En Barcelona y Madrid, miles de estudiantes, profesores y padres de familia se manifestaron contra la reforma del gobierno español.
Internacionales
MILENIO - 2012-12-13
Bajo el lema "Por la cohesión social", miles de profesores, padres y alumnos de Cataluña marcharon este jueves contra una reforma del gobierno español que consideran una amenaza a su escuela pública en catalán y que una mayoría de partidos de la región llamó a no aplicar.
"¡Defendamos la escuela en catalán!", gritaba un grupo de adolescentes, con los hombros cubiertos por banderas independentistas, contra el anteproyecto de ley presentado hace diez días por el ministro español de Educación, José Ignacio Wert.
"Esta reforma ataca cosas básicas como son la igualdad y la cohesión", dijo Anna Vía, profesora de Ciencias Sociales, de 31 años.
"La escuela pública es el lugar común en el que se pueden encontrar alumnos de todos los orígenes para educarse conjuntamente", agregó.
"El proyecto de separar a los niños por su idioma en escuelas pública y privada es un mero intento de descohesionar", consideró.
Desfilando por el centro de Barcelona al ritmo de silbatos y tambores, los manifestantes, entre ellos muchas familias con niños pequeños, protestaron también contra los recortes que, como al resto del país, golpean a la educación de esta gran región del noreste de España.
Paralelamente, en Madrid, cientos de personas defendían la educación pública de secundaria y universitaria, con pancartas y gritos contra Wert. Tras una de las pancartas, que decía "Educar para vivir, no para competir", varios profesores de instituto rechazaban el proyecto de ley.
César Prestel, profesor de Filosofía de 40 años, critica que la ley "convierte la educación en una preparación para el mercado laboral" y "en ningún momento habla de la importancia de colaborar, de compartir". "Queremos que la educación sea una preparación para la vida", afirma.
En otras ciudades españolas tenían lugar protestas similares.
La reforma de Wert es de momento un borrador, pero bastó para levantar ampollas en varias regiones, que lo rechazaron por quitarles poder en la decisión del currículum académico.
Y especialmente en Cataluña, donde se vio como una amenaza al sistema lingüístico implantado tras el fin del franquismo (1939-1975).
"El gobierno no quiere en absoluto liquidar la escuela en catalán", aseguró Wert el miércoles en el Parlamento español, ante un duro ataque de partidos catalanes que exigían su dimisión.
Prohibido de la esfera pública durante la dictadura, el catalán fue ganando terreno en las escuelas tras el retorno de la democracia hasta llegar al actual modelo en que toda la educación pública en Cataluña se imparte en catalán y el español se estudia solamente como lengua.
La cuestión es altamente sensible en una comunidad autónoma de 7,5 millones de habitantes donde el idioma es el principal símbolo de identidad cultural.
Especialmente tras las elecciones regionales de noviembre que, en un contexto de dura crisis económica, dieron una muy amplia mayoría a las formaciones soberanistas, encabezadas por CiU de Artur Mas.
El nacionalista Mas, ya duramente enfrentado a Madrid por su proyecto de convocar un referéndum sobre la independencia, hizo el miércoles una prueba de fuerza aliando a cinco de los siete partidos del Parlamento catalán contra la reforma de Wert.
Exigieron una "enmienda profunda" del proyecto de ley y de, lo contrario, advirtieron que la región buscará la forma de no acatarla.
Docentes como Ramón Grau, director de un centro de secundaria de Barcelona, llaman ya a la insumisión.
"Yo propondría que nos negásemos a aplicar la nueva ley", dice, subrayando que una reforma educativa que recorta las libertades de Cataluña da más argumentos a quienes piden un Estado independiente.
Si la reforma sale adelante, "lo que habría es un modelo muy parecido al que teníamos nosotros cuando éramos pequeños, un modelo con un cierto autoritarismo, con unos contenidos muy controlados" por Madrid, se lamenta Alex Castillo, de 47 años, padre de dos muchachos de 10 y 13 años.
En el sistema actual, "todos los alumnos reciben herramientas para tener un nivel muy bueno en catalán y en castellano", defiende Eloy Cortés, estudiante universitario de 20 años.
Sin embargo este sistema no satisface a algunos padres en Cataluña, y apoyándose en ello, Wert propuso que las familias que lo deseen puedan inscribir a sus hijos en centros privados en castellano y que éstos sean costeados por el gobierno regional.
Aplicable al conjunto del país, esta medida no tendría efecto en otras regiones con idiomas cooficiales, como el País Vasco o Galicia, dado que éstas ya proponen la escolarización en castellano en sus sistemas públicos.