Sobrevivientes relatan explosión en complejo Pajaritos, en Veracruz

Juan Gómez López tiene 20 años de edad, es uno de los sobrevivientes de la explosión de Clorados Tres, en Pajaritos.

Juan, de oficio soldador, al momento de la explosión se encontraba a una altura de 10 metros, desde donde brincó para ponerse a salvo.

Actualmente está a la espera de una cirugía para recuperar la movilidad de las manos y sobreponerse a las demás lesiones.

Contó que tiene los dos tímpanos y un ojo perforados, "se me quemaron las córneas y de hecho, en Veracruz, me pusieron tejido artificial en el ojo izquierdo, no veo bien, veo borroso, lo pusieron para que no lo perdiera"

"Me quemé la cara, la espalda, parte de glúteos, un pedazo de las piernas, las manos y las piernas me quitaron para injerto en las manos", agregó.

De él depende su esposa, con quien lleva seis meses de casado.

Su recuperación no ha sido fácil, sin embargo, sabe que este proceso será largo.

Un caso más es el de José Luis Romero Cabrera, tiene 21 años de edad, sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el cuerpo.

A través de un video que se volvió viral, se le vio caminando buscando salir del complejo que acaba de explotar.

"Prácticamente atravesé todo el complejo para salir caminando, en el camino ya no encontraba a nadie, no escuchaba nada, o no sé si era porque no escuchaba, no veía a nadie, hasta que me encontré a esos muchachos y nomás me grabaron", relató.

Aunque este accidente le ha dejado diversas secuelas, su ánimo no decae, por el contrario, considera que es una nueva oportunidad de vida.

José Luis no pierde la esperanza de tener su propio negocio; su principal preocupación son sus hijos.

Pide que le ayuden con una beca para sus hijos, "yo no sé si el día de mañana empeore o no sé que pueda pasar, yo quiero que mis hijos queden preparados", apuntó.

José Luis fue el último de los trabajadores que fue dado de alta del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde permaneció internado mes y medio; Antes estuvo en el Hospital de Pemex, por dos semanas.

Por lo pronto, estos dos jóvenes agradecen a Dios esta segunda oportunidad de seguir con vida.