ONU declara fin de la hambruna en Somalia

El organismo alertó que, aunque las condiciones alimentarias han mejorado, la situación aún es frágil y puede revertirse si no se mantiene la ayuda internacional

Internacionales

- 2012-02-03

La ONU declaró hoy el fin del estado de hambruna que sufría Somalia desde el pasado 20 de julio, pero alertó de que 2.34 millones de personas -casi un tercio de los habitantes del país- viven aún en situación de emergencia humanitaria.

La grave crisis alimentaria de Somalia, que ha golpeado con fuerza a las regiones del sur, ha remitido por las lluvias caídas entre octubre y diciembre, que han dado lugar a unas cosechas excepcionales, así como por las operaciones de ayuda humanitaria.

Sin embargo, "los logros son frágiles y se revertirán si no continúa el apoyo" al país del Cuerno de África, advirtió el coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU para Somalia, Mark Bowden, en un comunicado emitido en Nairobi.

"Millones de personas todavía necesitan comida, agua limpia, refugio y otras asistencias para sobrevivir, y se espera que la situación se deteriore en mayo", subrayó Bowden.

Según la Unidad de Análisis de Nutrición y Seguridad Alimentaria de Somalia (FSNAU), ligada a la ONU, el número de personas en situación de emergencia humanitaria ha caído de 4 millones a 2.34 millones, lo que representa el 31 por ciento de la población somalí.

Esos 2.34 millones de habitantes son "incapaces de cubrir completamente sus necesidades básicas alimenticias y no alimenticias", precisó la FSNAU en su último informe, divulgado hoy en la capital de Kenia.

Con todo, "la crisis no se ha acabado", alertó el nuevo director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el brasileño José Graziano da Silva, durante una rueda de prensa en Nairobi tras visitar Somalia.

"No podemos evitar las sequías, pero podemos adoptar medidas para que impedir que no deriven en una hambruna. Tenemos tres meses hasta la próxima estación de lluvias", recalcó Graziano.

La ONU llegó a declarar el estado de hambruna en seis regiones del sur de Somalia, donde 750 mil personas corrieron el riesgo de morir en el punto álgido de la crisis, que afectó también al resto del Cuerno de África, pero de forma menos virulenta.

Hasta 13 millones de personas llegaron a necesitar ayuda humanitaria urgente en Somalia, Kenia, Etiopía y Yibuti por el impacto de la peor sequía de la región en sesenta años, una cifra que ahora se ha reducido a 9 millones, según la FAO.

En el caso de Somalia, la delicada situación humanitaria se agrava, además, por el conflicto que azota al país desde hace dos décadas.

Desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, Somalia sufre una guerra civil y carece de un gobierno efectivo en un país en manos de señores de la guerra tribales, la milicia radical islámica Al Shabab y bandas de delincuentes armados.

Al Shabab, un grupo vinculado a la red terrorista Al Qaeda que lucha contra el internacionalmente respaldado Gobierno Federal de Transición somalí, controla gran parte del sur del país, donde ha impuesto duras restricciones a las agencias de ayuda humanitaria.

En ese sentido, Bowden admitió hoy que "el acceso a la gente necesitada seguirá siendo un gran desafío", e instó a las partes del conflicto a "respetar la normativa humanitaria internacional y permitir el acceso incondicional a las personas vulnerables".

Según la ONU, la hambruna se declara en una zona cuando al menos el 20 por ciento de la población padece una falta extrema de alimentos, más del 30 por ciento sufre malnutrición aguda y la tasa de mortalidad supera dos personas al día por cada 10 mil habitantes.

Para que ese fenómeno no resurja en Somalia o la región, las Misiones Salesianas, una red de misioneros presente en 134 países (41 de ellos africanos), pidieron hoy a la comunidad internacional "que no baje la guardia y no se olvide del Cuerno de África".

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