Un hombre se arrancó ayer los ojos en la localidad de Viareggio, en el norte de Italia, durante el servicio religioso que se celebraba en la catedral de San Andrea, informaron hoy fuentes policiales.
El hombre, de 46 años, nacido en Inglaterra y residente desde hace muchos años en esa localidad de la Toscana, asistía a la misa y de pronto “se levantó, empezó a gritar, y se arrancó los ojos con sus propias manos”.
Según la policía, el hombre explicó al personal sanitario que le atendió que “una voz” le había dicho que “se arrancara los ojos”.
Fue trasladado al cercano hospital Versilia, donde fue operado de urgencia, sin que los médicos pudieran hacer nada por evitar que se quedara ciego.
La policía informó de que el hombre, cuya vida no corre peligro, se encuentra actualmente en la unidad de psiquiatría del hospital, a la espera de que se le haga un examen para comprobar su estado mental.
Horas después del suceso, su madre relató que estaba con él en misa cuando su hijo “se tiró al suelo y empezó a pegarse cabezazos contra el suelo.
Tenía la cara llena de sangre. Yo no entendía lo que ocurría. No decía nada”, refirió.
El doctor Gino Barbacci, médico de urgencias del hospital de Versilia que prestó los primeros auxilios al individuo, aseguró que para hacer una cosa semejante “hace falta una fuerza sobrehumana” y que en 26 años de profesión no ha visto una cosa igual.
Hostia milagrosa
En tanto, católicos en Polonia se reunieron el domingo para celebrar una misa especial para lo que ellos consideran un milagro: la aparición de un punto obscuro en una hostia, la cual están convencidos es parte del corazón de Jesús.
En la hostia en cuestión se desarrolló un punto pardusco en 2008 luego de caer al piso durante una misa en el pueblo Sokolka, en el este de Polonia. Dos médicos determinaron que la marca era tejido de músculo cardiaco, dijeron funcionarios de la iglesia.
El arzobispo de Bialystok Edward Ozorowski dijo durante la misa que en la historia, la “sustancia del cuerpo o la sangre de Cristo se ha vuelto evidente para los sentidos humanos, y esto pasó en Sokolka”.
“Para Dios, nada es imposible”, dijo Ozorowski.
La hostia con el punto fue transportada en alto en un relicario por un sacerdote en túnica dorada durante una procesión y fue puesta en exhibición en la iglesia del pueblo de San Antonio, mientras unos mil fieles miraban.
Los católicos creen que el pan y el vino que utilizan los sacerdotes durante el sacramento de la comunión, o eucaristía, se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo.
La hostia se le cayó a un sacerdote mientras celebraba la comunión en 2008. De acuerdo con las prácticas de la Iglesia, el sacerdote puso la hostia en agua para disolverla. Varios días después una monja encontró que la hostia no se había disuelto por completo y vio una marca roja en ella.
El descubrimiento de la monja desató el interés entre los fieles en este país profundamente católico, y provocó muchos viajes a Sokolka. Aunque algunos creyentes consideran al objeto un milagro, el Vaticano aún examina la materia y no ha tomado una decisión oficial sobre si declararlo un milagro, dijo Andrzej Debski, portavoz de la iglesia.