El Pentágono envió a Libia dos buques de guerra y a 50 soldados de élite especialistas en responder a amenazas terroristas debido a que se sospecha que los ataques pudieron haber sido planeados
Internacionales
Excelsior - 2012-09-13
El gobierno de Estados Unidos envió ayer por la noche dos buques de guerra a las costas de Libia tras el ataque a su consulado en Bengasi en el que murió el embajador Christopher Stevens y otros tres ciudadanos estadunidenses.
De acuerdo con la cadena de noticias CNN, se trata de los barcos USS Laboon y USS McFaul. Horas antes, 50 marines estadunidenses partieron a Libia para reforzar la seguridad de las instalaciones diplomáticas de Estados Unidos en ese país.
Los efectivos militares pertenecen al grupo de élite conocido como Equipo de Seguridad de la Flota Antiterrorismo (FAST, por sus siglas en inglés), cuya propósito es entrar en acción apenas reciba aviso de amenazas de terrorismo, así como reforzar la seguridad en las embajadas norteamericanas.
Este grupo de élite efectúa misiones en todo el mundo. El contingente despachado a Libia se encontraba destacado en España.
Los funcionarios que dieron a conocer el plan para el envío de los infantes de marina solicitaron el anonimato porque no estaban autorizados a hacer declaraciones al público. Los efectivos tienen como destino inicial la embajada estadunidense en Trípoli, no Bengasi.
El embajador Chris Stevens murió el martes por la noche cuando él y un grupo de empleados de la embajada fueron al consulado para tratar de evacuar al personal que era atacado por turbas con armas de fuego y cohetes lanzagranadas.
Ataques, por filme ofensivo; sospechan premeditación
El ataque en Bengasi ocurrió poco después de que cientos de manifestantes en el vecino Egipto treparon los muros de la embajada estadunidense en El Cairo y arrebataron la bandera de EU para reemplazarla por una enseña islámica negra.
Según las primeras versiones de los gobiernos libio y egipcio, las protestas fueron causadas por la indignación que provocó una película que ridiculizó al profeta Mahoma, producida por un cineasta israelí residente en California.
En una medida extraordinaria, el general Martin Dempsey, presidente del Estado Mayor Conjunto, llamó al promotor de la película y predicador antiislámico, Terry Jones, y le pidió que dejara de promoverla. Una vocera dijo que la iglesia no exhibiría el filme ayer.
Sin embargo, agentes de inteligencia dijeron que el ataque contra el consulado en Bengasi fue “demasiado coordinado o profesional como para considerarlo espontáneo”, de acuerdo con un funcionario antiterrorismo estadunidense.
El agente habló a condición de permanecer anónimo por no tener autorización de hablar públicamente de los hechos.
Pero el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Tommy Vietor, dijo que sería prematuro “adjudicar cualquier móvil a este acto condenable”.
Obama promete justicia
De cualquier manera, el gobierno de Barack Obama ya investiga si el asalto contra el consulado fue parte de una ofensiva terrorista por el aniversario de los atentados del 11/S.
Ayer, Obama prometió que Estados Unidos “trabajará con el gobierno libio para llevar ante la justicia” a quienes mataron al embajador.
“No se equivoquen, se hará justicia”, dijo Obama con aire serio en la Casa Blanca, acompañado por la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Clinton se dijo particularmente conmocionada por el hecho de que el ataque haya ocurrido en Bengasi, ciudad a la que Estados Unidos ayudó a liberar del dictador Muammar Gadhafi.
Obama ofreció la conferencia después de que el aspirante republicano a la Presidencia, Mitt Romney, criticó al gobierno por las declaraciones emitidas antes y después de los ataques en El Cairo, las cuales expresaban simpatía por quienes se sintieron insultados por el video.
“Creo también que el gobierno se equivocó al emitir un comunicado en el que se solidarizaba con aquellos que habían irrumpido en nuestra embajada en Egipto, en vez de condenar sus acciones”, dijo Romney.
Se extienden las protestas
Las protestas en representaciones diplomáticas estadunidenses se extendieron ayer a otros países.
La policía lanzó gases lacrimógenos ayer para dispersar ayer a unos 300 manifestantes que quemaron banderas de EU frente a la embajada de ese país en la capital tunecina.
Un agente golpeado en la cabeza por una piedra fue hospitalizado, informó la policía.
El presidente de Túnez, Moncef Marzouki, interrumpió una visita a la vecina Libia por motivos de seguridad.
En El Cairo, los islamistas se manifestaron por segundo día consecutivo ante la embajada de Estados Unidos.
En Teherán, se prevé que se realice hoy una concentración ante la embajada de Suiza, que representa los intereses de EU.
El presidente Barack Obama y su homólogo afgano, Hamid Karzai, “discutieron sobre la importancia de actuar de forma conjunta para evitar que los motivos que llevaron a los ataques en Libia y Egipto no sean una amenaza para las fuerzas estadunidenses o afganas”, precisó Washington en un comunicado.
La película Innocence of muslims (La Inocencia de los musulmanes) se refiere a la vida de Mahoma, del que se burla, toca temas como la homosexualidad y la pedofilia y presenta a los musulmanes como inmorales y gratuitamente violentos.
Su realizador es el israelo-estadunidense Sam Bacile, que describe el islam como “un cáncer”. Según un colaborador suyo, “está muy disgustado de que el embajador haya sido asesinado”, y ha decidido esconderse.
Condena internacional
La comunidad internacional repudió ayer los ataques perpetrados contra recintos diplomáticos estadunidenses en Egipto y Libia.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), según señaló su secretario general, Ban Ki-moon, en un comunicado, condena “en los términos más enérgicos el ataque” acaecido en Libia ayer y recordó que las autoridades deben proteger las delegaciones diplomáticas situadas en su país.
En el mismo sentido, la Unión Europea, a través de un comunicado de la jefa de la diplomacia Catherine Ashton, indicó que el gobierno libio está en la obligación de “tomar sin retraso todas las medidas necesarias para proteger las vidas de todos los diplomáticos y extranjeros que trabajan en Libia”.
A las condenas de estas organizaciones se sumaron los gobiernos de El Vaticano, Afganistán, Rusia, Italia, Francia, Suiza, España, Cuba, Venezuela, Canadá, México, Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, El Salvador y Panamá.