Denver cayó ante Seattle por una paliza de 43-8; se vio en desventaja desde el comienzo y jamás se recuperó.
Deportes
La afición - 2014-02-03
Peyton Manning no pudo coronar la mejor temporada de cualquier quarterback en la historia de la NFL ni logró esgrimir un argumento irrefutable para que se le considere el más grande de todos los tiempos en su posición. Sus Broncos fueron un mar de nervios y una comedia de errores en el Super Bowl disputado el domingo.
Denver cayó ante Seattle por una paliza de 43-8; se vio en desventaja desde el comienzo y jamás se recuperó.
De hecho, los Broncos estuvieron abajo incluso antes de que Manning tocara el balón, pues un mal centro de Manny Ramírez se escapó hasta la línea final para un safety. Habían transcurrido apenas 12 segundos del encuentro.
Y el panorama para el ataque más productivo de la liga sólo empeoró después.
Dominados en toda la línea, los Broncos (15-4) abandonaron el terreno por el túnel con una desventaja de 22-0 en el medio tiempo. Al regresar, observaron la forma en que Percy Harvin devolvió hasta la zona prometida el despeje que dio inicio a la segunda mitad.
Faltaba medio partido, pero Denver estaba liquidado.