Benedicto presidió la ceremonia en la basílica de San Pedro para consagrar a los nuevos ministros, que incluyen a un brasileño y los arzobispos de Nueva York, Praga, Toronto y Hong Kong
Internacionales
- 2012-02-18
El papa Benedicto XVI ordenó el sábado a 22 nuevos cardenales que se incorporan a la elite eclesiástica encargada de elegir a su sucesor, en una ceremonia simplificada que evidenció que el pontífice de 84 años está bajando su ritmo.
Benedicto presidió la ceremonia en la basílica de San Pedro para consagrar a los 22 cardenales, que incluyen a un brasileño y los arzobispos de Nueva York, Praga, Toronto y Hong Kong, como también los titulares de varias oficinas del Vaticano.
Los preparativos para la ceremonia se vieron empañados por versiones embarazosas de documentos internos que denuncian supuestas irregularidades financieras en el Vaticano e informes en la prensa italiana sobre presuntas maniobras de dignatarios de la Iglesia católica en anticipo a una pronta sucesión papal dada la edad y fragilidad del pontífice.
El consistorio del sábado elevó a 125 el número de cardenales menores de 80 años que pueden votar en una elección papal.
Cada uno de los ordenados prometió solemnemente mantener los secretos de la Iglesia al aceptar su nuevo título, anillo y birreta tricornio de manos del Papa.
Al recitar el tradicional juramento de lealtad cardenalicio, cada uno prometió fidelidad a la Iglesia y "no difundir a nadie cuestiones confiadas a mí en confianza, cuya revelación pudiera dañar o deshonrar a la Santa Iglesia".
Benedicto llegó a la basílica en la plataforma móvil que ha usado durante varios meses para evitarle la larga caminata por el pasillo central. El Papa, que cumple 85 años en abril, habló con voz firme al decir a los cardenales que serán convocados para asesorarlo sobre los problemas que enfrenta la Iglesia.
Al comienzo del servicio, Benedicto recordó que el color rojo del birreta y la casaca escarlata de los cardenales simbolizan la sangre que deben estar dispuestos a derramar en su fidelidad a la Iglesia.
"A los nuevos cardenales se les confía el servicio del amor: amor a Dios, amor a su Iglesia, un amor absoluto e incondicional por sus hermanos y hermanas, hasta derramar su sangre, de ser necesario", les dijo.
Benedicto ha disminuido el ritmo de sus actividades recientemente. Su inminente visita a México y Cuba, por ejemplo, incluye pocas presentaciones públicas, sin discursos o reuniones políticas como era costumbre. Aun el consistorio fue una versión reducida del servicio de 1969: solo uno de los cardenales leyó en voz alta su juramento de lealtad, mientras los demás lo hacían simultáneamente en voz baja. También se suprimieron una lectura y un salmo de responso.