Un encabezado de fecha martes 5 de junio del 2018 hizo que me detuviera en la banqueta para leer con calma aquel anuncio (no compré ese periódico ya que hace años los demandé por despido injustificado, y les gané la demanda) pero lo que decía era digno de razonamiento; era algo así como: “El gobierno federal planea unir fuerzas (al candidato puntero, apunte mío) para que todos mejoremos”. Es decir, en síntesis, en vista de que su candidato lleva desde ahora todas las de perder, como también se desataría la lucha armada o revueltas a lo largo y ancho en caso de asesinar al puntero (pretextos quieren millones de mexicanos para hacerse gratis con un televisor de plasma), o ya no les es posible que “se les caiga el sistema” habida cuenta de que –tontos no son, tranzas sí- prevén una abrumadora votación en contra de ellos, ¿qué hacer? Y he aquí el refrán que viene para cobrar vigencia: Si no puedes con ellos, únete a ellos.
Es lo que planean y ya están publicando los primeros amarres de dedo antes de ser arrasados; qué quiere usted, la política es así y por supuesto más sucia.
En lo personal no es que me valga este u otro ya que la situación nacional es la misma, sino que al voltear a ver por quién votar ahora el 1 de julio - ¡ya merito Padre Celestial! – estoy seguro que, como millones de compatriotas, mi sufragio será de castigo y lleno de rencor; no “por el que sea” sino por el menos malo pues, en verdad, los contrincantes son pésimos: mentidos y falaces como sus antecesores.
El brete (brete, situación difícil) es que se les avecina una caída formidable como nunca antes a pesar de las dos ocasiones en que “los oficiales” ya perdieron, pero esta, será de repercusiones gigantescas donde incluso puede que no cambie mucho el panorama –ojalá que sí- lo cierto es que todo apunta al hartazgo nacional dada la corrupción imperante y, sobre todo, tanta delincuencia.
Han iniciado entonces a “recapacitar”, a reflexionar lo que se viene.
De ahí sus anuncios de que “se debe cambiar”.
Le digo, los políticos son una porquería; que la política, bien llevada, es otro asunto del cual mejor luego platicamos.