En Minatitlán ni arreglos a espaldas del Pueblo ni en la oscuridad

Ni pactos en lo oscurito ni arreglos al margen de la ley, esa ha sido la convicción de quién por decisión mayoritaria se encuentra ahora al frente del gobierno municipal en Minatitlán.

El 04 de junio del año pasado, la ciudadanía de ese municipio sureño decidió ir al rescate de su dignidad y lo hizo a través de un hombre probo, forjado en la cultura de la honestidad y la trasparencia: Don Nicolás Reyes Álvarez.

Por ello, en el marco de la más genuina de las fiestas democráticas, decidió poner fin a los latrocinios y a la corrupción que por décadas fomentó el PRI.

Podredumbre gestada desde las entrañas de un nefasto gremio sindical petrolero y desde los entresijos de un dañino gobierno estatal, cuyos gobernantes en turno también participaron del saqueo.

Recientemente la determinación del cabildo de irse a fondo –técnica y contablemente- para saber la verdad en torno a los turbios manejos del dinero público en la administración municipal petrolera, ha sido aplaudida por propios y extraños.

Saber el qué, quién, cómo, cuándo, dónde y porqué en relación a los procedimientos en el uso del dinero de todos los minatitlecos, es un acto mínimo de justicia para quienes habitan ese ultrajado municipio y en ello no repararon los irresponsables regidores del PAN y del PRI Cristian Márquez Mora (sin H para que se le quite las ínfulas de integrante de la familia real) , Noemí Manrique Valerio, Blas Avalos Santos, Saúl Wade León y Damara Gómez Morales, quiénes huyeron de la sesión de cabildo y rehusaron con su actitud irresponsable aprobar la propuesta de auditoría a la truculenta administración municipal priísta.

En este contexto, los ex alcaldes priístas, José Luis Sáenz Soto y Héctor Damián Cheng Barragán tendrán que ponerse a la orden del ORFIS y del despacho externo que en su momento sea contratado por la actual administración, para solventar las irregularidades administrativas y financieras de sus respectivas gestiones, que de entrada superan los 80 millones de pesos, por lo que es de esperarse que una vez que le rasquen al fiambre la gusanera brotara inevitablemente.

En suma, vaya desde aquí el reconocimiento a los valientes integrantes del cabildo minatitleco quienes con los riñones y los ovarios bien puestos, votaron a favor de poner en claro a dónde demonios fueron a parar decenas de millones de pesos por obras de muy mala calidad y otras tantas inexistentes a precios hiper inflados con contratos leoninos y facturas de dudosa procedencia.

Aplausos para el tozudo e imbatible alcalde Don Nicolás Reyes Álvarez, así como para la síndico único Gisela Pineda Pérez, los regidores Francisco Antonio Hernández, Ana Leticia Siu, Raul Atanacio Rodríguez Rico, Teresa Pérez Baruch, Carlos Prieto, Erika Burgoa y Guadalupe Andrade Cruz.

De los trairdorsetes regidores que huyeron en el momento decisivo que la historia se encargue de juzgarlos.