Todavía con secuelas, 17 de los 33 trabajadores supervivientes de la mina San José volvieron al lugar donde fueron rescatados tras 69 días bajo tierra.
Internacionales
- 2011-10-13
Un grupo de 17 de los 33 mineros de Atacama volvió hoy a la mina San José, en el norte de Chile, para conmemorar el primer año del rescate que los devolvió a la vida tras 69 días de estar atrapados bajo tierra, una experiencia que aún arrastra secuelas para sus protagonistas.
Los mineros llegaron junto a sus familias a las puertas de la mina San José, hoy embargada y clausurada, con su entrada tapada con una malla de metal y un letrero que dice "Peligro".
Apenas quedan rastros de aquella ciudadela que llegó a albergar a unas 3 mil 500 personas -entre familiares, rescatistas, autoridades y periodistas- el día del rescate, que se inició poco después de la medianoche del 13 de octubre de 2010 y finalizó al cabo de 22 horas con todos liberados sanos y salvos.
Allí se organizó hoy un acto de acción de gracias y se puso la primera piedra del monumento "Esperanza" que recordará el rescate, una hazaña seguida en vivo por millones de telespectadores y que tuvo un costo de unos 22 millones de dólares.
"Quiero dar gracias a Dios por habernos protegido y que saliéramos todos sanos y salvos. Nos va a faltar tiempo para agradecer a todo el mundo por esas oraciones y lágrimas que derramaron por nosotros en todo el mundo", dijo el minero Omar Reygadas, en representación de sus compañeros.
A la ceremonia no asistió el presidente Sebastián Piñera, que un año atrás coordinó en persona la operación del rescate. En cambio estuvo presente el entonces ministro de Minas, Laurence Golborne, quien tuvo una activa participación en el rescate y una cercana relación con la familia de los mineros, en una gestión que lo catapultó como un posible presidenciable.
"El 13 del 10 del 10 que suma 33, es la fecha en que finalmente los sacamos a la superficie, cuando sacamos, no al último minero, cuando sacamos al último rescatista, Manuel González; cuando salió él de la mina pudimos ir todos a dormir con calma", recordó Golborne.
Un derrumbe dejó atrapados a los mineros el 5 de agosto. Durante 17 días no se supo nada de ellos, hasta que el 22 lograron hacer llegar a la superficie adherido a una sonda un papel que decía "estamos bien en el refugio los 33", confirmando que el grupo completo había sobrevivido.
Se inició entonces una compleja operación para sacarlos desde una profundidad de más de 600 metros. Tres enormes máquinas cavaron en paralelo pequeños túneles para traerlos a la superficie, hasta que una de ellas completó el trazado.
Finalmente, uno a uno, izados por una cápsula de metal de unos 53 cm de diámetro y cuatro metros de alto, todos fueron rescatados sanos y salvos en una operación televisada que se siguió en varios países.
A un año de la hazaña, sus 33 protagonistas aún mantienen secuelas por el encierro. Siete de ellos aún permanecían con licencia médica y uno salía en estos días de una clínica de rehabilitación por alcoholismo.
Uno más, el boliviano Carlos Mamani, fue detenido anoche mismo por violencia doméstica y podría ser formalizado hoy. "Lo pensé para venir. Fue difícil tomar la decisión de venir, pero lo logré con el apoyo de mi familia", dijo José Ojeda, el minero que escribió el mensaje de vida, visiblemente afectado por su retorno a la mina.
Tras volver a la vida "los primeros meses fueron difíciles, pero estamos agarrando el rumbo de la vida que llevábamos antes. Ahora la mina está sola y eso da nostalgia, da pena, no estamos todos los compañeros, da pena", afirmó por su parte Darío Segovia, dedicado hoy a vender frutas y verduras en un mercado de Copiapó.
Otro de los mineros, el ex futbolista Franklin Lobos, negó versiones contadas por otros de sus compañeros sobre que pensaron en comerse entre ellos o en un suicidio en masa, presionados por el encierro.
"Nunca hubo canibalismo, nunca hubo droga abajo, nunca hubo trago abajo, entonces molesta gente que, quizás, será por lucrar hablan cosas que no corresponden y eso hace daño" afirmó Lobos.
En el acto de conmemoración también participaron algunos de los rescatistas. "Fui recibido con abrazos y lágrimas por los mineros, y no era para menos, era la primera persona que venía de arriba que veían después de 69 días", recordó Manuel González, el primero de los rescatistas en bajar a la mina y también el último en salir.