Autor: Mario Jesús Gaspar Cobarruvias
(Versión publicada el 18 de abril de 2021 y actualizada el 10 de junio de 2022)
Imagen: La ciudad amurallada de Veracruz vista a ojo de pájaro, litografía de Casimiro Castro y dibujo por Francisco García en 1846.
Xalapa, Ver.- Miguel Lerdo de Tejada Corral y Bustillos nació en el Puerto de Veracruz, México el 6 de julio de 1812 y falleció el 22 de marzo de 1861 en la Ciudad de México. Su padre fue un español oriundo de Muro de Cameros, La Rioja, España. Fue el hermano mayor del después presidente de México, Sebastián Lerdo de Tejada. Fue regidor en 1849 y presidente del ayuntamiento de la Ciudad de México en 1852.
Fue ministro de Relaciones Exteriores, con Ignacio Comonfort, desde el 13 de noviembre hasta el 24 de diciembre de 1856, y ministro de Hacienda, desde el 20 de mayo de 1856 hasta el 3 de enero de 1857. Fue un conocido miembro del partido liberal mexicano y participó en la Guerra de Reforma. Con Benito Juárez García fue nuevamente nombrado ministro de Hacienda, del 3 de enero al 15 de julio de 1859 y del 19 de diciembre del mismo año al 31 de mayo de 1860.
Siendo ministro de Hacienda redactó la Ley de desamortización de corporaciones civiles y eclesiásticas -mejor conocida como la Ley Lerdo- del 25 de junio de 1856. Afectó los bienes de la Iglesia y de los pueblos indígenas, desencadenando la denominada guerra de Reforma. En distintos periodos presidenciales ocupó los ministerios de Fomento, Hacienda y Relaciones Exteriores. Así mismo fue magistrado de la Suprema Corte de Justicia.
Rompió con Juárez al proponerle éste la suspensión de los pagos de la deuda extranjera y renunció a su Ministerio. Se perfilaba como el más factible candidato a la presidencia por parte del grupo avanzado liberal, siéndolo en 1857 y 1861. Murió de tifus en la Ciudad de México, el 22 de marzo de 1861 a los 48 años de edad.
Fue autor de numerosas obras, entre ellas destacan los Apuntes Históricos de la Heroica Ciudad de Veracruz (1850-1858) y de Comercio Exterior de México desde la Conquista hasta hoy (1853). Cuadro Sinóptico de la República Mexicana en 1856 y de la Memoria de Hacienda de 1857.
El estudio de su obra es indispensable para conocer la historia de la ciudad de Veracruz a mediados del siglo XIX, muchos autores posteriores como Ildefonso Estrada y Zenea (1872) y Juan Klünder y Díaz Mirón (1945) se han basado en su obra. Pues es abundante en datos provenientes de los numerosos archivos oficiales a los que tuvo acceso durante sus años como destacado funcionario público.
FUNDACIÓN
La actual ciudad de Veracruz fue fundada el 28 de marzo de 1600 al ser emitida la real provisión del virrey Gaspar de Zuñiga Acevedo y Velasco, quinto conde de Monterrey. En esta fecha el pueblo de Buitrón que existía desde 1567 en los arenales frente al islote de San Juan de Ulúa, recibió título de ciudad y fue rebautizado como Nueva Veracruz, para diferenciarlo de la Ciudad de Veracruz (hoy pueblo de La Antigua) fundada por orden de Hernán Cortés en diciembre de 1525 a orillas del río Huitzilapan. Y que era la segunda ubicación geográfica de la Villa Rica de la Vera Cruz fundada hacia el 20 de mayo de 1519 y cuyo cabildo se reunió por última vez en 1607, pasando a estar representada por su alcalde mayor.
Su primer cabildo fue integrado por Alonso Hernández Portocarrero (amigo de Cortés) y Francisco de Montejo (leal a Diego de Velázquez) como alcaldes ordinarios de primer y segundo voto. Alonso de Ávila, a Pedro y Alonso de Alvarado y a Gonzalo de Sandoval como regidores. Se nombraron alguacil mayor a Juan de Escalante, capitán de entradas también a Pedro de Alvarado, maestre de campo a Cristóbal de Olid, alférez real a Fulano Corral, procurador general a Francisco Álvarez Chico, tesorero a Gonzalo Mejía, contador también a Alonso de Ávila, alguaciles del real a Ochoa Vizcaíno y Alonso Romero, y como escribano a Diego Godoy. Este cabildo confirmó a Hernán Cortés como capitán general de la expedición y lo nombró justicia o alcalde mayor en la provincia de San Juan de Ulúa.
La Veracruz y la Nueva Veracruz eran dos ciudades que coexistían y no la mudanza de una. En sus primeros años a partir de 1600, tuvieron regidores en común debido a que la Nueva Veracruz nació desprovista de cabildo, escudo de armas y territorio municipal propio.
El primer cabildo de la Nueva Veracruz firmó su primer acuerdo el 7 de mayo del 1601. Sus primeros miembros fueron el castellano de la fortaleza de San Juan de Ulúa, Gonzalo Monroy, en calidad de justicia mayor. Los regidores fueron el contador real Antonio de Cotrina, Coco Calderón, Gerónimo Hernández Lucian y Esteba Sauli Rapalo, quien fuera alférez mayor en la ciudad de Veracruz.
Del 20 al 23 de diciembre de 1608 se trazaron sus limites territoriales y el 6 de mayo de 1609 fueron aprobados por el virrey Luis de Velasco. Naciendo así el corregimiento de la ciudad de Nueva Veracruz, separándolo de la alcaldía mayor de la ciudad de Veracruz La Vieja por el río Grande. Su título de ciudad fue ratificado en 1615 y 1640.
Ya en el siglo XVIII, la ciudad de Veracruz quedó reducida a un pueblo con título de ciudad llamado La Antigua, su alcaldía mayor se extinguió en 1804 quedando bajo la autoridad de la ciudad amurallada de Veracruz. Y fue hasta 1868 que nació el actual municipio de La Antigua. Durante el siglo XVII la ciudad de Nueva Veracruz se adjudicó bajo permiso el escudo de armas de la otra ciudad y por costumbre se terminó llamándosele únicamente Veracruz.
POBLACIÓN
El periodo de paz continúa entre 1849 y 1858 no solo permitió aumentar la población de Veracruz, tan
castigada por las guerras desde 1811, sino establecer un intenso comercio internacional que contribuyó mucho a la prosperidad de la ciudad, que en muchos sentidos era bastante moderna para los estándares de la época. En 1851 había registrados 39 agentes comerciales que representaban a decenas de comerciantes e inversionistas nacionales y extranjeros, moviéndose un capital anual aproximado de 3.108.000 pesos de la época. Las rentas del ayuntamiento en 1851 ascendían a 110.000 pesos anuales, pudiendo cubrir sus obligaciones al ser Veracruz una ciudad todavía pequeña.
La jurisdicción de la ciudad de Veracruz en cuanto administración principal se extendía más allá de sus murallas a través de las oficinas de administraciones subalternas de Tlalixcoyan, Alvarado, Santiago Tuxtla, San Andrés Tuxtla, Acayucan, Minatitlan, Huimanguillo, Tlacotalpan, Cosamaloapan, Chacaltianguis, Otasitlan, Tuxtepec, Amapa y Paso de Ovejas.
En 1854 la ciudad estaba dividida en 13 cuarteles: 4 mayores y 9 menores. El primer cuartel mayor estaba a cargo del primer alcalde ordinario, el segundo a cargo del segundo alcalde ordinario, el tercero del alcalde de tercer voto y el cuarto del síndico primero. Los nueve cuarteles menores estaban a cargo de los nueve regidores del ayuntamiento.
Un censo realizado en 1849 indicó que la población de la ciudad dentro y fuera de la muralla, ascendía a 8.228 habitantes: 3.923 varones y 4.305 mujeres. De ese total, había 5.965 solteros, 1.584 casados y 679 viudos. Solo 3.418 habitantes estaban dedicados a diversas profesiones y ocupaciones económicamente activas.
Según una noticia formada en 1849, existían registradas en el Departamento de Vera-Cruz, 11 personas de mas de 100 años de edad. Siendo el señor Nicolás Barrera en La Antigua el mayor con 115 años. Aunque se señala el extraño caso de la señora Sara Maldonado de San Andrés Tuxtla con 191 años (posiblemente se tratase de un error de redacción y la edad fuera de 101 años como 2 personas más de esa lista).
También estaba señalada la presencia de extranjeros radicados en Veracruz por diferentes causas: 46 alemanes, 6 africanos, 2 belgas, 5 colombianos, 183 cubanos, 475 españoles, 177 franceses, 2 haitianos, 23 ingleses, 18 italianos, 8 filipinos de Manila, 23 norteamericanos, 2 portorriqueños, 2 portugueses y 4 suizos.
En 1854, hubo un tráfico de 4 086 pasajeros de distintas nacionalidades que llegaron y salieron de Veracruz por mar.
Existían dentro de la muralla alrededor de 1.106 casas, que estaban numeradas y los números se encontraban en uno de los extremos de cada acera. Además existían el palacio de gobierno, la aduana, almacenes, comisaría, maestranza de artillería, almacenes de proveeduría, teatro, mercado, carnicería, pescadería y fábrica de gas.
Destacaba también el alto número de edificios religiosos dentro de una área tan reducida: 3 hospitales, 1 iglesia parroquial, 4 conventos religiosos y 2 iglesias.
EDIFICIOS GUBERNAMENTALES
Construidos juntos siguiendo el trazo ordenado por el rey Felipe II en su Ordenanza de descubrimiento,
nueva población y pacificación de las Indias promulgada en 1573, se hicieron el palacio de gobierno levantado en un terreno llamado Cal de Francos. Que el virrey Luis de Velasco cedió al ayuntamiento en 1608 y que Gerónimo Farfán y Antonio Reyes construyeron de 1618 a 1627. En 1845, don Ramón de Muñoz y Muñoz regaló a la ciudad un reloj iluminado interiormente para su torre alta.
Las Atarazanas o almacenes de marina, eran tres grandes estructuras que datan de 1779 construidos paralelamente á la misma muralla, teniendo en su frente una cuadra descubierta para servir de taller de carpintería, y cercada con una reja de madera. Estos almacenes estaban arruinados en 1850, con excepción de uno que fue reconstruido en 1844. Tenían cada uno de ellos 66.87 metros varas de largo, 8.35 de ancho y muros muy sólidos.
La Aduana, Comisaria, muelle y almacenes de depósito, fueron edificados a inicios del siglo XIX. A la izquierda de la Puerta de Mar, estaba situada la aduana marítima y a la derecha la comisaría. Ambas oficinas eran bastante amplios, colocados sobre un alto zócalo ó terraplén para evitar que entren las aguas, teniendo ventanas hacia el mar, Además de unos soportales en la parte interior que mira á la plazuela del muelle, en los que había unas escaleras de doble subida para entrar en ellos.
El estilo arquitectónico de la Puerta de Mar pertenece al orden dórico, con un gran arco en el centro y una puerta menor a cada lado. Originalmente tuvo dos arcos arcos grandes gemelos pero fueron dañados por los franceses en 1838 y reconstruida en 1844. Su muelle estuvo en constante reparación de 1797 a 1810.
EDIFICIOS MILITARES
Desde 1632 se comenzó a trabajar en la construcción de defensas para la Nueva Veracruz, mismas que
evolucionaron con mucha lentitud, desde un muro de mampostería con una estacada de madera, hasta un muro dotado de troneras y banqueta para fusileros. Desde 1790 Veracruz estaba defendida por una delgada muralla de 3.34 metros de alto por 83.59 cm de espesor por el lado de tierra y por el lado de mar, la muralla tenía un grosor de 1.25 metros pues servía también como rompeolas al estar tan próxima de la playa. Ambos cinturones defensivos abarcaban en total un perímetro de 2 653 metros alrededor de la ciudad.
En los extremos estaban dos grandes baluartes costeros llamados Nuestra Señora de La Concepción (noroeste) y Santiago (sureste) edificados entre 1634 y 1635 con 16 y 23 cañones cada uno. Junto con 6 baluartes pequeños llamados de norte a sur San Juan, San Mateo, San Javier, Santa Gertrudis, Santa Bárbara y San José levantados entre 1663 y 1684 para montar 3 o 6 cañones. Junto con la batería de San Fernando de 4 cañones a barbeta, otros emplazamientos menores y la Escuela Práctica de Artillería construidos en el siglo XIX, en 1850 podían montar en conjunto más de 100 piezas de artillería.
Para ese año la muralla ya estaba rebasada tecnológicamente por los avances en artillería de proyectiles explosivos, que se habían experimentado en los bombardeos francés y estadounidense en 1838 y 1847.
La Escuela Práctica de Artillería situada entre los baluartes de Santiago y San José, tenía una puerta al campo, con parapetos sólidos de 1.67 metros de alto, coronados por una estacada y con
4 troneras. Además de explanadas para entrenarse en el disparo de cañones y morteros.
Los tiros se probaban acertando en unos paredones de 8.35 metros de alto y 20.89 de ancho, situados a medio kilómetro en la playa de Hornos. En su interior, la Escuela poseía unas piezas para repuestos de parque y municiones, una sala para laboratorio, un corredor y unos tinglados.
La guarnición militar para custodiar la ciudad y la fortaleza de San Juan de Ulúa podía alcanzar un máximo de 3 000 soldados de infantería y artillería. Los servicios en ambos lugares en tiempos de paz, los hacía los adscritos en la Guardia Nacional.
Como parte del convento de Nuestra Señora de Belén, estaban las instalaciones de la enorme Maestranza de artillería gracias a una permuta realizada por el gobierno española con los padres betlemitas desde fines del siglo XVIII. Ahí se almacenaba madera y funcionaban el taller de carpintería y las fraguas, donde se fabricaban tanto los cañones como sus cureñas.
Frente a la ciudad, se ubicaba la fortaleza de San Juan de Ulúa, cuya construcción se había iniciado en 1535 y finalizado en 1782, con grandes añadidos en la década de 1840. Siendo todavía temible en 1847 por su poder de fuego de 132 cañones de diversos calibres montados en anticuados montajes fijos entre merlones o en las modernas colisas que les permitían un giro de 90 grados y disparo en tres direcciones distintas. 20 de sus cañones podían lanzar proyectiles de a 84 y 68 libras de peso contra naves enemigas.
La fortaleza prestaba además al puerto de Veracruz dos importantes servicios: señalizar el rumbo mediante el Faro de San José construido en 1804 sobre el baluarte de San Pedro. Y el de avisar la llegada de barcos, su tipo, consignatario y otros datos referentes a su carga, mediante un telégrafo óptico montado sobre el polvorín San Miguel y junto a la torre del Caballero Alto. Capaz de usar 12 banderas y 3 gallardetes, alternando los colores azul, rojo y blanco en 519 combinaciones, que también podían identificar 40 nacionalidades.
Los cuarteles y la galera fueron construidos a partir de 1792. El más grande estaba inmediato á la Puerta de Merced. Su frente hacia el interior de la plaza, como el del otro, formaba una línea recta, pero por su espalda tenía la figura de un polígono irregular. Se dividía en dos cuerpos, algunos de sus pisos altos estaban sobre bóvedas, sirviendo los bajos, en el fondo, para establos que podían contener mas de 200 caballos. Podían admitir tres batallones de infantería, un escuadrón de dragones y 500 forzados que pagaban sus sentencias trabajando en obras públicas.
A kilómetros al sur de la ciudad, sobre una loma frente a la laguna de Malibrán, estaba un viejo almacén
de pólvora llamado la Casamata edificado en 1649 y que se utilizó todavía en 1847 para resguardar cohetes de aviso y gran cantidad de botes de metralla. Tenía cuatro naves, capaces de almacenar hasta 11.000 quintales de pólvora, con su respectivo cuerpo de guardia.
EDIFICIOS CIVILES
La ciudad disponía de 4 puertas de ingreso principales, protegidas con revellines y puestos de guardia, aparte de 3 puertas menores en el lado de mar:
-La Puerta de Mar por el este y frente al muelle de aguas profundas era la entrada a México desde Europa, África y los demás países de América con costas hacia el Océano Atlántico o que rodeaban el continente por el sureño Cabo de Hornos.
-La de Puerta de La Merced al sureste salía a los caminos hacia Mocambo, Boca del Río, Alvarado y Coatzacoalcos. Esta y la Puerta de Mar se edificaron entre 1771 y 1773.
-La Puerta Nueva o de Acuña al oeste, levantada en 1727, conducía a la Ciudad de México por dos rutas diferentes hacia Córdoba y Orizaba. Una por Medellín y la otra por el Paso del Licenciado, uniéndose en La Peñuela, para proseguir hacia Córdoba.
-La Puerta México al noroeste, lo hacía por la ruta de Xalapa y Perote a lo largo de 412 kilómetros, teniendo dos rutas también: la que oficialmente estuvo en servicio de 1519 a 1809, iba por la playa hasta La Antigua, San Francisco, Paso de Varas, Paso Gallinas y llegaba a La Ventilla (hoy Puente Nacional).
Y la que se dirigía tierra adentro hacia Santa Fe, Paso San Juan, Tolome, Paso de Ovejas y La Ventilla, donde se unía a la otra ruta para dirigirse hacia La Rinconada, Xalapa y Perote.
Estas dos rutas principales de comercio interno y de exportación, estaban unidas por un camino que enlazaba Santa Fe con la Tejería y donde el punto de referencia visual era el Molino de Viento construido desde la primera mitad del siglo XVIII en la alta loma propiedad de la antigua hacienda de San Ildefonso Buenavista. El rancho donde estaba el Molino de Viento fue utilizado en 1850 como primera estación fuera de las murallas al inaugurarse el primer ferrocarril en México.
Desde 1833 se habían establecido los servicios de diligencias de pasajeros entre Veracruz y la Ciudad de México. En la década de 1850, se recibía y despachaba la correspondencia de la ciudad hacia el interior del país en diligencias que salían durante 6 días de la semana por la ruta de Orizaba, tres por la de Xalapa y uno por la costa de Sotavento hasta Minatitlán y San Juan Bautista de Tabasco.
Los caminos sin alcanzar a ser óptimos, permitían que las diligencias tiradas por caballos alcanzaran la Ciudad de México en 64 horas, Xalapa en 36, Minatitlán en 96 y San Juan Bautista en 9 días. Los correos a caballos en situaciones de emergencia podían desplazarse cubriendo entre 8.38 y 12.57 kilómetros por hora según el estado de los caminos.
En 1854 la ciudad de Veracruz ya se conectaba por medio de cables de telegrafía electromagnética hasta la ciudad de León, en el Estado de Guanajuato, pasando por Orizaba, Xalapa, Puebla, México, Querétaro, Guanajuato y otras poblaciones intermedias.
Hacia 1857 solo publicaban dos periódicos en la ciudad: el "Progreso" de carácter oficial como órgano del gobierno del Estado de Veracruz. Y el Boletín Comercial que daba las noticias del movimiento portuario.
Pasando dos puentes de mampostería, estaba la Plaza de Toros con forma circular y hecha de madera.
Así como la estación del ferrocarril pintada de verde, construida entre 1844 y 1850. Su costo y de la primera ruta, costaron al gobierno más de 1.000.000 de pesos. Disponía de graderías, ventanas y un mirador. Despachos para la administración y pasajeros, así como habitación para el maquinista, talleres para carpinteros, herreros y un depósito de carbón.
En un antiguo fortín afuera de las murallas, destacaba a partir de 1855 el edificio de la planta de gas que proveía a la ciudad mediante tubos de hierro fundido estadounidense, para iluminar con más de 3.000 luces las calles y casas. Este novedoso servicio fue establecido en forma privada por el Dr. Gabor Naphegyi con un contrato de 15 años con el ayuntamiento de Veracruz, pero este tomó posesión de las instalaciones en 1857. Anteriormente, desde 1797 la iluminación pública se hacía con faroles alimentados con aceite.
Afuera de la ciudad y frente a la Puerta México existían varios galerones con corrales llamados Las Californias, construidos entre 1847 y 1848. Se hicieron con el objeto de hospedar a los arrieros y encerrar las mulas y aperos de las recuas que allí se cargaban. En esta área se fundaría después del derrumbe de la muralla en 1880, el actual barrio de Las Californias.
También fuera de las murallas, se construyó la casa del rastro o matadero, en una playa al sureste de la ciudad, cerca del punto llamado el Blanco. Para prevenir los efectos nocivos sobre la salud pública, desaparecieron otros rastros al sur de la ciudad antes de inaugurarse este.
En el territorio bajo la jurisdicción de la ciudad de Veracruz estaban hasta 1842 las haciendas de Santa Fe, Joluca, Novillero y Paso del Toro. La primera fue vendida al general y entonces presidente Antonio López de Santa Anna, quien además era propietario de las haciendas de Manga de Clavo y Paso de las Varas. Las demás que eran administradas por el ayuntamiento fueron vendidas por orden del gobierno federal y el dinero obtenido destinado a la guerra que se hacía en el Estado de Yucatán.
EDIFICIOS RELIGIOSOS
La parroquia de Veracruz, hoy llamada Catedral de la Asunción de Nuestra Señora, se terminó de
construir en 1731, con algunas reformas a principios del siglo XIX. Cuenta con una sola torre de campanario. El convento de San Francisco, con una iglesia de 3 naves, considerada la mejor de Veracruz.
Su torre se compone de 3 cuerpos, posteriormente se utilizaría como faro de 1872 a 1910. En el interior del edificio se halla la tumba de Ángela Cortés y Arellano, biznieta de Hernán Cortés, fallecida en 1663 en Veracruz y sepultada en el convento mucho después de su construcción en mampostería a partir de 1715.
La capilla y hospital de Nuestra Señora de Loreto, donde la iglesia constaba de 3 pequeñas naves y es un rectángulo con salones altos y bajos. Sus corredores desembocaban en un patio interior y las oficinas del establecimiento, que era hospital y cárcel de mujeres. Tenia salas bien ventiladas y con mucha luz. La planta baja se construyó en 1640, con la obra piadosa que fundó en octubre de 1616, maese Pedro Monzón. Las salas altas se hicieron en 1817 durante la administración de la Junta de Caridad.
A sus espaldas aún existe el Hospital Militar de San Carlos, un edificio de un solo cuerpo edificado a partir de 1764. A la izquierda de la entrada había una sala donde se recibían los enfermos, y en seguida dos grandes salones divididos por una arquería con pilastras que sostienen la bóveda que los cubre. Además de tres patios, un jardín, una cocina bastante amplia, depósito de ropa y otros enseres del establecimiento, botica, y un cuarto para el boticario.
El convento de Nuestra Señora de la Merced, cuya iglesia que constaba de 3 naves, siendo mayor la central. Contenía además 2 hileras de celdas en el claustro y una de cuartos bajos. Toda la obra se concluyó en 1613 siendo uno de los primeros edificios de mampostería de la ciudad. Su torre era la más elevada de Veracruz y servía de guía a los navegantes que entraban por el este y el noreste hacia la bahía. Se derrumbó por deterioro en octubre o noviembre de 1857.
El convento de Santo Domingo que data de 1651, su iglesia es de un tamaño mediano; la bóveda principal es apropiada, así como el crucero y cimborrio, que forma una media naranja. Pero las naves laterales son bajas y estrechas, y los altares estaban embutidos en una especie de capillas, también estrechas y oscuras. El altar mayor era de madera tallada, de estilo churrigueresco, dorado todo al agua. Con un patio con claustros muy dañados, y el costado que mira á la calle que lleva su nombre, con unos cuartos bajos ocupados por tiendas, y unos salones altos, donde está una de las escuelas municipales.
El convento de San Agustín fue construido hacia 1625 y que hasta 1767 perteneció a la Compañía de Jesús. La iglesia es también de tres naves; la del centro es bastante amplia, y tiene unas tribunas cerradas sobre los arcos á uno y otro lado, pero las dos laterales son muy bajas y oscuras. El convento se componía de hileras de celdas en el piso alto con bodegas abajo, cerrando por tres lados y unido á la iglesia, un patio interior.
El convento de Nuestra Señora de Belén o Hospital de San Sebastián que data desde 1745. Tenía todo el edificio una extensión de 61.02 metros de fondo y 94.45 de frente, encontrándose en el centro la antigua iglesia de Belén, que forma un cañón de bóveda con 33.43 metros de largo, y 8.85 de ancho. Fue reparada por el ayuntamiento, y dedicada á San Sebastián, patrono de la ciudad, á consecuencia de haberse demolido la ermita que antes tenia a extra-muros.
Tenía 4 salas de medicina, una botica muy bien surtida. Lavaderos, cocina y algunas piezas más para la oficina de la administración, y para depósito de los útiles y enseres del establecimiento. Un primer patio sembrado de plantas y flores, y un segundo patio donde están los lavaderos. Un tercer patio ó corral que sirve para depósito de cadáveres, para guardar los carros fúnebres y otros objetos. En 1850 el convento tenia casi el doble de longitud, pero en 1882 se abrió la actual avenida Zaragoza, quedando separadas así la parte del templo y el claustro.
La iglesia del Cristo del Buen Viaje edificada en piedra después de 1684 a extramuros, con un estilo morisco. Junto a ella estaba el primer cementerio púbico, que se estableció en 1790 por orden del virrey conde de Revillagigedo, para evitar el daño a la salud producido por enterrar a los difuntos dentro de las iglesias. En esta área se fundaría ya muy avanzado el siglo XIX, el actual barrio de La Huaca, por trabajadores locales y extranjeros de las obras del ferrocarril y del puerto artificial que se construyó
durante el prolongado gobierno del general Porfirio Díaz Mori (1876-1911).
La capilla de la Divina Pastora que está en la calle que lleva su nombre al entrar en la ciudad por la
Puerta México. Fue construida de 1746 a 1753 a petición de los hijos naturales de Veracruz, representados por tres niños de ella, dando el permiso correspondiente el virrey conde de Fuenclara, con la condición de que había de ser capilla propia. Fue remodelada en 1883. Durante la ocupación de los norteamericanos, desapareció la Virgen patrona, que era una regular escultura, y solo quedó una pintura de la Virgen del Carmen, que parecía ser de algún mérito artístico.
La ciudad operaba 3 hospitales: el gubernamental de San Carlos, en que se asistía únicamente á los enfermos militares. El de San Sebastián que servía para los hombres y el de Nuestra Señora del Loreto para las mujeres, estaban a cargo de la Junta de Caridad.
* El autor es originario de la ciudad de Veracruz, licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Veracruzana y técnico en informática por CENESCO. Investigador independiente en historia, antiguas vías de comunicación y campos de batalla desde 2009. Ha sido profesor del área de Humanidades, historia, antropología, fotografía, diseño grafico e informática en colegios y la Universidad Empresarial en Veracruz, Boca del Río y Soledad de Doblado. Se especializa en historia universal y militar, el periodo de la conquista de los siglos XV y XVI, las guerras de los siglos VIII al XIX en Europa y América, así como en heráldica, numismática, armamento y artillería antiguos. También es conferencista de nivel estatal, diplomado en historia del arte prehispánico, colonial y mexicano, paleografía colonial, historia de Veracruz y Boca del Río, administración pública, gestión social, grabación de escenas, etc. Desde 2019 es miembro del grupo ciudadano TOLOME UNIDO a cargo de asuntos históricos, coordinador estatal de cultura para el Estado de Veracruz para la Promotora Nacional de Economía Solidaria (PRONAES), director de Investigación, Análisis y Proyección Históricas para el Proyecto Ruta de Cortés perteneciente al Proyecto México del Consorcio Constructor de Empresas Mexicanas (CCEM) y fundador-director del equipo de Exploración y Estudio del Camino Real Veracruz-México (EXESCR). También se desempeña como explorador, guía-senderista, asesor en recorridos históricos y organizador de expediciones documentales en el Camino Real de México a Veracruz y la Ruta de Cortés. Participa en diversos proyectos de preservación del patrimonio y rescate de memoria histórica. Ha sido galardonado dos veces con la medalla y el diploma de honor de la Institución de la Superación Ciudadana del H. Ayuntamiento de Veracruz y declarado "Hijo Adoptivo del Pueblo de Tolome", entre muchos otros reconocimientos y honores a su actividad profesional.
Texto/Imagen:
L.C.C. Mario Jesús Gaspar Cobarruvias
(Versión publicada el 18 de abril de 2021 y actualizada el 10 de junio de 2022)
IMAGEN: La ciudad amurallada de Veracruz vista a ojo de pájaro, litografía de Casimiro Castro y dibujo por Francisco García en 1846.
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Lerdo de Tejeda, Miguel, Apuntes históricos de la heroica ciudad de Veracruz. Tomo III, imprenta de Vicente García Torres, México, 1858.
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