+ Con la Liguilla en la mira, el delantero paraguayo Dante López despertó con anotaciones en el momento más importante de la temporada
Deportes
MILENIO - 2014-04-08
Dante López siempre tuvo el reconocimiento de Ricardo Ferretti y Guillermo Vázquez. Se marchó de Pumas por razones que nada tenía que ver con lo deportivo, pero lo hizo con dos títulos bajo el brazo y el afecto de sus compañeros que —a la par de los entrenadores— valoraban la entrega, el sacrificio y la lucha que ponía en cada partido.
No ocurrió lo mismo con la tribuna, las gradas lo ubicaron como culpable directo de la falta de gol. El paraguayo nunca escondió la cara, aceptaba la exigencia, pero pocos aficionados reparaban en el hecho de que muchas veces no había la generación de juego ni piernas que le abastecieran de pelotas. Hubo muchas jornadas en las que laboró para buscarse su jugada, fracasaba y, entonces, venían los abucheos.
Guardó silencio y respetó al público, esos días lo curtieron. Cuando recibió la llamada de Pumas no dudó en volver, si Mario Trejo le buscó fue porque el vicepresidente deportivo tenía claro que su aporte dentro del grupo le vendría bien al club, porque el guaraní conoce los cimientos y estaba dispuesto a luchar en las causas adversas; incluso, en los tiempos aciagos, dentro del vestidor se echaba de menos un tipo como él que arrastrara el balón, que marcara la primera línea de presión y que retuviera la pelota o la peinara para generar una acción en ataque.
Es verdad que tampoco se puede negar que es un tipo que ha fallado ocasiones claras; este torneo ya dejó ir una ante Santos, pero el domingo dio una muestra clara de lo que es Dante López, su ambición lo llevó a pelear una pelota y ganársela al portero de Chiapas, cuando quizá otros delanteros hubieran renunciado a ella. Y en el segundo gol selló una jugada perfecta, bien fabricada por Velarde y Ludueña, con el toque fino del Chispa que puso la bola en el punto exacto que todo delantero sueña.
Hace un par de semanas Dante percibía que el gol estaba cerca, no perdía la calma porque llegada la Jornada 12 no había marcado, pero el paraguayo no se presionaba.
"Si se me da la ocasión trato de meterla o si tengo que hacer otro rol para que otro compañero marque, lo haré. No me voy a obsesionar y tratar de hacer algo que no sé y cerrarle el camino a otro que puede anotar", decía.
También, reiteraba el compromiso que tenía con el club: "Mi regreso a Pumas es para que la gente se dé cuenta que vine para ayudar, no era un buen momento y no cualquiera iba a poner un pie en una institución fuerte que no estaba pasando por un buen momento y uno viene a cambiar esa parte".
Consciente de que se le seguía viendo como villano, el paraguayo mantenía el respeto a la gente que le gritaba desde la grada, pero que esas cuestiones ya no lo estresaban: "Ya no me asusta nada, en su momento lo demostré, no queda más que volver a demostrarlo".
Marcó su primer gol del curso contra Santos, una jugada un tanto fortuita en la que remató, Oswaldo atajó y después la pelota le rebotó en el hombro. Tuvieron que pasar casi tres años para que volviera a gritar un gol en CU, la última vez fue en el juego de vuelta de las semifinales del Clausura 2011, cuando le anotó a Chivas.
Y en el partido contra Jaguares, una cita en la que era capital ganar los puntos para seguir con aspiraciones de Liguilla, Dante fue, apretó, robó la bola y la empujó al fondo, diez minutos después cumplió como eje de ataque y metió el balón.
En su discurso, Dante no sacó pecho, señaló que lo más importante fue el triunfo que le permite a Universidad seguir en vías de lograr la calificación a la Liguilla.
"Me siento contento por la llegada de los goles, por ayudar al equipo, pero lo más importante es que se ganó un partido muy difícil, seguimos en carrera y dependiendo de nosotros a tres fechas de culminar el campeonato".
En el momento más oportuno, Dante ha encontrado el arco contrario, cuando Pumas lucía desvalido en ataque por la baja de Martín Bravo; en dos partidos el paraguayo ha marcado tres goles, una carga anímica que ayudan a liberar tensión y dejan a Pumas en el tercer puesto de la tabla general. Con los goles de Dante, la Liguilla se siente cerca en Ciudad Universitaria.