrentar como el representante de México en la isla el “guaguazo” a la embajada y el “Comes y te vas” de Vicente Fox a Fidel.
Aunque Castro delegó el poder a su hermano Raúl, primero la presidencia de la isla (2008) y luego el cargo de primer secretario del Partido Comunista de Cuba (2010), y prometió no buscar la reelección ni mantenerse como comandante en jefe, su presencia es suficiente para que el gobierno de su hermano tome el rumbo que tomaría Fidel.
Para Jorge Montaño, ex embajador de México ante Naciones Unidas y ante el gobierno de Estados Unidos, no hay un antes y un después tras la salida de escena de Fidel en la política cubana.
“Me cuesta trabajo pensar que hay una nueva etapa, hay un estatus quo en Cuba, a Fidel Castro todavía se le rinden homenajes como jefe de Estado. La presencia de su hermano siempre se ve minimizada por la presencia muy fuerte de Castro”.
Incluso los cambios de gabinete que hizo Raúl al llegar al gobierno, trayendo a su gente y dejando fuera a los jóvenes adalides de Fidel —Carlos Lage y Felipe Pérez Roque—, no es visto para el internacionalista como un punto y aparte. “Fidel es una figura consultada y su voz en muy importante en la toma de cualquier decisión del gobierno”.
Pero entonces, ¿las recientes reformas en la isla como la de flexibilizar los viajes al extranjero para los cubanos o permitirles trabajar por cuenta propia, son avalados por el héroe revolucionario?
Tanto Montaño como Pascoe Pierce coinciden en que son sólo “cambios cosméticos”, es “destapar la válvula y dejar que escape un poco la presión social”, porque el modus operandi sigue siendo el mismo y se mantiene la línea que Fidel marcó desde la revolución. Recomiendan que lo necesario y urgente es adoptar con EU algunas formas “híbridas” como las de la ex Unión Soviética, China, Vietnam o, con menos éxito, los países de Europa del este. No obstante, Pascoe tiene una explicación al respecto: “Ellos (Raúl y Fidel) saben que la situación económica es grave, lo que sucede es que son muy reticentes a una apertura tipo China sin antes tener un acuerdo político con EU. Dicen que son dogmáticos, pero son pragmáticos, y en el pragmatismo ellos saben que si abren la economía ahorita pierden el control sobre la gente, por eso no permiten el internet, les aterra la idea de la comunicación tipo lo que pasó en África del norte, no quieren perder el control en la medida en que no tengan la certeza de un acuerdo con EU”.
El ex diplomático confía en que Fidel y Raúl están abiertos a un acuerdo con EU, porque además les preocupa otro asunto: qué va a suceder con ellos y con sus familias en el caso de que hubiera algún tipo de transición:
“Estoy convencido de que quieren asegurar que no serán enjuiciados, incluso en cortes internacionales. Tienen una gran cantidad de demandas en su contra por las expropiaciones hechas por la revolución y también por acusaciones de fusilamientos de personajes contrarrevolucionarios. Es por eso que si uno observa las rutas de los hermanos cuando hacen un viaje al extranjero hacen escalas en países donde no tienen jurisdicción penal las cortes internacionales, donde no podrían ser extraditados ni ser tocados por la justicia”.
El hombre Estado
El legendario guerrillero que llegó al poder en 1959 con tan sólo 33 años llega hoy a los 85 manteniendo su bandera socialista en una Cuba hambrienta de reformas, con hastío, con críticas por su economía y su sistema, sobre el que Fidel mismo dijo que “el modelo cubano ya no sirve ni para Cuba”.
“Fidel es una figura de la historia moderna, que ha dejado una huella importante y una visión política notoria, pero yo creo que no supo retirarse a tiempo, él podría haber dejado una mucho mejor presencia de su país en el mundo, de su legado, debía haber programado una transición en su país desde hace muchos años, porque hoy está bastante claro que Cuba pasa un momento difícil”, opina Berruga Filloy. Y añade que entre los cubanos ya domina el fastidio, porque “cualquier cosa que dura 60 años suele llegar a cansar, cualquier moda o cualquier ideología”.
Montaño piensa que Fidel sigue siendo una figura respetada “y hasta venerada” en Cuba, “un líder histórico a nivel mundial, pero la prolongación como líder de facto está causándole severos daños y muchos cuestionamientos a nivel mundial de si realmente la influencia que está ejerciendo es la influencia que el pueblo y gobierno cubanos necesitan”.
Para Pascoe Pierce, Fidel es una de las pocas personas que tienen la genialidad de hacer una revolución y luego crear un nuevo estado. Cita cómo, por ejemplo, el Che Guevara no pudo con eso, “él era un revolucionario, dedicado a destruir viejos estados, por eso se fue de Cuba, se aburrió con la construcción de un nuevo Estado”.
Pero Fidel ha sido un arquitecto, un hombre de Estado, “al mismo tiempo —dice Pascoe— un hombre tan convencido de su tarea que se vuelve despiadado y en lo único que piensa es en el poder, y creo que en ese trayecto dejó de pensar en la gente, piensa que el Estado es la gente y es un error que comete, tan es así que ahora se le dificulta dejar el poder, tener la humildad de dejar que otros se encarguen… el poder es una adicción y yo creo que Fidel se volvió un adicto al poder”.
Más vale que Fidel tenga un plan bajo la manga, porque lo que queda claro es que por muchas batallas que le haya ganado a la muerte, está en la recta final de su vida, y lo que nadie sabe es qué pasará con Cuba después de él, esperemos que en la extraordinaria visión del líder cubano sea la verdadera transición otra de las estrategias que ya tiene fríamente calculadas.