Ataque suicida en Irak deja al menos 27 peregrinos muertos

Un atacante suicida que conducía un auto causó la muerte de al menos 27 peregrinos chiitas en una estación de autobuses en Irak

Internacionales

Excelsior - 2013-01-03

Un atacante suicida que conducía un auto causó la muerte de al menos 27 peregrinos chiitas en una estación de autobuses en la ciudad iraquí de Mussayab, hasta donde habían acudido fieles musulmanes para regresar a casa tras un ritual religioso, dijeron médicos y policías.

El atentado, que también dejó al menos 60 heridos, destaca las tensiones sectarias que amenazan con desestabilizar más al país un año después del retiro de las tropas estadunidenses.

La policía dijo que el atacante transportó sus explosivos hasta una estación de buses atestada de peregrinos que buscaban regresar a Bagdad y a las provincias del norte luego del ritual del Arbain en la ciudad sagrada de Kerbala, hasta donde miles de personas llegan cada año.

Mussayab está localizada unos 60 kilómetros al sur de Bagdad.

El ritual de Arbain ha sido blanco frecuente de militantes desde la invasión encabezada por Estados Unidos que derrocó al dictador suní Saddam Hussein, quien vetó las festividades religiosas chiitas.

La explosión de una bomba al costado del camino cuando pasaba un minibús con peregrinos chiitas que dejaban Kerbala también dejó heridas a ocho personas en Nueva Bagdad.

Los últimos episodios de violencia se producen luego de casi dos semanas de protestas contra el primer ministro Nuri Al-Maliki - un chiita - por parte de miles de miembros de la minoría suní en la provincia occidental de Anbar, que comparte frontera con Siria.

Los manifestantes acusan a Maliki de estar bajo la influencia de la vecina Irán - gobernada por chiitas - y de marginar a los suníes que dominaron Irak hasta la caída de Saddam.

Muchos suníes exigen que Maliki derogue las leyes anti terrorismo que según dicen han sido usadas por el Gobierno para una campaña de persecución.

El conflicto en la vecina Siria, donde una insurgencia armada compuesta mayormente por suníes lucha por derrocar al Gobierno del presidente Bashar al-Assad, respaldado por Irán, también está avivando las animosidades sectarias en Irak y en la región de Oriente Medio.

Aunque la violencia ha disminuido marcadamente respecto de las luchas sectarias del 2006 al 2007, un total de 4.471 civiles perdieron la vida el año pasado, en lo que según un grupo de derechos humanos es una "guerra de escala menor" con los insurgentes.

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