El mayor reto que ahora tienen los pescadores es dar mantenimiento a los canales de agua que se abrieron y evitar que se azolven. Lograrlo significa un doble beneficio: seguirán conservando el manglar y podrán realizar recorridos turísticos por esas áreas.
Desde hace unos años, los pescadores buscan diversificar sus ingresos utilizando las áreas de uso común. Por ejemplo, rentan algunas hectáreas del territorio para la instalación de apiarios donde se produce miel de mangle.
“Cada año el ejido saca recursos de la renta de estos espacios; también se instaló un horno para hacer carbón de mangle y comercializarlo, es un proyecto que estamos valorando arrancar”, cuenta Venancio Fernández, comisario ejidal y presidente de la UMA.
Los pescadores también evalúan propuestas para entrar al mercado de bonos de carbono con sus 73 hectáreas de aprovechamiento forestal.
Habitantes de Costa de San Juan instalan un mirador. Foto Óscar Martínez
“También estamos viendo la posibilidad de hacer una Unidad de Manejo Ambiental para la tortuga pinta de traspatio. Aquí hay como cuatro o cinco especies de tortuga de agua dulce; la intención es conservarla, pero también comercializarla. También hemos pensado en tener un proyecto con el lagarto moreletti (Crocodylus moreletii), porque hay mucho en esta zona”, explica Albino Fernández.
Para el ejidatario, estas actividades pueden ser opciones económicas para los pescadores, sobre todo durante la veda de camarón o en la temporada de lluvias, época en que disminuye la pesca diaria.
Venancio Fernández, comisario ejidal de Costa de San Juan. Foto: Óscar Martínez.
El ejidatario Venancio Fernández reconoce que la percepción que tenían del manglar ha cambiado desde que han tomado conciencia de que el ecosistema es vital para su actividad económica: “El manglar es la vida de nosotros, si no tuviéramos mangle no viviríamos, no tendríamos todo esto. El manglar no se va acabar, si poco a poco dejamos las actividades de ganadería y aprovechamos conservando, eso nos va a beneficiar a todos”.
Albino Fernández, quien es secretario ejidal, se define como un silvopescador, término inventado por los pescadores de esta comunidad para explicar la unión entre el aprovechamiento del manglar y la pesca en la laguna: “Somos los hijos del mangle. Aquí nacimos, esta es nuestra vida. Lo que hacemos tiene un doble beneficio: nos mejora la pesca, nos da empleo, pero también le damos al mundo aire, estamos restaurando los pulmones de la tierra”.
* Imagen principal: Costa de San Juan, en el Sistema Lagunar de Alvarado. Foto Óscar Martínez
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