Los fallecimientos se dieron luego de ataques criminales y enfrentamientos con la policía entre la noche del miércoles y la madrugada de este jueves.
Internacionales
MILENIO - 2012-11-08
Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña, vivió hoy una nueva madrugada violenta, con al menos nueve personas asesinadas, pese a las medidas de represión a los grupos criminales anunciadas el martes por el Gobierno regional y el nacional.
Nueve personas murieron a tiros en ataques criminales y enfrentamientos con la policía entre la noche del miércoles y la madrugada de este jueves en Sao Paulo y los municipios de su región metropolitana, según la dirección de la Policía Militarizada.
Los hechos se registraron tanto en Jardins, uno de los barrios más acomodados de la capital paulista, como en los suburbios de los municipios industriales de Diadema y Sao Bernardo do Campo, según el boletín policial.
Un supuesto delincuente murió en un intercambio de disparos con la policía en Jardins luego de que los propietarios de una estación de gasolina llamaran a las autoridades para anunciar un intento de asalto por parte de dos hombres armados.
En Cotia, en la región metropolitana, un tiroteo entre policías, guardias civiles y un grupo acusado de intentar asaltar un supermercado dejó dos supuestos criminales muertos y un uniformado herido.
Los enfrentamientos se produjeron dos días después de que el Gobierno brasileño y las autoridades del estado de Sao Paulo anunciaran la puesta en marcha de un plan conjunto para frenar la ola de violencia que sacude la región.
El plan prevé la creación de un centro integrado de inteligencia que coordinará el trabajo de las fuerzas de seguridad regionales y federales.
Entre enero y septiembre la violencia provocó la muerte de 982 civiles en el estado de Sao Paulo, donde residen más de 40 millones de personas, además de cobrarse la vida de 90 policías, la mayoría fuera de servicio.
La violencia es atribuida por las autoridades a una reacción del Primer Comando de la Capital (PCC), la principal organización criminal de Sao Paulo, que es comandada desde las prisiones, a operaciones de la policía para combatir la delincuencia.
Según organizaciones no gubernamentales, sin embargo, la ola de violencia es resultado de una "guerra" entre las bandas criminales y grupos paramilitares integrados en su mayoría por policías.