Miles de personas desafiaron el frío en varias ciudades y exigieron la renuncia del primer ministro Vladimir Putin en la mayor protesta del país en las últimas décadas
Internacionales
- 2011-12-24
Decenas de miles de rusos volvieron a salir hoy a las calles en un centenar de ciudades para denunciar el fraude electoral y pedir nuevos comicios legislativos, después de las multitudinarias protestas del pasado 10 de diciembre.
A diferencia de las primeras jornadas de protesta celebradas a raíz del fraude oficialista y marcadas por detenciones masivas, ésta, junto con la del 10 de diciembre, transcurrió en calma sin que se registraran mayores incidentes, según fuentes policiales.
Como era de esperar, Moscú se ha convertido en el mayor escenario de las protestas contra los resultados de las legislativas, que dieron la victoria al partido oficialista Rusia Unida.
Según los organizadores de las protestas, alrededor de 120 mil personas salieron a participar en la manifestación en la avenida Académico Sájarov de Moscú para exigir la celebración de nuevos comicios parlamentarios, la anulación de los resultados "falsificados" y la liberación de los "presos políticos".
Esas cifras no se corresponden con las de la policía capitalina, que apuntó que en realidad acudieron al evento unas 29 mil personas.
Sin embargo, fuentes policiales citadas por la agencia Interfax precisaron que sus datos fueron tomados al pie de los detectores de metales instalados en el perímetro de la zona, sin contar a los que quedaron fuera y no consiguieron pasar por las rampas para sumarse a las protestas en la avenida.
Además, varios testigos confirmaron que la citada avenida, con el tráfico cortado y acordonada por las fuerzas de seguridad y furgones con policía antidisturbios, no pudo acoger a más manifestantes, que salieron a las calles pese al crudo frío.
Independientemente, todos coinciden en que el número de los participantes en esta manifestación ya ha superado al de la anterior del 10 de diciembre, que hasta el momento ha sido considerada la más multitudinaria en este país desde la década de 1990.
Los manifestantes centraron sus iras en el sistema político "autoritario, corrupto e inmovilista" creado por Vladímir Putin, el ex presidente y actual primer ministro ansioso de volver al Kremlin dentro de pocos meses.
Los participantes corearon "¡Putin fuera!" y llevaron carteles con consignas como "Putler ladrón" o "Queremos nuestros votos y no sus limosnas", en alusión a los votos que consideran robados en el recuento.
Numerosos movimientos opositores de diferentes plataformas sociales y políticas se mostraron unánimes en expresar su rechazo al oficialismo alabado por la televisión estatal y acusado por muchos de corrupción sin precedentes y persecución de la oposición.
Las protestas contaron con la participación de los líderes de la oposición, políticos, destacados actores, escritores y artistas, que afirman que se sienten cansados de la hegemonía del oficialismo en Rusia.
"Rusia está harta de revoluciones. Que Dios nos libre. Pero también está harta de estancamientos", dijo desde el escenario el periodista ruso Leonid Parfiónov, quien comparó a Putin con el líder soviético Leonid Brézhnev, asociado por muchos con el inmovilismo en una URSS controlada por el Partido Comunista y la policía política.
Las protestas contra el fraude electoral acogieron a miles participantes en San Petersburgo, Yekaterimburgo, Barnaul, Perm, Novosibirsk y Ufa, entre otras decenas de ciudades rusas, sin que las fuerzas policiales intervinieran.
La comunidad rusa en otros países también convocó a través de Facebook concentraciones en París, Londres, Barcelona, Vancouver, Washington, Nueva York y otras ciudades para expresar su rechazo a los resultados de las elecciones parlamentarias.
Las recientes protestas obligaron al presidente ruso, Dmitri Medvédev, a proponer el jueves una apertura política con importantes cambios en el sistema electoral.
En particular, propuso recuperar las elecciones directas de los presidentes y gobernadores de las regiones y repúblicas de Rusia, que en tiempos de Putin pasaron a ser nombrados por el Kremlin, así como permitir el registro libre de partidos políticos.
Sin embargo, el mandatario ruso, quien manifestó su desacuerdo con las consignas y declaraciones lanzadas por los manifestantes, no anunció medidas que confirmen su disposición de celebrar nuevos comicios legislativos.
El partido de Putin logró conservar la mayoría absoluta en la Duma con 238 del total de 450 diputados, 12 más de los necesarios para alcanzar la mayoría (226), según los resultados oficiales definitivos de las elecciones, que la oposición considera falsificados.
Con todo, el partido del Kremlin perdió 77 escaños con respecto a los pasados comicios legislativos, por lo que no tendrá la mayoría constitucional.
Putin concurrirá a las elecciones presidenciales del 4 marzo de 2012 después de que el actual jefe del Estado, Dmitri Medvédev, renunciara a presentarse a la reelección a favor de su antecesor político.
El primer ministro ruso, que ya ejerció el cargo de presidente entre 2000 y 2008, en caso de volver al Kremlin podría permanecer en el poder otros 12 años, los dos mandatos consecutivos de seis años que permite la Constitución de Rusia.