En la vía publica existen productos milagro para diferentes molestias o padecimientos, así como la obesidad, el insomnio, los ronquidos, la caída del cabello, los dolores de espalda, el cáncer o la artrosis.
En general, los productos milagro, para llegar al consumidor, hacen estrategias de marketing y posicionamiento a través de los canales farmacéuticos y medios masivos como televisión, periódicos e internet, aprovechándose del prestigio y credibilidad de la farmacia comunitaria como establecimiento sanitario.
Algunos suelen estar registrados, estos fabricados, como alimentos o cosméticos a los que se les atribuyen propiedades sanitarias, con capacidad para prevenir o curar enfermedades. Suelen usar los términos “natural” o “tradicional”, para justificar su eficacia y la falta de efectos secundarios.
La dimensión perversa de estos productos es que basan su promoción y venta en el engaño de temas sanitarios, jugando con la salud y la buena fe del cliente final.
Por esta razón, las autoridades sanitarias deben extremar las medidas de control y supervisión de los productos que se publicitan con supuestas acciones terapéuticas y que se da la venta de ellos en la vía publica.
Aprovechando los supuestos vendedores de saber todas las propiedades de los productos y de incredulidad de las personas, a quienes engañan de manera rápida poniéndoles a la vista supuestos productos que ofertan vía televisiva, a diferencia que el costo es mucho menor.
Y en el caso de Tlapacoyan la COFEPRIS no ha hecho su aparición para poder regular la venta de estos productos que en la mayoría de las veces se da en la vía publica sin que haya una regulación ni siquiera verificar la autenticidad del producto.