Jesús Corona, “víctima” de competencia “chelera”

Jesús Corona, del tricolor Sub-20, tiene un apellido que genera curioso sobrenombre por jugar en Monterrey

Deportes

Central Deportiva - 2013-02-21

Pronunciar su apellido resulta un involuntario spot publicitario del grupo que compite con la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, parte del consorcio (Femsa) que también es dueño del Monterrey. Es por eso que a Jesús Corona, goleador del Tricolor Sub-20, le apodan El Tecatito.

Sui géneris historia de un chico al que ni siquiera le gusta la popular bebida hecha con granos de cebada. Antes de debutar con los Rayados en la Primera División, ya cargaba con un mote institucional.

“Me lo pusieron por la marca [de cerveza]”, confiesa, risueño, a EL UNIVERSAL. “Ya ves que es Carta Blanca en Rayados... Por eso”.

Aunque El Cartito no era opción. Se le apodó El Tecatito, porque apenas mide 164 centímetros. Tan pequeño como habilidoso y letal frente al marco adversario.

“Lo más importante es hacer las cosas bien, no tanto cómo te digan”, afirma. “Quiero destacar en mi club y ahora con la Selección”.

Conjunto en el que Sergio Almaguer lo coloca en una posición distinta a la que tiene con los regiomontanos. Víctor Manuel Vucetich, director técnico del club norteño, suele emplearlo como volante, para explotar su velocidad, desequilibrio y precisión en los servicios al área, mas el encargado del representativo juvenil le ha habilitado como un segundo delantero, junto a Marco Bueno.

El primer examen fue aprobado con una nota alta. Corona marcó dos goles ante Curazao. Demostró que la sangre fría para definir también es una de sus cualidades.

“Estoy más libre por el centro, pero [me siento] muy contento, porque donde nos pongan debemos asumir ese compromiso y responsabilidad para aportar”, recuerda. “Aquí lo que interesa es lograr los objetivos que nos hemos trazado”.

Atrevido en el lienzo verde, tímido ante cámaras y grabadoras. Joven de cortas respuestas, siempre con unos enormes audífonos blancos en el cuello. Su calidad ya sedujo a algunos clubes italianos. Fiorentina y Lazio han manifestado interés en contratarlo, pero él no se emociona de más.

“Sueño, como cualquier otro joven, con eso. Hasta ahí”, ataja. “Por ahora, estoy concentrado en la Selección. Veremos qué pasa más adelante”.

Filosofía que es un estilo de vida para el sonorense. Antes del debut en el premundial Sub-20, los reflectores apuntaban a los chicos que hace año y medio levantaron la copa mundial Sub-17: Bueno, Richard Sánchez, Antonio Briseño, Francisco Flores, Jorge Espericueta, Carlos Fierro y Julio Gómez. Una noche le bastó para arrebatárselos.

Se ha convertido en eferencia del ataque tricolor, pero se niega a vaticinar que terminará el selectivo como máximo romperredes. “Primero está el equipo y buscar la clasificación al Mundial”, aclara.

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