Cientos de personas celebraron el triunfo de Mohamed Morsy, candidato de los Hermanos Musulmanes a la Presidencia, según el comité electoral, que anunciará al ganador oficial el jueves.
Internacionales
MILENIO - 2012-06-18
Los Hermanos Musulmanes de Egipto declararon el lunes que su candidato, Mohamed Morsy, ganó las primeras elecciones presidenciales libres del país, pero una maniobra legal realizada durante la noche por los gobernantes militares dejó claro que los generales planeaban mantener el control por ahora.
Una fuente del comité electoral dijo que el islamista Mohamed Morsy, un ingeniero educado en Estados Unidos, estaba cómodamente adelante del ex general de la fuerza aérea Ahmed Shafik, con la mayoría de los votos escrutados, pero que recién anunciará el ganador el jueves.
En cualquier caso, sin embargo, el nuevo presidente estará subordinado por algún tiempo al consejo militar, que el año pasado dejó de lado al ex mandatario Hosni Mubarak para aquietar las protestas callejeras.
En el último giro en el tortuoso camino de la revolución a la democracia en Egipto, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas emitió un decreto el domingo al término de dos días de votación que establece límites estrictos sobre los poderes del jefe de Estado.
En la víspera de la elección, ya había disuelto el Parlamento liderado por los islamistas.
Opositores liberales e islamistas denunciaron un "golpe militar".
"Ejército transfiere poder, al Ejército", decía el irónico titular del periódico independinte al-Masry al-Youm.
Sin embargo, el consejo militar dijo el lunes que el Ejército realizará una ceremonia a fines de junio para entregar el poder al presidente recientemente electo, según la agencia estatal de noticias MENA.
"El Ejército entregará el poder a un presidente electo en una gran ceremonia a fin de mes que el mundo entero va a presenciar", dijo el mayor general Mohamed El Assar, miembro del consejo militar, según lo citó MENA.
A pesar de todo, los Hermanos Musulmanes expresaron su alegría y desafío en las calles y podrían disputar las medidas tomadas por los generales que sembraron dudas sobre sus promesas de entregar el poder a un Gobierno civil para el 1 de julio.
Los militares hicieron esta promesa, que contó con el apoyo de los aliados europeos y de Estados Unidos, a pesar de su recelo al ascenso del Islam político como consecuencia de los levantamientos de la Primavera Arabe en Oriente Medio.
"Gracias a Dios que la gente guió a Egipto por el camino de la libertad y la democracia, que unirá a los egipcios en un futuro mejor", declaró Morsy, un ex prisionero político, en un discurso al conocer la victoria.
Un colaborador de Shafik, el último primer ministro de Mubarak, se negó a aceptar la derrota y acusó a Morsy de "secuestrar la elección".
Sin embargo, una fuente del comité electoral dijo a Reuters: "Los resultados (...) muestran a Morsy a la cabeza, reflejando a gran escala los resultados recopilados por el comité electoral".
Los Hermanos Musulmanes colocaron a Morsy por delante con un 52 por ciento frente al 48 por ciento, con una asistencia a las urnas de un 50 por ciento.
Muchos seguidores de los candidatos derrotados en la primera vuelta electoral permanecieron en sus casas o eligieron no votar en protesta por una elección que consideraban que iba para atrás hacia el antiguo régimen o hacia un futuro Estado religioso.
Futuro Islámico
Cientos de jóvenes seguidores que agitaban banderas de los Hermanos Musulmanes se reunieron en la plaza Tahrir, donde estalló la revolución anti-Mubarak hace 16 meses en el centro de El Cairo.
"Gracias a Dios, nos deshicimos del Gobierno militar y el Estado policial", dijo Mona Issam, una de las mujeres que festejaban en la plaza, vestida con un velo que le cubría la cara. "Esperamos que Morsy asuma el poder de manos del consejo militar y que el Ejército vuelva a las barracas", agregó.
"Dios nos dio la victoria. Dios estuvo con nosotros y levantó el peso de la opresión. Queríamos un Estado islámico. Vivimos con extraños en nuestra tierra bajo el viejo régimen. Estuvimos oprimidos y el Islam no era la ley. Estoy muy, muy contenta. Gracias a Dios", sostuvo.
Otro manifestante, Mohammed al-Sayyed, de 46 años declaró: "Ahora viviremos en libertad. No habrá arrestos o prisiones. La revolución ha tenido éxito y recuperamos a nuestro país".
Sin embargo, la multitud apenas llamó la atención durante la hora de mayor tráfico de la mañana y apenas se comparó con la masa humana que asistió al centro de El Cairo cuando Mubarak cayó.
El candidato islamista de 60 años atrajo el apoyo de algunos votantes que rechazan la agenda religiosa de los Hermanos y la imposición de la ley islámica, pero están determinados a impedir la llegada de Shafik, de 70, a quien ven como un heredero del antiguo régimen.
Pero mientras los islamistas celebraban, el desempleado Mohamed Mahmoud, de 28 años, no compartía su alegría: "Voté por Morsy pero no puedo decir que esté feliz (...) Aún tengo miedo de ambos y lo que podrían hacer. No quiero un Estado islámico ni un nuevo Estado de Mubarak".
El caos político ha afectado la vital industria del turismo focalizada en las pirámides y las playas del Mar Rojo y los últimos eventos, al prolongar la incertidumbre, podrían dañar aún más la economía.
"Hay todavía un poco más de incertidumbre ahora", dijo el operador Teymour el-Derini, de Naeem Brokerage. "Tenemos un nuevo presidente pero no significa nada porque no tiene nada que hacer", agregó.
La orden dada por el mariscal de campo Hussein Tantawi, presidente del Consejo Supremo, indicó que el Ejército, que también controla partes de la economía egipcia, no tiene intenciones de entregar el poder por ahora a sus antiguos adversarios de los Hermanos Musulmanes.
Los Hermanos han cuestionado la decisión del Ejército de disolver el Parlamento y advirtieron que les esperan "días peligrosos". Pero pocos esperan que los islamistas lancen una toma violenta del poder pronto.