El Presidente venezolano dio a conocer en su cuenta en Twitter que tuvo una amena conversación con el líder opositor
Internacionales
Excelsior - 2012-10-09
El reelegido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el líder opositor, Henrique Capriles, conversaron ayer vía telefónica, una situación tan habitual en otros países como insólita en la nación sudamericana, donde la polarización domina completamente la política.
Por primera vez desde que en febrero fue elegido como candidato de la oposición, Chávez llamó ayer por su nombre a Henrique Capriles y no usó uno de sus habituales insultos o expresiones vejatorias para referirse al líder de la oposición.
“Créanmelo: he sostenido una amena conversación telefónica con Henrique Capriles! Invito a la Unidad Nacional, respetando nuestras diferencias!”, señaló Chávez en su cuenta en Twitter.
Esta no es la primera vez en la carrera política de Chávez que se acerca a sus rivales, pero las promesas de diálogo se han esfumado rápidamente y el mandatario siempre ha vuelto a la carga para mantener duros enfrentamiento con todos los que rechazan su “revolución socialista”.
Capriles confirmó posteriormente por la misma red social, que en Venezuela se ha convertido en una auténtica autopista de comunicados públicos, la conversación con el Presidente.
“Recibí llamada del Pdte Chávez. En nombre de +6.500.000 venezolanos hice un llamado a la unidad del país
y el respeto a todos”, señaló.
El domingo, 55% de los venezolanos respaldó al Presidente y le dio vía libre para alcanzar las dos décadas en el poder, en unos comicios con una participación récord superior a 80% y en los que Capriles obtuvo 44.39 por ciento de los votos.
Al reconocer en la noche de las elecciones su derrota, Capriles pidió, en unas breves palabras ante seguidores y periodistas, que “quienes hoy mantienen el poder” tengan “respeto, consideración y reconocimiento a casi la mitad del país que no está de acuerdo con este gobierno”.
América Latina añora un liderazgo de EU: Romney
Mientras Venezuela vivía ayer la resaca de unas elecciones que discurrieron de forma pacífica y un ambiente de completa tranquilidad, en el exterior no se hicieron esperar las reacciones a favor y en contra de la victoria de Chávez.
El candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, dijo que “nuestros vecinos en América Latina quieren resistir la fracasada ideología de Hugo Chávez y los hermanos Castro y profundizar sus nexos con Estados Unidos en comercio, energía y seguridad”.
En su discurso, enfocado principalmente en Oriente Medio y a la reciente ola de violencia en el mundo árabe, Romney no se refirió específicamente a las elecciones en Venezuela.
“Si Estados Unidos no lidera, otros lo harán, otros que no comparten nuestros intereses y nuestros valores, y el mundo se tornará más oscuro, para nuestros amigos y para nosotros”, dijo Romney en su discurso en Virginia en el que criticó la actual política exterior de Obama.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos felicitó a los venezolanos por una jornada electoral pacífica, pero pidió tomar en cuenta los millones de votos opositores.
“Creemos que las posiciones de los más de seis millones de personas que votaron por la oposición deben ser tenidos en cuenta en el futuro”, dijo el portavoz para América Latina del Departamento de Estado, William Ostick.
La Casa Blanca también felicitó al pueblo venezolano por un proceso eleccionario “pacífico”, según dijo el portavoz presidencial Jay Carney, aunque admitió que “tenemos nuestras diferencias con el presidente Chávez”.
La postura de Washington se asemejó a la de la representante de la Unión Europea para las Relaciones Exteriores, Catherine Ash-ton, quien pidió a Chávez aprovechar su nuevo mandato para “tender la mano” a todos los sectores de la sociedad “para reforzar las instituciones del país”.
Ofrece un socialismo sin retorno
El presidente Hugo Chávez inició ayer un nuevo ciclo en Venezuela con la promesa de afianzar su “revolución” y corregir los errores cometidos durante 13 años de grandes cambios políticos, sociales y económicos.
Superada la prueba en las urnas, las expropiaciones vuelven a la agenda, especialmente en sectores estratégicos como energía, alimentación e insumos para la construcción, reveló ayer el vicepresidente Elías Jaua.
Chávez ya había adelantado que su prioridad sería echar un “poderoso cerrojo” para encaminar a Venezuela por la senda del socialismo sin retorno, lo que muchos especialistas creen que se traduciría en medidas radicales.
Algunos analistas económicos se aventuran a predecir que Chávez podría preparar algún cambio en la Constitución, que ya enmendó en 2009 para permitir la reelección ilimitada.
A pesar de que Chávez se mostró inusualmente conciliador con sus adversarios en su discurso triunfal el domingo por la noche, no movería un ápice sus planes económicos. Y eso podría significar más estatizaciones, controles al sector privado y una expansión del gasto público para planes de alimentación, salud y vivienda.
“Sigue existiendo una considerable incertidumbre sobre la capacidad del gobierno para contener el déficit fiscal y mantener al mismo tiempo el crecimiento económico y la lucha contra la inflación”, dijo un informe publicado ayer por la agencia de calificación Fitch.