+ Columna del C.P. Renato P. Vázquez Chagoya, director del Semanario Sotavento
Zona Sur
Renato P. Vázquez Chagoya - 2016-02-08
Por ser este año, 2016, un siglo después de que se construyera el “pueblo” de Tacoteno, hoy colonia “18 de Marzo”, reproduzco para refrescarnos la memoria, la columna que escribí el pasado 23 de mayo de 2014.
Aquí empieza el centenario
A finales del año 1905, los hermanos Pearson compraron las colinas de Las Carboneras y de Riberas Coloradas, en Minatitlán, a orillas del río Coatzacoalcos, donde instalaron los primeros muelles y oficinas de las compañías petroleras.
Tuvieron que deforestar esas colinas para preparar el terreno que les permitiese instalar ahí su refinería experimental. La deforestación llevaría tiempo porque el desmonte, corte y derribe de antiquísimos árboles se hacía de manera manual, al no existir la maquinaria que hoy conocemos para esas labores. A pura hacha, machete y quizá algunos incipientes tractores.
El 18 de marzo de 1908 se empezó a refinar el crudo del norte del Istmo de Tehuantepec en la refinería de Minatitlán, que se extraía de El Chapo, congregación de San Cristóbal, también de Minatitlán.
Ya para 1910, se creó para operar la refinería y los campos petroleros, la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, S. A. de C. V., donde participaron como accionistas connotados políticos nacionales de la época y uno que otro familiar de don Porfirio Díaz, un hijo de él entre ellos.
Para operar la refinería trajeron especialistas de todo el mundo, por lo que convivieron en Minatitlán, “…rusos, rumanos, holandeses, franceses y gentes de las más remotas y extrañas colonias inglesas…”, según lo describe Frans Blom en las cartas que remite a Dinamarca a su señora madre, incluidas en un libro llamado “En el lugar de los grandes bosques”, editado en septiembre de 1993 por el Instituto Chiapaneco de Cultura.
Viene pues, gente diversa para dirigir y operar la nueva refinería y mucha gente para trabajar en la industria, en sus talleres, oficinas y ferrocarril, además de la exploración, perforación, explotación y distribución de sus productos.
Tal concurrencia origino la necesidad de vivienda.
Los ingleses iniciaron la construcción de viviendas para sus altos ejecutivos y personal de confianza, venida del extranjero. También los inmigrantes ocupados en la refinería se procuraron sus propias viviendas, naciendo así la “Loma del Vacilón” allá por 1911.
Don Viriato Da Silveira señala el año de 1916 como inicio de la construcción del “Pueblo” de Tacoteno, ahora conocida como “Colonia 18 de Marzo”.
No he encontrado en ningún lado la fecha en que se construyó la antigua colonia “North Gate”, conocida también por su traducción literal de “Portada Norte”, y mucho después “Primero de Mayo”, aledaña a las instalaciones de la refinería.
El Historiador Martín Aguilar señala que la construcción de ambas colonias se hizo en la década de 1910 a 1920. Alguien señaló que el “Pueblo de Tacoteno se inauguró en 1916 y el de North Gate, en 1911. O sea, que la colonia “North Gate” era más antigua que la actual colonia “18 de Marzo”.
Viniendo de Coatzacoalcos, Frans Blom relata que desembarcó el 27 de octubre de 1919 en los muelles de la refinería propiedad de la Compañía Mexicana de Petróleo “El Águila”, S. A. de C. V., y después de hacer algunos trámites fue llevado a su dormitorio: – “Cruzamos la refinería entre los grandes edificios de la fábrica, pasamos por un establecimiento de calderas, tanques y montones de tambos y estaciones de bombeo. De nuevo otra vez por la selva, en quince minutos llegué a Tacoma (Tacoteno), donde me recibieron en la estación y me llevaron a mi dirección. El pueblo consiste en dos grandes filas de casas de ladrillos rojos, que tienen techos de tejas…”.
Ya para el 16 de noviembre de 1919, Frans Blom consignaría: “…Tacoteno está habitado por gente de todo el mundo, rusos (yo vivo cerca de un viejo ruso robusto, que toma su botella de habanero cada día, nunca toma hasta quedar borracho, sólo para entonarse, el día que no pueda conseguir alcohol estará listo para el manicomio, pobrecito, ya tiene 21 años aquí, de modo que puedo entenderlo), rumanos, holandeses, franceses y gentes de las más remotas y extrañas colonias inglesas, jóvenes mandados directamente desde Londres, vestidos a la moda, que escriben a máquina y patean a los niños”.
El Minatitlán indígena
“Entre la refinería y Tacoteno está el verdadero Minatitlán –relata Blom–, el Minatitlán indígena. Todas las mañanas y las noches camino de mi casa a la oficina con paso descansado. Usualmente me toma una hora; durante el trayecto entro a los puestos y hablo con la gente y ya tengo buenos amigos”.
El danés analizó el carácter de la gente que vive en el “Pueblo de Tacoteno”: “La mayor parte de la gente es un poco rara, cada quien a su propia manera, pero esto no me extraña, porque gente que ha vivido la mitad de su vida en un lugar tan remoto se vuelve excéntrica. Si los dejas vivir en paz, es fácil convivir con ellos. Como te indiqué, hay muchos tipos de deportes que practican, yo he jugado todos: tenis, fútbol y gimnasia. Dos o tres veces por semana monto a caballo y los domingos voy de caza. Sin estos deportes y sin libros estaría muy aburrido o me haría un borracho, ni la primera ni la segunda opción me atraen”.
Describe Blom sus ocupaciones: “Somos acá cuatro o cinco jóvenes, que cazan, montan y juegan tenis todo el tiempo; nos consideran un poco locos, los más indolentes de la colonia, pero prefiero esto que sentarme en un club a culpar al gobierno mexicano, criticar a los altos políticos y discutir los proyectos de paz, y eso, desde un campamento de la selva. Campamento no es realmente su nombre, TODO ES GRANDIOSO ACÁ, hay enormes habitaciones, un club, un gran gimnasio, un restaurante y un cine, pero eso no nos ayuda mucho”
“Es un pequeño imperio extraño, rodeado de grandes bosques y pantanos; tiene su ferrocarril propio, telégrafos, su planta de luz, fábrica de hielo, sistema de agua potable y correos que se ocupa de los mensajes de toda el área, una gran tienda donde puedes comprar de todo, ropa, muebles, alimentos, tabaco, herramientas, etcétera”, diría hablando de Minatitlán.
“Pasamos las noches en el campo –relata Frans Blom–, el lunes jugamos a las cartas, el martes tenemos clases de español, el miércoles vamos al cine, el jueves hacemos gimnasia, el viernes bailamos, catorce pobres muchachas inglesas, más o menos atractivas, son sacudidas por 50 caballeros, quienes bailan con ellas hasta dejarlas medio muertas de cansadas y a la vez felices, los sábados y domingos vamos a fiestas pequeñas, invitados por una u otra familia. Este es el plan general, pero no estamos obligados a seguirlo”.
“Una vez empezamos a jugar polo a las doce de la noche bajo la luz de la luna, durante el juego hubieron golpes fuertes en las cabezas QUE LA LOCURA SE FUE A SU CASA”, consignaría el danés sobre las ocupaciones de distracción.
Y, para terminar con los antecedentes y las reminiscencias, entre otros detalles más, Frans Blom señala: “El sábado 15 –consigna el 9 de octubre de 1921– será la inauguración del nuevo club de Minatitlán. Habrá un baile de disfraces y debido a que no he ido a fiestas durante mucho tiempo, iré”. Este evento sería la inauguración del edificio social ubicado en el Pueblo Tacoteno, ahora colonia “18 de Marzo”, conocido como ADM.
Las pérdidas y lo que está todavía
Sobrevivió la industria petrolera en Minatitlán al movimiento revolucionario de 1910, sobrevivió también a la guerra de los cristeros, superó los movimientos obreros y sindicales durante la explotación extranjera del petróleo, se fortaleció el espíritu nacional con la expropiación petrolera y poderoso se hizo el sindicato de los trabajadores petroleros. Ha sobrevivido también al desatino de nuestros políticos.
Desde 1938 a la fecha, la refinería se ha transformado progresivamente para obtener un óptimo rendimiento de su operación y ha tenidos dos grandes transformaciones, una en a nediados del siglo XX y la “reconfiguración” reciente en este siglo XXI. Cada cincuenta años la refinería ha mejorado de un solo “jalón”.
Pero algo ocurre en el aspecto habitacional…
Ya hace más de veinte años que desapareció la colonia “North Gate” o “Portada Norte”, también llamada “Primero de Mayo”.
Silencio… no hubo señalamiento y ningún reclamo por la desaparición de un “testigo importante, histórico y centenario” de nuestro pasado petrolero.
Desapareció uno de los edificios habitacionales en la colonia “18 de Marzo” a consecuencia de un incendio. No se reconstruyó la edificación. Después, al abandonar las monjas una de las casas de esta colonia y también el espacio que ocupaba la escuela “Teresita”, fueron destruidas.
Por lo menos, visiblemente desde el entorno, porque no permiten la entrada a la colonia “18 de Marzo”, dos casas están siendo destruidas por el paso del tiempo y por la falta de mantenimiento a estos testigos históricos del desarrollo de la industria petrolera en nuestra ciudad.
Los motivos, ignorados
Ignoramos si los funcionarios de Petróleos Mexicanos, por ser foráneos, pongan poco aprecio e ignoren lo valiosas que son las instalaciones habitacionales de la colonia “18 de Marzo”.
Su ubicación es envidiable por ser la parte más alta del desarrollo urbano de Minatitlán y por lo tanto, su ventilación es inmejorable.
Ya quisiera un simple mortal vivir en un espacio tan privilegiado, con servicios completos de agua, drenaje, recolección de basura, alumbrado y vigilancia.
Entendemos que Petróleos Mexicanos es una industria monstruosa, pero más monstruosa es la indiferencia y el descuido hacia esas instalaciones, que son la historia viva, por lo menos, de los últimos cien años de nuestra ciudad.
A parecer, poco les importa recuperar las construcciones habitacionales de la colonia “18 de Marzo”, que además de tener características únicas son espaciosas, funcionales, cómodas y hasta diría, hermosas.
Parafraseando a Frans Blom: “El tiempo se fue a su casa”.