Vecinos que han acudido a supuestas campañas medicas promovida en la iglesia de San Juan Bautista de la ciudad de Martínez de la Torre, donde todo parece que se está llevan a cabo un fraude a quienes acuden con la esperanza de ser sanados de sus males.
Zona Norte
Juan Carlos Jiménez Benavidez - 2015-09-04
Vecinos que han acudido a supuestas campañas medicas promovida en la iglesia de San Juan Bautista de la ciudad de Martínez de la Torre, donde todo parece que se está llevan a cabo un fraude a quienes acuden con la esperanza de ser sanados de sus males.
La señora G.E.G, quien pudio que así se le identificara, señalo que ella acudió a la iglesia antes mencionada debido a que les fue invitado a participar en una campaña donde serían atendidos por médicos chinos.
Especializados en medicina oriental y acupuntura, además de quienes ofrecían la atención eran médicos certificados y con su correspondiente cedula profesional, además de que tenían el permiso del cura de la iglesia José del Carmen Sánchez y Gándara para poder ofrecer consultas.
Consultas que serían gratuitas y los medicamentos no tendrían costos elevados debido a que es en beneficio de la población, pero la realidad fue otra, debido a que todo se trató de un engaño.
Señalando G.E.G que a ella le solicitaron la cantidad de 3 mil 500 pesos para el tratamiento que requería y que prácticamente la obligaron a comprar el medicamento, de lo contrario la consulta tendrán un costo mayor al del medicamento.
Por lo que dejo la cantidad de 1 mil pesos para que su medicina fuera surtida, pero es la fecha que la medicina no llega y el dinero no le ha sido reintegrado, a pesar del sin número de vueltas que ha dado.
Y donde ahora en la iglesia nadie le da razón del paradero de los charlatanes ni tampoco responden por todas las estafas que realizaron con las supuestas consultas en dicho lugar y en los teléfonos que dan en sus recetas los cambian cada semana y algunos son falsos.
Debido a esto la agraviada hace un llamado a las autoridades de salud y competentes por parte de la iglesia a supervisar estas prácticas de estafa, donde se presume que hay complicidad e ingresos para quienes dan permisos de instalarse en los recintos eclesiásticos.