El encuentro al que asistieron representantes de EU y Francia, además de los países de la zona de Sahel, estuvo marcado por el riesgo de volatilidad por el conflicto libio
Internacionales
- 2011-09-07
La sesión inaugural de la conferencia internacional sobre terrorismo en la región del Sahel, celebrada hoy en Argel bajo el lema "la asociación en las esferas de la seguridad y el desarrollo", ha acabado dominada por lo que se ha calificado como "la nueva situación creada por el conflicto libio".
Tanto de manera abierta, como dándolo por supuesto, los participantes han considerado de manera unánime que el conflicto en Libia ha influido negativamente en la franja Sahel-Sahariana, al menos en lo referente a la cuestión de seguridad.
La primera fuente de preocupación para los participantes ha sido, sin duda, la circulación de armamento "en cantidades alarmantes", lo que ha beneficiado a la organización Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que ha hecho de la zona del Sahel, especialmente Mauritania, Argel, Chad y Mali, su principal foco de actividad.
El otro factor citado por los ponentes ha sido el retorno masivo a sus países de origen de los trabajadores extranjeros establecidos en Libia y que, enfrentados a dificultades económicas y sociales, podrían convertirse en nuevos reclutas de AQMI.
El ministro argelino de Asuntos Africanos y Magrebíes, Abdelkader Messahel, resumió las inquietudes de los asistentes, representantes de más de 40 países, al asegurar que "esta conferencia toma una dimensión particular en relación a los riesgos asociados a la situación en Libia, incluyendo los nuevos flujos incontrolados de armas de todos los calibres en dirección al Sahel".
No obstante, la mayor preocupación fue expresada por el ministro nigeriano de Asuntos Exteriores, Mohamed Bazoum, que declaró que el Sahel se ha convertido por culpa de la guerra libia en un "verdadero polvorín".
"Los temores que teníamos desde hacía algunos meses sobre la crisis libia se han confirmado. La situación en el Sahel se ha degradado totalmente y las armas circulan libremente, en gran cantidad y de manera incontrolada", declaró el ministro antes de instar a una cooperación más fuerte y mejor adaptada a "la nueva situación".
Por su parte, Daniel Parent, consejero del presidente francés, Nicolás Sarkozy, ha hecho sonar la voz de alarma, aunque sin hacer referencia directa al conflicto libio, asegurando que "es urgente actuar, la amenaza del terrorismo en el Sahel aumenta y el radio de acción de AQMI se amplía".
El jefe de la diplomacia de Mali, Boubeye Maiga, ha defendido el mismo discurso, y ha subrayado que "la inseguridad en Libia promueve y nutre el terrorismo".
"La situación en el Sahel es muy preocupante, porque la crisis en Libia ha aumentado las amenazas presentes en esta región", dijo Maiga antes de instar a los países occidentales a que ofrezcan "respuestas unitarias ante estos grandes desafíos".
No obstante, el responsable de Malí reconoció que el terrorismo no es la única amenaza que planea sobre la región, y apuntó que anualmente transitan por el Sahel alrededor de 50 toneladas de cocaína, en su viaje hacia Europa.
"Debemos llevar a cabo respuestas locales y multinacionales a estas amenazas en el marco de la cooperación, la coordinación, la coherencia y la solidaridad", insistió Maiga.
Los socios occidentales de los cuatro países que conforman la alianza para luchar contra AQMI (Argelia, Malí, Níger y Mauritania) han afirmado que comparten las mismas preocupaciones y que se han comprometido a contribuir con su experiencia para "derrotar al terrorismo".
"Mientras nos vamos aproximando al décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre, debemos combinar nuestros esfuerzos comunes y colectivos porque esta es la única manera de lograr nuestro objetivo último que es derrotar al terrorismo", dijo la vicecoordinadora de asuntos regionales del departamento de Estado estadounidense, Shari Villaros.
Por su parte, el general Carter Ham, comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses para África (AFRICOM) ha reconocido, asimismo, que "la proliferación de armas es una grave preocupación".
Ham ha agregado que su país ofrecerá ayuda "a quien sea necesario".
Manuel López Blanco, representante de la Unión Europea (UE) en la reunión, en la que no participó el Consejo Nacional de Transición Libio (CNT), ha ido aún más allá y ha considerado que la crisis libia supone un "nuevo reto para una región, que ya tiene un situación compleja", así como que "ha tenido y seguirá teniendo" consecuencias sobre el Sahel.