Sindicato petrolero, cártel del golfo, PEMEX y la violencia ligada al fracaso histórico

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Para entender el México del siglo XXI es necesario estudiar el México del siglo XX.
Y así, sucesivamente, siglo con siglo; presente con pasado...pasado con presente.

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Antes de dejar el poder del Cártel del Golfo en manos de Juan García Abrego, su sobrino -décadas de los 70s y 80s- Juan Nepomuceno Guerra dominó el contrabando del whisky en la frontera de Tamaulipas y Texas, al noroeste de la República Mexicana y al Suroeste de los Estados Unidos.

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Tamaulipas le aportó al país la figura de Juan N. Guerra, el fundador del Cártel del Golfo del que a su vez nació el grupo de sicarios conocido popularmente como “la letra que no se puede nombrar” o simplemente como “los zetas”.

También en Tamaulipas nació -al menos como protagonista histórico del poder- Joaquín Hernández Galicia (a) “La Quina”, el más emblemático personaje del corporativismo sindical mexicano surgido tras la Revolución de 1910 y acuerpado desde su origen y su desarrollo en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Los 70 años de poder del PRI desde 1929 –año de su fundación bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario- hasta el 2000 -cuando entrega el poder al panista Vicente Fox- no se pueden explicar sin el ingrediente corporativo y en particularmente la asociación PRI-Estado-Sindicatos que devienen una serie de variables entre las que sobresale el caso PRI-Estado-STPRM.

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Juan Nepomuceno Guerra nació en Matamoros, Tamaulipas, el 18 de abril de 1918.

Muy joven, en la década de los 30s, se involucró en el tráfico de whisky de México a Estados Unidos, en el contexto de la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas en territorio norteamericano.

Al otro lado de la frontera el mercado negro de las bebidas lo manejaba la mafia con Al Capone como figura emblemática.

De este lado, el joven Juan N. Guerra construía un imperio que empezó con el tema del alcohol y siguió, en la zaga familiar, con las drogas.

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A su vez, Joaquín Hernández Galicia (a) “La Quina” –cuyo nacimiento se ubica en Veracruz- llegó al mundo en 1922 y a finales de la década de los 30s se enroló como trabajador de Petróleos Mexicanos.

A partir del gobierno de Adolfo López Mateos, en 1958, “La Quina” se convirtió en el líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, al que controló hasta 1989 cuando el presidente Carlos Salinas de Gortari ordenó su captura y condena.

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Aunque su nacimiento se ubica en Veracruz, Veracruz, Hernández Galicia manejó el emporio de su propiedad -en que convirtió al sindicato petrolero- desde su residencia en Ciudad Madero, Tamaulipas.

Ahí, en Madero, hay quienes ubican el transcurso de su niñez y a su caciquismo se atribuye el desarrollo económico de esta población que en los tiempos de jauja quinista llegó a contar con equipo de futbol profesional: “El Tampico-Madero”.

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Ahora bien: ¿Qué tienen en común Juan Nepomuceno Guerra y Joaquín Hernández Galicia “La Quina?

- Nacieron con sólo 4 años de edad de diferencia.
- Ambos desarrollaron la base de sus actividades económicas y de poder con asiento en Tamaulipas.
- Los dos son recordados por haber violado la ley a lo largo de sus respectivas vidas pero ambos fueron protegidos, impulsados o apoyados –vía la complicidad- por instancias de gobierno de todos los niveles, es decir por el Estado.
- Muchas de las condiciones de fracaso estructural -pobreza- y de violencia -elemento del Estado fallido- que se padecen en México y particularmente en la región del golfo y de modo más específico en la zona Tamaulipas-Veracruz, se vinculan a las historias de estos personajes.
No son: los cárteles de la droga y la corrupción e impunidad de los brazos corporativos del Estado mexicano los únicos elementos que explican el fracaso cuyas consecuencias mortales padecemos.
Empero, sí son aspectos fundamentales para explicar lo que ocurre.
Toda revisión sobre el pasado que explica buena parte del complejo presente mexicano, atraviesa esas variables.

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“Tampico Hermoso”
Canción: fragmento
Autor: Samuel M. Lozano Blancas

Mata Redonda
Chinampa y Amatlan
Cosa Camiscle
Potrero y Cerro Azul
están rodeados
de pozos sin contar
siendo un conjunto
de gran excelsitud
Todo el tesoro
petrolero del país
esta situado en
tierra de Veracruz
pues desde Tuxpan
hasta Panuco también
miles de antorchas petroleras
dan su luz

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La visión idílica del autor de estos versos populares nos pinta una región que –en efecto- fue muy rica y aún lo es en muchos sentidos: tanto en sus recursos naturales como culturales, sociales y humanos.
Sin embargo, es muy importante explicar y contextualizar.

Los mecheros a que se refiere el corrido de “Tampico Hermoso” son quemadores de gas natural que durante décadas se desperdició en México e incluso se sigue desperdiciando.

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El gas natural es un recurso que se extrae junto con el petróleo y al separarse permite la extracción de carbono y de etano.

A su vez, el etano tiene aplicaciones petroquímicas específicas y se puede transformar en etileno que sirve para la producción de polietileno, es decir materia prima industrial para la producción de manufacturas ligadas al plástico.

Entre muchas, miles, la manufactura de automóviles –por ejemplo- consume polietileno.
Desde el propio gas natural y sus derivados se produce PVC, o tubería de plástico duro que se emplea en la industria de la construcción, entre otros ramos.

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Así las cosas, tenemos frente a una visión idílica de la zona norte de Veracruz –la totonaca/huasteca- que produjo y aún produce grandes riquezas petroleras, la historia de dos personajes –Juan N. Guerra y Joaquín Hernández Galicia “La Quina”- cuyas historias personales están ligadas a historias de Estado, más concretamente de fracaso, abuso, despeñadero histórico, saqueo, violencia, pobreza, traición de mexicanos a mexicanos, surgimiento y consolidación de estructuras paralelas de poder que le fueron útiles al Estado y hoy lo retan o son desechables...junto con sus impulsores y sus víctimas.

Siempre, con una población inerme y víctima de este cruento fracaso.

Población ignorante de su propio destino, población cómplice también, población que sólo ve, escucha, olfatea, siente, come y bebe eso que llaman riqueza de México pero que no la ve reflejada en instituciones sólidas, eficientes, en un futuro firme y claro, en su propio desarrollo y el de sus descendientes.

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Explicar, pues, la existencia de más de 56 millones de mexicanos en condicioens graves de pobreza más de 80 millones pobres, obliga a revisar las biografías del fundador del Cártel del Golfo; la historia misma de la organización criminal, pero al mismo tiempo -por su paralelismo histórico- es necesario revisar la historia de Petroleos Mexicanos, de su industria petroquímica, de su sindicalismo...