Líderes políticos alertan del peligro del terrorismo doméstico
Internacionales
Excelsior - 2012-07-28
Cuando la congresista demócrata por Texas, Jackson Lee, preguntó a la máxima responsable de la Seguridad Interna de Estados Unidos si la masacre ocasionada por James Holmes en la localidad de Aurora, Colorado, podía catalogarse como una forma de “terrorismo doméstico”, Janet Napolitano se limitó a responder: “Aún no lo sabemos. Pero tenemos un grupo de investigadores federales en el caso”.
Casi al mismo tiempo, el histórico líder afroestadounidense, Jesse Jackson, arengaba a un grupo de familiares de víctimas en Aurora.
Sin atisbo de duda, Jackson señaló que el ataque premeditado de James Holmes contra una multitud inerme que disfrutaba de la más reciente película de Batman había sido una forma de “terrorismo doméstico”.
“Este no ha sido un incidente aislado, sino un acto que encaja dentro de un patrón”, dijo Jackson. “Nadie está a salvo en medio de esta nueva forma de terrorismo doméstico”, añadió el líder de los derechos civiles, al exigir un mayor control sobre la venta de armamento que ha ido a parar a manos de multihomicidas como Holmes, pero que también podrían ser utilizadas por organizaciones terroristas para atacar a EU.
Mientras los investigadores federales descubren el móvil de Holmes y el FBI decide si este multihomicida entra dentro de la categoría de “terrorista doméstico”, algunos líderes políticos como Jackson consideran que ha llegado el momento de atajar un problema que ha ido al alza desde mediados de los 90 para convertir a los “lobos solitarios”, a los “terroristas domésticos”, en una seria amenaza para la seguridad nacional.
Según un estudio elaborado por James Fox, profesor de criminología de la Universidad del Noreste de Boston, en EU se han registrado un total de 645 masacres en cadena entre 1976 y 2010, con un saldo de 2 mil 949 víctimas mortales. Las tendencias sugieren que la figura del “lobo solitario” se ha convertido en una pesadilla en la negra contabilidad de víctimas inocentes.
Según un informe elaborado por START, un consorcio especializado que colabora con el Departamento de Seguridad Interna (DHS), la amenaza de los atacantes solitarios en EU ha ido al alza en los últimos años. Estadísticas recientes indican que un 33% de los ataques que podrían entrar en la categoría de terrorismo doméstico han sido perpetrados por “lobos solitarios” desde 1995.
Dentro de esta categoría entrarían personajes como Timothy McVeigh, el autor del peor atentado doméstico con un coche-bomba que dejó un saldo de 168 muertos y más de 800 heridos en Oklahoma, en abril de 1995.
O Theodore Kaczynsky, un brillante profesor de matemáticas conocido como “Unabomber” que abandonó la enseñanza en la Universidad de Berkeley tras revelarse su vida paralela como terrorista doméstico que —entre 1978 y 1995— se dedicó a enviar artefactos explosivos a quienes consideraba como “lacras del sistema”.
El alza del terrorismo doméstico ha obligado al FBI a trabajar sobre una lista de tres categorías para evitar los ataques de “lobos solitarios”: la extrema derecha, la extrema izquierda y los terroristas vinculados a movimientos religiosos, de odio racial o antiabortistas. Sin embargo, tras el atentado de Aurora, los especialistas del FBI y de DHS se preguntan si habría que crear una nueva categoría para clasificar a multihomicidas como Holmes, un brillante estudiante de neurociencias de la Universidad de Colorado que asesinó a una docena de personas e hirió a docenas más, sin una razón en particular.
A diferencia de personajes como McVeigh o Kaczynsky, que nunca ocultaron su vena antisistema o antigubernamental, Holmes no ha ofrecido hasta ahora razones coherentes para catalogarlo como un extremista de derecha o de izquierda. O como un militante con agenda social propia.
“Por lo que sabemos hasta ahora, Holmes difícilmente podría encajar dentro de la categoría de terrorista. No hay un motivo político aparente detrás de su acción”, aseguró Gary LaFree, un experto en criminología de la Universidad de Maryland. “Parece un caso de violencia sin sentido. Simple y sencillamente es escalofriante”, concluyó.